Daimiel Noticias.- Durante el 1 y 2 de febrero se realizó, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, un «Recorrido por las Vegas Altas del Guadiana» en la provincia de Badajoz, un viaje organizado por el Centro de Interpretación del Agua y gestionado por las empresas locales Turbycis y Caminos del Guadiana. El viaje tuvo como objetivo recorrer el Guadiana por esta zona para ver la buena convivencia entre naturaleza y agricultura.
El pasado fin de semana, con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, un grupo de 20 personas viajaban desde Daimiel recorriendo las Vegas Altas del Guadiana, «un ejemplo magnífico de cómo conviven naturaleza y agricultura», como así lo calificaba el Director del Centro de Interpretación del Agua, Alejandro del Moral. Actividad organizada por el Centro de Interpretación del Agua y gestionada por dos empresas de turismo activo y ecoturismo daimieleñas, Turbycis y Caminos del Guadiana.
Los participantes salían el sábado a las 9:00 horas desde el Centro del Agua en tres coches acondicionados para la actividad. Del Moral detallaba la ruta y, aunque al comienzo de la misma el tiempo no fue favorable, aunque, una vez que llegaron al Estrecho de las Hoces, el sol estuvo presente el resto de la jornada, lo que permitió hacer el recorrido a pie y «comprobar el cambio de aspecto del río al atravesar la montaña».
La expedición continuó río abajo. En su recorrido, Del Moral destacó la presa del García Sola, «un sitio magnífico para la observación de aves rupícolas como los buitres». Una vez allí, siguieron hasta el sitio escogido para pernoctar, Orellana, en cuyo embalse también pudieron admirar «una gran variedad de aves, como grullas, cormoranes y garcetas, o árboles frutales como limoneros, lo que del Moral calificaba como «un pequeño viaje hacia la primavera».
En Orellana el Guadiana se convierte en un mar de interior, ya que el su embalse, según explicaba Del Moral, tiene una playa totalmente acondicionada y que es la única con bandera azul de todas las playas de interior.
El domingo se dedicó a conocer los cultivos de las Vegas Altas como los arrozales, donde «se pudo comprobar la perfecta conjunción entre naturaleza y agricultura», explicaba Alejandro del Moral. Los participantes llegaban así al último punto del recorrido, la ciudad de Medellín. «Una ciudad es muy antigua y pequeña, en la que destacan su Anfiteatro romano o el Castillo de Medellín».
Allí, además de poder presenciar varios ejemplares de cigüeñas, también pudieron compartir un rato agradable con un asociación de mujeres de la localidad extremeña, que con motivo de la celebración de San Blas realizaron una comida popular.
Como punto final a este viaje, antes de regresar a Daimiel, la expedición tuvo ocasión de visitar «un molino de piedra, muy característico, que nada tiene que ver con los molinos manchegos».