Si el Acrónimo, según el DRAE, alude a las palabras formadas por las iniciales de otras palabras, como ocurría con RENFE, que relataba y eclipsaba a la ‘Red Nacional de Ferrocarriles Españoles’; el Anagrama designa tanto a la transposición de letras de una palabra o sentencia como, por extensión, a un símbolo o emblema constituido por letras. Y así, entre Acrónimos y Anagramas nos debatimos en el universo de las letras herméticas e imparables. Como si de un Acróstico se tratara; que es otra cosa parecida pero diferente. Y más hermética, al ocultar las claves y sentidos, como acontece con los pasatiempos homónimos.
Dice Zadie Smith, novelista inglesa de éxito, que admira a la ‘triple B’; más aún, que son su fuente de inspiración y de lectura. Ya sabemos que hubo un tiempo de la ‘Triple A’ (Alianza Anticomunista Argentina) de funestos recuerdos y venganzas sangrientas; pero ahora hemos saltado el alfabeto y nos instalamos en la letra siguiente como es la BBB. Incluso ese, más difícil todavía de CCC, que no es un acrónimo, sino el nombre comercial de un Centro de Estudios por Correspondencia, que ya sería por tanto un CEC más que un CCC. Por no hablar, con un salto alfabético largo, de la MMM (Manufacturas Metálicas Madrileñas) de antaño, cuando incluso contaban con equipo de fútbol en el Grupo XIV de la tercera división.
Y no son esa ‘tripe B’ o BBB, una prolongación biológica de la ‘doble B’ o BB de nuestra juventud ruidosa; cuando admirábamos a la sinuosa y escurridiza Brigitte Bardot, y que ahora hubiera sido una ‘Brigitte Bardot Bis’, y por eso la ‘triple B’. Tampoco esa BBB designa a una BBC renacida y digitalizada, sino al acrónimo voluntarioso y voluntarista de tres importantes autores que influyen a la citada Zadie Smith. Así Burroughs (William), Beckett (Samuel) y Bukovski (Charles).
Esa tendencia que Zadie Smith tiene respecto a la ‘triple B’, la sostengo yo respecto a dos letras: JB. Pensarán algunos, con solemnidad alcohólica en Justerine and Brooks, que agazapa los whiskys JB o a los ‘bourbon’ de Kentucky, llamados Jim Bean, que son igualmente otra forma de JB. Aunque yo en mis preferencias del JB, señalaba a las literarias, como las de Juan Benet, las de José Bergamín y las de John Berger. Incluso forzando las letras Jorge (Luís) Borges, sería otra propuesta porteña. Todos ellos puros JB.
Frente a la vieja y sostenida British Broadcasting Corporation o BBC, ya tenemos pues la ‘triple B’ de rigor. Además en ese juego deslizante de las iniciales y de los acrónimos, la última novela de Zadie Smith ‘Londres NW’ puede ser anotada de muy diversas formas y maneras. Así North West, New Wave, No way, New Worries, incluso, Nobody waits. Haciendo bueno el recuerdo que late bajo ese NW de la novela, con el de la película de Hichtkock ‘North by Northwest’, que aquí se tradujo tontamente, como ‘Con la muerte en los talones’, con un inmenso Grant/Thornill/Kaplan, aplastado en maizal y huyendo de la avioneta que esparce plagicida. Sin reparar que ‘Northwest’, era simplemente el nombre de una línea aérea doméstica de los Estado Unidos, que cubría tales vuelos a esos destinos norteños, próximos al monte Rushmore.
De igual forma que ahora asistimos a un juego parecido de la mano del Arte Interactivo en Austin, Texas. Donde se celebra el ‘South by Southwest Interactive’, que no sólo delata una ubicación sureña y texana, sino que provoca un homenaje oculto, y geográficamente invertido, a Alfred Hichtkock e, un posible vuelo al ‘Sur por el Suroeste’ También ese vuelo de la BBC, ha dejado de ser un entidad televisiva británica, para aludir al tridente ofensivo madridista y no menos televisivo, con las piezas designada como Bale (Gareth, Benzema (Karim) y Cristiano (Ronaldo). Una BBC vestida blanco, aunque sólo sea a veces., que podía ser llamada igualmente GKR. Que parece el nombre en clave de una posición de guerra.
Periferia sentimental
José Rivero