La comunidad educativa del colegio público Miguel de Cervantes, de Ciudad Real, ha puesto en práctica dos iniciativas solidarias antes de las vacaciones del primer trimestre lectivo. Los alumnos de entre tres y doce años de edad han llevado al centro material escolar que se enviará a los campamentos de refugiados saharuis en Tinduf y también productos no perecederos, destinados, en esta ocasión, al banco de alimentos ciudadrealeño.
El colegio colabora desde hace varios años con la Facultad de Educación de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la Diputación provincial de Ciudad Real en el programa de prácticas en campamentos saharauis, en virtud del cual los futuros profesores se desplazan a Tinduf para impartir clases de español a los niños que viven en precarias condiciones en el desierto. Los escolares del Miguel de Cervantes aportan su grano de arena a la iniciativa adquiriendo lápices, gomas de borrar o cuadernos, artículos que recoge y organiza el equipo directivo del colegio, encabezado por su directora, Pura Sánchez. Además de ayudar a los niños saharauis, la iniciativa contribuye a concienciar a los escolares ciudadrealeños sobre la realidad que vive aquella población, exiliada en un territorio inhóspito, en condiciones que resultan muy difíciles para los más pequeños.
La directora del colegio Miguel de Cervantes, junto con una delegación de alumnos, ha hecho entrega del material a la secretaria académica de la Facultad de Educación, Rosario Irisarri.
Paralelamente, y por iniciativa del AMPA del centro, los alumnos del Miguel de Cervantes han recogido alimentos no perecederos con destino al banco de alimentos de la capital.
