Estanislao Z. Navas.– Nuevamente estamos de actualidad y triste a la hora de presentar el nuevo artículo. El centro de marcha por excelencia de la ciudad asalta de nuevo las portadas de los diarios con una pelea callejera como noticia. Las causas, nuevamente no estarán muy lejos de los excesos etílicos, aunque los atentados contra la autoridad también son parte del suceso, amén de otros datos como nuevos conatos de peleas e incluso heridos. Pero estos contenidos los dejo en manos de los compañeros que tienen más datos acerca del suceso, y nos centraremos en la zona donde se han dado tales circunstancias: el Torreón del Alcázar.
Un dato de lo referido si nos es de interés: es la zona de marcha por antonomasia de la ciudad, y con ello de contaminación acústica, ruidos, malestares de vecinos residentes, etc.
Además, a pesar de que su construcción como Polígono tiene en torno a cuatro décadas, su antigüedad es mucho mayor dados los datos aportados por las excavaciones arqueológicas que se realizaron con motivo de la construcción de un posible aparcamiento para descongestionar el tráfico de la capital. El comienzo de estas obras se llevaría a cabo en el año 2005 y en su exploración arqueológica se puso al descubierto la existencia – o más bien confirmación, pues es común a otras zonas de la ciudad – de una red de cuevas, que aparece inmersa en la zona donde se ubicó el antiguo Alcázar Real, motivo por el cual esta zona lleva su nombre.
De dichas excavaciones cabe señalar que el historiador don Antonio José Martín de Consuegra Gómez nos señala que dichos hallazgos pusieron de manifiesto la época en la que se datan las cuevas, de la época mudéjar, y que con el paso del tiempo fue aumentando la importancia del yacimiento descubierto, pues incluso se descubrieron restos tales como un maravedí del reinado de Felipe III, o incluso casquillos de balas y otros restos de la guerra civil, pues este entramado de galerías habría sido utilizado desde el año 1936.
Siguiendo al historiador citado, se podría indicar que en este entramado existe una galería principal de unos 15 metros de longitud, 3 metros de altura y dos de ancho, que tiene dos salidas secundarias que la flanquean, estando en su mayor parte este complejo subterráneo excavado en roca volcánica. Este entramado tiene un origen desconocido y pueden establecerse varias hipótesis al respecto: la de un origen templario, al ser los fundadores de la orden de los calatravos y vivir aquí y en Carrión; la de un pasado hebraico, al verse la población judía en la necesidad de poner a buen recaudo todas sus posesiones tras la ola de antisemitismo que se inició en el siglo XIV; también podrían haber sido utilizados estas galerías y pasadizos por el Tribunal de la Santa Inquisición y sus tribunales secretos, o recuérdese que la galería que condujese a la casa del del Inquisidor en la calle de Alcántara hallada en el año 2003, aunque más abajo en la esquina de la calle Libertad se encontrase su acceso. Todas estas posibilidades dan pie a señalar que su uso se remonta a la Edad Media y ha continuado hasta el mismo siglo XX, todo ello circunscribiéndose dentro del entramado de galerías y pasadizos subterráneos que definen el pasado de nuestra ciudad, siendo otros ejemplos de ello: el descubrimiento en 1947 durante unas obras en la Barriada de Vicente Galiana donde observó la existencia de varias galerías, algunas con puertas y escalones, desde la calle Libertad hasta la Plaza de las Terreras, de donde saldría a través de las alcantarillas; también se conoce la red de cuevas en el barrio de la Morería con algunas estancias y escaleras de acceso en la piedra existentes en las calles de En medio, Lentejuela y Jara; o las galerías y pasadizos existentes en las calles Lirio y Refugio, ésta última llamada de dicha forma desde la guerra civil al constituir un refugio antiaéreo por los bombardeos, que existiera hasta finales de los años 80 y cuya calle se llamaba Concepción Arenal; las galerías ubicadas en la Pedanía de Las Casas que aunque su antigüedad se remonta a la Edad Media fueron incluso utilizadas durante la ocupación napoleónica – al igual que las de la capital – para albergar a las mujeres que querían evitar ser violadas o robadas; y, por supuesto, la red que afecta al Alcázar pues se señala que tenía comunicación a través de un subterráneo con un bosque cercano a Ciudad Real que se extendía desde el actual Parque de Gasset hasta el Barrio de los Ángeles e incluso desde allí a las cercanías de Alarcos – recuérdese el descubrimiento de un pastor unos sesenta años en las cercanías del cerro de Alarcos que al encontrarse con un cueva en busca de su perro se vio sorprendido ante una red de galerías cuadradadas que albergaban armas y atalajes de caballerías en alto grado de oxidación, habiendo señalado una cueva similar el propio Presbítero don Inocente Hervás y Buendía en las inmediaciones del propio cerro -.
Así, tras prácticamente una década transcurrida, el periplo de la construcción del parking llega hasta nuestros días sin una solución al respecto y con las obras paralizadas, siendo algunos hitos de su construcción los siguientes:
- Desde el año 2004 cuando se atisbaba la posible construcción del mismo, se encontró con la animadversión de la propia ciudadanía.
- El proyecto consideraba la posibilidad de albergar cerca de 300 plazas de aparcamiento distribuidas en dos plantas, pero entonces llegará el año 2006, y en enero del mismo se descubrirían los restos arqueológicos que paralizarían el proyecto por parte de Patrimonio a la empresa adjudicada, ya que dichos restos requerían ser integrados en una zona de musealización que pudiera mostrar al público la galería y el pozo descubiertos. Todo ello plantearía un problema de amortización para la citada empresa lo que supondría un considerable incremento del presupuesto de la obra.
- En el año 2009 y tras diversas negociaciones entre la empresa y el Ayuntamiento de Ciudad Real, no hubo acuerdo al respecto y en noviembre se decidiría resolver el contrato mediante el pago a dicha empresa por la obra ya ejecutada.
- Desde entonces el término que más se repite es el de “desierto”, pues así han quedado los varios concursos de adjudicación para terminar la construcción del aparcamiento, lo que no ha sido posible hasta la fecha.
- En el año 2010 la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMUSVI) sería la elegida para la búsqueda de posibles soluciones para resolver este problema enquistado de infraestructuras. Entonces se aprobaría la concesión demanial del suelo a favor de la EMUSVI… pero aún el problema sigue sin resolver y más aún desde que en este mismo año fuese archivado el expediente, acto administrativo que ha supuesto que el propio Ayuntamiento desistiese de continuar el proyecto, aunque al ser archivado debe abrirse la posibilidad de contemplar otras alternativas a dicha obra.
- En esta situación, los vecinos entienden que un solar vallado, sucio y lleno de vegetación silvestre no ayuda a mejorar la imagen del barrio sino que aún más iría en su detrimento. Más aún si tenemos en cuenta la existencia de basuras, escombros y otros enseres que perjudican su imagen – tanto los vecinos como el mundo de la hostelería son los principales perjudicados -, y aún más si cabe el entorno – B.I.C., para más señas – en el que se encuentra un resto tan importante como es el Arco del Torreón del Alcázar (recuérdese al respecto lo apuntado en el artículo “Morada de reyes”). La posibilidad que se abre entonces es la de reabrir la zona del arco y de los espacios arqueológicos descubiertos (galerías del antiguo Alcázar de Alfonso X y parte del muro y foso medievales que circundaban la villa de los siglos XIII y XIV).
Este es su presente, pero la zona del Torreón, a pesar de su largo pasado, tiene una más corta historia y en la cual ahora nos vamos a detener.
El barrio que tiene por eje central los Jardines del Torreón se encuentra delimitado por la calle de la Mata al norte – aunque respecto a la zona de marcha la calles perpendiculares a ella ofrecen una solución de continuidad respecto a la misma, siendo ejemplo de ello la calle del Compás de Santo Domingo con su otrora “Ave Turuta” -; la ronda de la Mata al este y sur – que dados los problemas de contaminación acústica existentes y la aparición de otros espacios de ocio fuera de rondas (Playapark entre otros), esta zona se ha ampliado a otros barrios -, y la calle de la Palma al este – la cual hace de barrera física respecto del centro además de ser vía de comunicación que le une con el mismo -.
Recuerdo cuando atravesaba el descampado hace ya unos años camino del instituto que constituía una zona cuyo uso llegó a albergar actividades tan lúdicas como la carpa de un circo o de los carnavales, aunque con la construcción de diversos edificios – centros educativos entre otros, como por ejemplo el Colegio Público Carlos Vázquez – este solar fue ocupado y hoy en día además tiene la problemática antes referida del inacabado parking.
Pero ¿cuál es el origen de este barrio? ¿cómo surgió?
En época medieval ya había sido utilizado no sólo para acoger el Alcázar sino que la “mancebía” o mesón de mujeres de la ciudad existía en la Plaza Mayor a finales del siglo XV. En 1459 se concedía privilegio a Juan Ruiz de Molina, de albergar en sus casas a las mujeres públicas, aunque inicialmente dicha mancebía se hallaría en las inmediaciones del Alcázar, “cerca del adarve”, para luego ubicarse en el centro de la ciudad. Fiel reflejo de la existencia de este local es el actual nombre de “Madrilas” con el que se conoce una de las calles de la antigua zona del Torreón, madrila es el término con el que se conocía a la que regentaba el prostíbulo. Así nos lo señala don José Golderos Vicario.
Y sería en las últimas décadas del siglo XX cuando este popular barrio “de la marcha” nacería como tal.
Corría el año 1963 cuando se iniciaba los primeros contactos entre el Ayuntamiento capitalino y el Ministerio de la Vivienda, aunque para este Polígono Residencial se adoptaría un acuerdo en abril de 1966 al “proponer al Ministerio de la Vivienda la cesión de este Ayuntamiento, por el importe desembolsado hasta la fecha por aquel Ministerio, del Polígono de La Granja, actualizando y poniendo en ejecución, por su parte, dicho Ministerio, el Polígono del Torreón del Alcázar, para edificación de viviendas de tipo social”. Así se señalan en los libros de Acuerdos del Archivo Histórico Municipal y en la obra de Félix Pillet Capdepón.
Finalizando el año de 1967 el Ministerio de la Vivienda encomendaría a la Gerencia de Urbanización la renovación de los terrenos para la creación del polígono iniciándose así los trámites de expropiación en febrero de 1968, y dos meses después el Ayuntamiento daría su conformidad para dicha expropiación. Su rápida tramitación nos conduce a la aprobación del expediente de expropiación en diciembre de 1970, y a la convocatoria de los vecinos para el abono de las indemnizaciones respectivas.
Llegamos a la década de los 70 en la que se lleva a cabo el Plan Parcial de Ordenación del Polígono del Torreón del Alcázar. Así, el 25 de junio de 1973 la institución municipal informaría de forma favorable de dicho Plan Parcial desarrollado por el Instituto Nacional de Urbanización, siendo el encargado del proyecto el arquitecto municipal don Ildefonso Prieto y el arquitecto ministerial don Francisco Bernalte, futuro Alcalde. Este plan parcial mostraría dos zonas muy diferenciadas: la caracterizada con una tipología de manzana cerrada, y la de bloque abierto.
Cuando finalizaba la década, en 1978, se redactarían y aprobarían los Proyectos de Demolición, el proyecto de Explanación, pavimentación, alcantarillado y distribución de agua. Siendo definitivo este plan parcial con la redacción del Proyecto de modificación del Plan Parcial del Torreón del Alcázar. La propuesta técnica de este proyecto de modificación comenzaría en marzo de 1979, acometiéndose modificaciones sustanciales que constituirán un nuevo plan parcial.
Cuando se alcanza la aprobación definitiva de la revisión y adaptación del Plan General al nuevo texto refundido del 1976 en 1978, el Plan Parcial se recoge con sus condiciones edificatorias iniciales (que vienen recogidas por don Félix Pillet tal como sigue: “En esta zona de la ciudad, con una superficie de 115.400 metros cuadrados, pretendían albergar 1.060 viviendas dentro de la zonificación de intensiva alta, o sea, con edificios aislados de viviendas de los grupos 1º para el sector A y del grupo 2º para los sectores B y C. La altura máxima será de siete plantas. Este polígono de lujo al tener programadas 1.060 viviendas, pretende alcanzar una población de 4.770 personas, para después construir, según proyecto, una capilla, una escuela de primaria para párvulos y elemental, 100 locales comerciales, dos dispensarios, dos consultorios médicos, dos farmacias, una guardería infantil, una oficina municipal, un restaurante bar, una sala de juegos, una sala de espectáculos, campo de juego…”) ya que según se dice en la Memoria se encontraba en fase de “ejecución de la urbanización” estimándose que estaba construido en un 50 % en 1984, y manteniéndose así hasta la revisión de 1988 en que se modifican las condiciones edificatorias disminuyéndose la edificación en cuanto a su altura, pasando de tener los bloques siete a cuatro plantas, y suprimiendo uno de los bloques próximo a la entrada de la carretera de Valdepeñas.
El uso preferentemente residencial de este conjunto se vería acompañando de un gran equipamiento de zonas verdes, llevadas a cabo por el arquitecto don Francisco Bernalte. Su resultado dio lugar a una de las zonas más agradables de la ciudad, pues su coherencia constructiva se puso de manifiesto en la existencia tanto de edificaciones residenciales como de distintos equipamientos. Sin embargo, la problemática social de esta remodelación urbanística del interior de la ciudad sería perjudicial para los vecinos originarios que serían expropiados de dicho polígono.
De estas zonas verdes cabe decir que sería en 1983 cuando se acometerían las obras para crear los Jardines más importantes de esta zona, conocidos como del Paseo de Pablo Picasso, y posteriormente en 1988 se realizaría una nueva parte ubicada entre las calles de Pozo Concejo y Murallas.
La zona verde del Paseo Pablo Picasso alcanza una superficie de unos 18.000 m2, de los que más de 11.000 están ajardinados, más de 5.000 se destinan a paseos y algo menos de 1000 a juegos infantiles. En cuanto a la zona verde de Murallas, de poco más de 4.000 metros cuadrados, casi 2.000 son ajardinados, algo más de 1.000 para paseos y poco menos de 1.000 para juegos infantiles.
Así pues, en la concepción de estas zonas verdes se ha contemplado las funciones de ocio y esparcimiento, aunque su ámbito excediese al esperado en su creación pues constituye hoy en día una de las zonas más frecuentadas de la ciudad al acoger uno de los centros de diversión “marcha” más importante.
La función ornamental ha alcanzado un gran desarrollo, confiriéndose a este espacio urbano gran diversidad paisajística y potencialidad visual, aunque todo ello aparece presidido desde hace unos años por la estatua ecuestre de uno de los monarcas más estrechamente vinculados con la ciudad: Juan II, aquel que concediese el título de Ciudad en 1420. Esta escultura, inaugurada el 13 de abril de 2007, es obra de Sergio Blanco, tiene unos 4 metros de longitud y algo más de un metro de ancho, teniendo un peso de casi 2.000 kg de bronce, incluida la base. La figura muestra al monarca participando en la batalla de Sierra Elvira, en la vega de Granada en 1431.
El 11 de Marzo de 1988 se aprueba definitivamente la revisión del Plan general de Ordenación urbana en el que desaparece como tal el Plan parcial del Torreón y con él la normativa que se venía aplicando hasta este momento integrándose sus nuevas determinaciones en el nuevo P.G.O.U. Se modifica el número de alturas que pasa a ser de siete a cuatro plantas y se eliminan los volúmenes previstos en la parcela frente a la entrada de la carretera de Valdepeñas de propiedad pública (Consejería de Política Territorial). Se modifican aspectos puntuales manteniéndose las dimensiones de los bloques que se reflejan en los planos de detalle de la estructura urbana manteniéndose las definidas en el Plan Parcial del Torreón. En las últimas fases de desarrollo urbanístico se evidencian diferencias entre las dimensiones de los bloques señalados en planos y la realidad física. Para lo cual se sugiere desde la Dirección General de Urbanismo de la Consejería de Política Territorial la realización de un estudio de Detalle y parcelación al objeto de ajustar los volúmenes y parcelas. En junio de 1988 se presentará este estudio de detalle de las parcelas 4b y 6d por el que “se pretende reordenar las alineaciones así como los volúmenes edificatorios correspondientes… sin modificar aprovechamientos, edificabilidad, ocupación y número de plantas determinados en el PGOU”.
En la actualidad se encuentra totalmente ocupado y desarrollado todo el polígono.
Sin embargo, no todo es positivo pues al ser una zona de diversión la contaminación acústica es uno de los principales problemas a resolver y para ello des 1990 el Ayuntamiento viene realizando estudios de ruidos al respecto.
Así nos indica doña M.ª Ángeles Rodríguez Domenech que:
“Los ruidos producidos durante las horas nocturnas son debido a la concentración de personas en lugares destinados al ocio en los que a partir de las 10 de la noche, y de las 11.30 durante el verano, se producen aglomeraciones de personas en determinados puntos o áreas de la ciudad. La más destacada de ellas es la zona del Torreón (esta área ya fue detectada también en 1990), que llega a alcanzar los 80 dB y la cual se ha declarado, apoyándose en las mediciones del 21/10/2005 y como hemos indicado antes, Zona Ambientalmente Saturada (ZAS) (Aprobada por la Corporación Municipal por un plazo de 18 meses, publicándose en el B.O.P. de 12 de julio de 2006, entrando en vigor el 22 del mismo mes.).”
Según un acuerdo de aprobación de la Junta de Gobierno Local, de fecha 4 de enero de 2008, se ha prorrogado la vigencia de la zona ZAS por 5 años. Las calles incluidas dentro de la zona ZAS se relacionan a continuación: Alcántara; Avda. del Torreón; Cañas; Cierva; Compás de Sto. Domingo; Conde de la Cañada; Delicias; Hidalgos; Infante de la Cerda; Libertad; Madrilas; Mata; Palma; Pozo Concejo; Ronda Calatrava (entre nº 36 y 38); Ronda la Mata (hasta el Colegio Oficial de Farmacéuticos); Sancho Panza; San Vicente Ferrer. Se prohibe en este acuerdo, el aumento de locales de ocio en la zona, así como reducir las posibilidades de las terrazas a determinadas horas de la noche.
Por último, sólo me queda mostrar mi agradecimiento por su valiosa información documental a don Inocente Hervás y Buendía, a don José Golderos Vicario, a don Antonio José Martín de Consuegra Gómez, a don Félix Pillet Capdepón, a doña M.ª Ángeles Rodríguez, a don Diego Peris, y a don Miguel Serrano González y M.ª José García Carrasco; y por su colaboración gráfica desinteresada, a don Emiliano Cifuentes Pérez, don Luis Mario Sobrino Simal y don José Luis Huertas.
En suma pues, la problemática que siempre ha generado esta zona bien por su conflicto reciente con la construcción del aparcamiento o bien con la batalla constante de la vecindad respecto a los ruidos y peleas generados por el ambiente de diversión, son parte de la idiosincrasia de este barrio.
Fotos de Emiliano Cifuentes, José Luis Huertas y procedentes del archivo fotográfico de Luis Mario Sobrino
Extensísimo y documentado artículo sobre esta zona histórica de nuestra ciudad.
Y una pena, una verdadera pena que aún estén por descubrir y acondicionar los últimos restos de lo que fue parte de nuestro recinto amurallado.
Y da sana envidia ver como disfrutan de su pasado los vecinos y vecinas de Toledo y Avila entre otros núcleos históricos, con sus restos bien cuidados y aptos para ser disfrutados.
En Ciudad Real nos quedamos hace ya mucho sin la muralla que nos rodeaba y que Laurent entre otros fotógrafos plasmó en sus imágenes.
Nos quedó un resto de ella junto a la Puerta de Toledo y otro resto en la zona de la que habla Estanislao, El Torreón, pero…¿que queda? Aquí dejo el interrogante. Y sobre todo: ¿En que estado y con que perspectivas de conservación?
Una aclaración tomando en cuenta las palabras del historiador don Alberto Carnicer Mena, del que cito el siguiente texto:
«Sobre la calle Refugio, éste es su nombre histórico, y no se llama así por nada relacionado con la guerra civil. Del libro «Ciudad Real. siete siglos a través de sus calles y plazas» de José Golderos: «Otro célebre hospital, del que conocemos abundantes documentos, fue el del Santo Cristo del Refugio, fundado en el año 1610 por una congregación de eclesiásticos para acoger a los enfermos pobres de Ciudad Real, que era sostenido por limosnas, hasta que don Francisco Treviño y su mujer dejaron a la obra rentas con las que se hizo posible su sostenimiento, sin tener que recurrir a la piedad callejera. En el centro eran acogidos los menesterosos y enfermos, teniendo montado un servicio de recogida de desvalidos, que, careciendo de habitación, pernoctaban bajo los soportales de la Plaza Mayor. Exclusivamente dedicado a mujeres, mantenía una capillita anexa al hospital en la calle del Refugio, de la que tomó el nombre, semiesquina a la del Progreso (antiguamente llamada del Caballo).»»
Por cierto, Luis, que se me olvida darte de nuevo las gracias, compañero!
Un nuevo artículo del que poder obtener información de lo que fue y de lo que es una parte importante de nuestra ciudad.
Felicidades Manolo, esperando tu libro.
¡¡¡¡Menudo lujazo de reportaje!!!! sobre una zona que en mi niñez resultaba entre prohibida y recóndita. Gracias Manolo.
Muy buen artículo y bien trabajado. Enhorabuena por acercarnos nuestra historia.
UF! Hacéis que me sonroje, aparte de hacer mi trabajo más fácil y enriquecedor!
Muy buen articulo, ojala este ayuntamiento dejase de mirar por intereses privados y recuperase ese espacio de valor arqueologico para la ciudad.
Este tipo de sinsentidos son los que desaniman al ciudano
Completo y muy bien puntualizados los distintos datos que ya manejábamos por separado, conforme a lo leído anteriormente y conocido personalmente, por años de vida personal.
Como han apuntado otros, era un barrio un poco ajeno, como inexistente. Sin embargo, por la oportunidad de conocer a alguna familia de la Calle Alcázar, si puedo recordar los restos del Alcázar y su Torreón, casi cubierto de escombros y dentro de lo que parecía ser un corralón desmoronándose, como los lienzos de muralla de la ciudad, que aún se mantenían en pie a duras penas, condenada a un final que conocemos.