Ciudad Real: El dueño de Los Faroles pide el mismo trato que reciben los bares de la Plaza Cervantes con el aval de 1.900 firmas

Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El propietario del bar Los Faroles, Ángel Notario Expósito, ha registrado esta mañana una escrito, acompañado por 1.900 firmas de ciudadanos, en el que insta al Ayuntamiento a que le permita la instalación del cerramiento de la terraza de su bar, alegando que, como en el caso de los establecimientos de la Plaza Cervantes,  inició los trámites con anterioridad a que entrara en vigor la ordenanza.

Notario denuncia a este digital que, desde el principio, se ha producido un «agravio comparativo». En primer lugar, enumera, no se le permitió instalar la pérgola de la terraza antes de la entrada en vigor de la Ordenanza reguladora de la ocupación de la vía pública con terrazas y otros elementos. Algo que sí autorizó el Ayuntamiento en la Plaza Cervantes, articulando un condicionado técnico con el que se dio luz verde a esa operación. Posteriormente, tras recibir un informe negativo de Emergencia Ciudad Real, el propietario de Los Faroles aplicó a su proyecto las medidas correctoras necesarias para cumplir con las directrices marcadas por este servicio. De tal forma que volvió a solicitar la elaboración de un nuevo informe, petición a la que el Ayuntamiento, según Notario, hizo caso omiso.

El propietario de Los Faroles señala que la documentación remitida por Emergencia Ciudad Real refleja que, además de su pérgola, tanto el quiosco de prensa, los árboles, las marquesinas, como la terraza del bar España, son también «obstáculos insalvables». Sin embargo, ninguno de estos elementos del mobiliario ha sido retirado, como sí ocurrió con el cerramiento del bar Los Faroles, cuando el 18 de diciembre operarios municipales procedieron a su desmontaje.

Ángel Notario asegura que no existe un precedente similar al suyo. «No se ha realizado ninguna ejecución en Ciudad Real como la llevada a cabo en mi establecimiento, con esa celeridad y eficiencia». Además, acusa al Ayuntamiento de «conocer y permitir» irregularidades en muchas terrazas de la ciudad.

El mismo día que se produjo la ejecución, según el propietario de Los Faroles, éste solicitó una reunión con la alcaldesa para exponerle su caso, aunque, dicha petición, aún no habría recibido respuesta. Pese a todo, este hostelero ha vuelto a tramitar la solicitud para reinstalar el cerramiento. Espera que sea aceptada en breve para poder subsanar las pérdidas ocasionadas durante más de un año de trámites burocráticos. «Nunca una solicitud de licencia duró tanto», asevera.

Por otro lado, en el contencioso que mantiene con las autoridades, Ángel Notario se ha encontrado con la solidaridad ciudadana. Tras la retirada de la pérgola de la terraza de su bar, el hostelero inició una recogida de firmas.  Finalmente, gracias a esta iniciativa, ha recabado un total de 1.900 apoyos. Un aval ciudadano que ha aportado, «para que quede constancia»,  junto a la solicitud en la que reclama que se le permita volver a instalar el cerramiento. El pasado 10 de enero, el dueño de Los Faroles invitó a cañas a los vecinos para agradecer las muestras de afecto que ha recibido desde que el Ayuntamiento retiró la pérgola de su terreza.

Cronología
Según Notario, el 20 de septiembre de 2012 solicita por primera vez el cerramiento de la terraza del bar Los Faroles. No obtuvo el permiso del Ayuntamiento porque, según la notificación que recibió, no quedaba contemplado este tipo de cerramiento en la ordenanza sobre ocupación de la vía pública por mesas, sillas y otros elementos. Desde el Consistorio instaron a este hostelero a que esperara a la inminente entrada en vigor de la nueva normativa municipal para volver a presentar su solicitud. Este hecho, para el propietario de Los Faroles, supone «un agravio comparativo con el resto de establecimientos -en un caso de competencia desleal- a los que el Ayuntamiento sí les permitió realizar este tipo de cerramientos con la ordenanza anterior, como son los de la Plaza Cervantes».

Notario asegura que siempre ha actuado «de buena fe». En consecuencia, y siguiendo las indicaciones del Ayuntamiento, tras la entrada en vigor de la nueva ordenanza el 21 de noviembre de 2012, volvió a solicitar la autorización para instalar cerramiento el 24 de diciembre de ese mismo año, «con todos y cada uno de los requisitos que la nueva ordenanza exigía y con los gastos acarreaba (la realización de proyectos, gastos de documentación, etc.)».

El 10 de enero de 2013, el Área de Movilidad del Ayuntamiento emitió un informe favorable que señalaba que «la instalación que se pretende realizar cumple, en materia de movilidad, seguridad para las edificaciones próximas y accesibilidad lo establecido en el Código Técnico de la Edificación, legislación de Accesibilidad y de la Ordenanza Reguladora del Aprovechamiento de Terrenos Públicos o Privados de uso público».

Sin embargo, el 17 de enero Emergencia Ciudad Real emitió, a su vez, un informe desfavorable, el último trámite que faltaba para la concesión. En dicha documentación se recoge que «parte de la terraza se ubicaría frente a un edificio de ocho plantas. Por otra parte, las instalaciones actuales en la plaza -jardineras, quiosco de prensa, árboles, farolas, marquesinas, otra terraza (la del Bar España)-, son obstáculos que impiden el espacio de 5 metros que se exige para su acceso».

«En aras de hacer bien las cosas, se toman medidas correctoras respecto a la anterior solicitud de licencia: el cerramiento era de 10 metros de ancho y se plantea de 5,8 metros, de forma que no invada parte del edificio de ocho plantas. Así, según el jefe del Parque de Bomberos, el informe ahora sí sería positivo», subraya Ángel Notario.

El 13 de octubre de 2013 el hostelero decide realizar el cerramiento con el trámite en curso, «como cualquier otro establecimiento que solicita una licencia de apertura». Argumenta que, «desde el 20 de septiembre de 2012, todo han sido pérdidas y gastos por todos sitios», sintiéndose agraviado y en desventaja con respecto a otros hosteleros.

El cerramiento se realiza un domingo por la tarde, con la intención de «producir las mínimas molestias al ciudadano, puesto que ese día y a esas horas es cuando menos gente se mueve por la plaza», afirma el hostelero. Y, añade, «no con la intención que me achacan desde el Ayuntamiento (hacerlo… por narices), puesto que desde el principio se han dado, reiteradamente, muestras de buena fe».

Aun así, según Notario y pese a su insistencia, el Ayuntamiento no vuelve a solicitar el informe a Emergencia Ciudad Real, pero sí tramita la orden de ejecución del levantamiento del cerramiento «en un corto espacio de tiempo. Orden que se intentó parar hasta el último minuto», añade. Finalmente, operarios municipales desmontaron la pérgola  el pasado 18 de diciembre de 2013, lo que, según este empresario, le ha producido «numerosas pérdidas económicas, sumadas al despido de varios trabajadores».

Desde la Concejalía de Sostenibilidad, alegan que la ejecución se produce por razones de seguridad. No obstante, el propietario de Los Faroles denuncia que el informe de los bomberos refleja que «son muchas más cosas las que no cumplen esas medidas de seguridad, entre otras, la terraza colindante del bar España, que sigue igual, así como el mobiliario de la plaza», lo que sería «otra muestra más de agravio comparativo, porque lo único que se ha levantado ha sido el cerramiento de Los Faroles».