La Casa de la Caridad impulsada por Lorenzana es un edificio singular de la ciudad, una arquitectura de gran sencillez, pero que en esa sobriedad tiene valores importantes.
La realidad edificada del edificio está definida por dos elementos: su concepción de medidas y su realidad constructiva. La “medida del proyecto” es un elemento básico que ayuda a entender el edificio, especialmente en las construcciones históricas en las que los trazados y los criterios compositivos estaban muy reglados. Por ello podemos reconstruir su estructura básica analizando las posibles desviaciones respecto de estos parámetros y los elementos esenciales de su estructura constructiva.
En la “Real Casa de la Caridad” de Ciudad Real hay una doble lectura en cuanto a sus trazados compositivos. En planta, la arquitectura se organiza con dos grandes patios que incluyen en el centro el cuerpo de la iglesia. La estructura de organización del edificio, a este nivel, está basada en el cuadrado. Dos grandes cuadrados definen la base de cada uno de los patios como dos espacios claramente diferenciados en el conjunto. Se configura así un gran edificio que en su totalidad tiene el doble de longitud que de anchura. En el centro de esta estructura básica se sitúa el cuerpo de la iglesia que repite una trama más compleja a una escala menor. El cuadrado que se inscribe en el centro del conjunto está ocupado por la nave de la iglesia y los patios laterales añadidos a la misma. Esta composición se subdivide a su vez en nueve cuadrados (tres por tres) ocupados en los laterales por los patios y los cuerpos delanteros y posteriores de cada uno de ellos. En el interior de la nave de la iglesia la estructura longitudinal tiene también un ritmo dividido en tres tramos, el central ocupado por la cúpula y los otros dos, de la cabecera y los pies, cubiertos por bóveda. Las plantas de los dos grandes patios se subdividen a su vez en una trama cuadrada en una proporción cuatro a cinco.
Si la planta se genera así en base al cuadrado, en los alzados y secciones encontramos un esquema compositivo diferente, en base a los trazados reguladores triangulares. Este trazado se hace patente especialmente en dos zonas del edificio: las fachadas principales y las secciones del cuerpo de la iglesia.
Junto a este análisis geométrico, el edificio tiene un lenguaje que procede de su realidad constructiva. La arquitectura de la Casa de la Caridad está realizada con materiales de gran sobriedad aunque con solidez y voluntad de permanencia. De acuerdo con la documentación que existe sobre su trazado original, López Durango propone el empleo de materiales de las siguientes zonas: piedra de las canteras de Ciudad Real ya que existe en un lugar inmediato una caliza utilizada en diversos monumentos de la ciudad. La arena se traerá del lugar llamado “La Celada” y la mezcla con cal resultará excelente. El ladrillo con el que se construyen los cerramientos exteriores y las dos líneas de muros de carga se fabrica en Ciudad Real por tejeros toledanos. Sebastián López Navas, y Guillermo Montero Domínguez publicaron en 1987 el libro “Casa de la Caridad. Cuartel de la Misericordia (1784-1987)” que relata la evolución del edificio.
.La madera es uno de los mayores golpes de la obra, y una vez comprometida la madera de Alcaraz, se cambiará esta decisión ya que la madera de esa zona debía utilizarse en los astilleros de Cartagena. Será necesaria la intervención de Lorenzana ante el rey para conseguir la madera comprando pinos por valor de 16.250 reales, cuyo coste final con labra y transporte será de 326.269 reales.
Eugenio López Durango colabora intensamente con Ventura Rodríguez en diversas obras de remodelación de la catedral de Toledo. Trabajará también en la obra de reforma del Colegio de Doncellas Nobles entre 1776 y 1786 proyectada también por Ventura Rodríguez y costeada por Lorenzana y permanecerá como maestro mayor de Toledo y de su Ayuntamiento hasta la llegada de Haan que recibirá el apoyo de la Academia.
Las obras de la Real Casa de la Caridad se desarrollan con relativa celeridad pues se inician en noviembre de 1784 y culminarán en abril de 1788. El día 30 de ese mes el cardenal Lorenzana visitaba la ciudad e inauguraba el edificio. La inscripción de la fachada principal fecha la obra en 1786. Hervás y Buendía fecha el principio de la construcción en la primavera de 1785 y la inauguración el 29 de abril de 1788 (aunque la iglesia aún no se ha concluido). En la cúpula se conserva perfectamente la estructura original integrada por unos nervios radiales de madera de tabla sencilla. La forma esférica se realiza con tablillas que se van atando con un encordado continuo que une unas piezas con otras apoyándose en las costillas radiales y que a la vez servirá de agarre al yeso que conformará la superficie de la cúpula. Esta estructura inferior se desarrolla independientemente de la estructura superior de madera construida con secciones de gran tamaño que se unen en el centro soportando la cubierta de teja a cuatro aguas que remata la parte más alta del edificio. La estructura de madera, situada a una altura inferior, se conserva también en las zonas cubiertas con bóvedas realizadas con la misma solución constructiva. Este espacio es el único que mantiene la solución original realizada en madera.
Dentro de la sencillez del edificio, se recurre al uso de la piedra en algunas partes singulares utilizando para ello la caliza de la zona que es blanda y se deteriora con la acción del viento y el agua. Se realiza un zócalo de piedra en la fachada principal y un recercado de los huecos de ventanas y del balcón principal del edificio. Con un menor cuidado se realiza una solución parecida en la fachada posterior que tenía el recercado de la puerta de acceso oculto por el paso del tiempo. Para reforzar el edificio se colocan sillares en sus esquinas. El otro elemento singular donde se utiliza la piedra es en el patio posterior cuyas columnas se realizan con piezas de sección cuadrada. Las alteraciones de estas pilastras hacen que se hayan reformado en reiteradas ocasiones. Hay piezas de piedra de diferentes tonalidades que se han introducido en algunas de ellas para reforzarlas y en épocas posteriores se decide tapar la piedra con revoco de cemento y se encalan como el resto del patio. También se plantea el uso de la piedra caliza en la iglesia. La entrada principal tiene un recercado de piedra y existe en todo el conjunto un zócalo con molduras que a pesar de haber estado tapado y utilizado su espacio para actividades diversas se mantiene en buen estado de conservación.
Un edificio de gran sencillez en sus elementos constructivos, pero con unas trazas en su composición y una estructura organizativa que cualifican sus espacios.
De Casa de la Caridad a cuartel. Un edificio civil conservado (1)
Espacios
Diego Peris Sánchez
[…] La Casa de la Caridad. Edificio ilustrado (2) […]
Una nueva lección de arquitectura. Gracias Diego!
Ya lo comenté en la 1ª entrega. Me gustaría que se hubieran guardado / conservado al memnos alguna estancia, habitación, nave de lo que fue en el pasado este recinto. Creo que hemos llegado tarde.
Al menos con la restauración se ha conseguido que este histórico edificio no pereciera.
Ben trabajada e ilustrada esta segunda parte.
20 meses me pegué de voluntario. Qué perdida de tiempo más grande la dichosa mili. Me acuerdo del día en que me licencié y al salir por la puerta principal me volví…. que gozada el corte de mangas una vez en la calle. Cuánto chusquero jode jode había. Nada que ver con la profesionalidad de ahora de los militares y por supuesto nada que ver aquél insulso y antiquísimo edificio con el actual.