La templada noche del sábado animó a mucho público a acercarse a los alrededores de la ermita de la Virgen de la Paz de Manzanares para participar en su tradicional hoguera. Estas fiestas concluyeron el domingo por la tarde con la procesión, que también tuvo notable afluencia.
Como marca la tradición, el sábado más próximo a la festividad de la Virgen de la Paz (24 de enero) se celebró su hoguera. La gran respuesta de público que tuvo demostró que la costumbre de las hogueras goza de gran salud en Manzanares y que los jóvenes responden como antaño hicieron sus antepasados, aunque con elementos más sofisticados.
Hubo quienes además de las típicas parrillas para hacer sus asados a la brasa se llevaron auténticas barbacoas. De cualquier manera, de lo que se trataba era de no pasar hambre ni sed para celebrar la fiesta. Alguna familia con casa cercana transportó el salón y se llevó las sillas y mesa camilla, con brasero encendido con los rescoldos de la lumbre.
Para velar por la seguridad, bomberos, Protección Civil y Policía Local dieron cobertura a esta tradición. La Hermandad de la Virgen de la Paz y Oración en el Huerto instaló un puesto de venta de “palomas” y un bar en cuya plancha no faltaron las viandas típicas para quienes optaron por no llevar parrillas. Palominas, castañas, barquillos y hasta un carro con productos para los más pequeños completaron la intendencia.
Al día siguiente, en la tarde del domingo, numeroso público acudió a la salida y entrada de la Virgen de la Paz a su ermita con motivo de la procesión, que contó con el acompañamiento musical de la Banda “Julián Sánchez-Maroto”. Devotos, representantes de cofradías y hermandades desfilaron en ella. La Hermana Mayor de Nuestra Señora de la Paz, Josefa Sánchez-Lugarnuevo, y la pregonera de las fiestas, Consoly León, precedieron el paso de la Virgen, con Tomás Acosta como capataz. Luego lo hicieron las autoridades, con el párroco de Altagracia, Secundino Martínez Rubio, y el alcalde, Antonio López de la Manzanara, a la cabeza.
