J. Carlos Sanz.- Ha sido una experiencia piloto pero todos los que han participado en ella coinciden en señalar su eficacia, funcionalidad e idoneidad. Además, están deseando volver a repetirla en un futuro próximo pero dotándola de más espacio y una mayor presencia de infraestructura y participantes.
Así puede resumirse lo acontecido en el I mercadillo de segunda mano y trueque “Otros mil usos” que durante la jornada de ayer se llevó a cabo en las inmediaciones de la Concha de la música de Puertollano y que gozó de una notoria acogida por parte de la ciudadanía. Desde su inicio, un enjambre de personas se arremolinaba en torno a la decena de puestos que integraban dicho mercadillo para encontrar productos usados a precios de ganga (ropa, calzado, libros, electrodomésticos, bisutería y objetos hechos a mano) o bien intercambiar propios que ya no tienen utilidad por otros que les podían hacer falta.
Si algo ha puesto de relieve esta iniciativa ha sido la demanda existente de objetos usados en unos tiempos donde la escasez es la consigna reinante. Hacer de la necesidad una virtud y en el mercadillo de segunda mano esta premisa se cumplió con creces. De paso, la organización del evento ha demostrado que existen otras vías de organización de la sociedad civil así como fórmulas de autoconsumo influenciadas por el trueque de toda la vida.
Lo que empezó siendo una propuesta auspiciada en las redes sociales, rápidamente se viralizó para tomar cuerpo y forma. Jana Laguna, principal organizadora de la iniciativa, destacaba el principal leitmotiv de la misma “un proyecto comunitario que sirve crear nuevas vías de desarrollo y establecer relaciones intervecinales con las que crear cohesión social y grupal”. Por tanto, y junto a la vertiente práctica de vender o intercambiar productos de segunda mano, esta experiencia sirve para alumbrar una mayor participación y auto-organización del tejido social al margen de las instituciones.
Espíritu solidario del mercadillo de segunda mano
Pero sin duda, el valor añadido de este primer mercadillo de segunda mano ha consistido en su espíritu solidario. La organización acordó destinar un 20% de lo que cada participante recaudara a diversos colectivos y asociaciones locales. Así, los más de 275 euros recaudados entre todos se destinarán colectivos como la Asociación Protectora de Animales y Plantas “Huellas”, Cruz Roja así como asociaciones de personas aquejadas por diversas enfermedades. También, se organizó un exquisito aperitivo solidario donde todo lo recaudado (otros 275 euros aproximadamente) irá destinado íntegramente al centro de personas sin hogar “Virgen de Gracia” que Cáritas gestiona en Puertollano. Esta institución ya alertó semanas atrás que precisaba más de 73.000 euros para garantizar el mantenimiento de un centro vital para personas excluidas.
Una arista solidaria que para la mayoría de los ciudadanos que se acercaron al mercadillo fue todo un acierto. Así lo refrendaba Amaranta García al señalar la importancia de esta finalidad solidaria “en una iniciativa donde parte de lo que se recaude se destinará a asociaciones que están trabajando en beneficio de la ciudad y de las personas más desfavorecidas”. En su caso, decidió donar tres bolsas de ropa solicitando que el dinero obtenido se destinara a Cruz Roja de Puertollano.
Otros ciudadanos destacaron la buena organización imperante en una iniciativa apadrinada por gente joven de Puertollano y que han conseguido implicar a la ciudadanía. “En una situación donde el dinero escasea hay que incentivar otros métodos y modos de obtener las necesidades y el trueque siempre ha sido la panacea” reconocía Amaranta.
Para Murillo, uno de los participantes, el hecho de que se vaya implantando una cultura del intercambio en estos tiempos es fundamental “pues todos la llevamos dentro y debemos sacarla” e insistía en la importancia de volver a celebrar un mercadillo de este tipo. Mismo pensamiento el que compartía otro de los participantes quien confía en que la iniciativa se repita “aunque deberá contar con un espacio mayor para que haya más gente vendiendo e intercambiando”.
Otro joven ciudadano sacaba a relucir un aspecto importante y que se suele obviar en la sociedad de consumo como es reciclar aquellas cosas que ya no necesitamos. “Solemos tener cosas de sobra en casa y si las cambias o vendes por otras es estupendo porque vuelves a darles un valor”. Al igual que la mayoría de los consultados cree necesario repetir este evento aunque propone que se realice “una vez a la semana”.
Es evidente que en tiempos de crisis toca reiventarse y apelar a una actitud creativa. La incipiente cultura del trueque que empieza a expandirse en la localidad minera es buena muestra de ello. Muchos reconocen que tal y como están las cosas es necesario consolidar la cultura del intercambio. Algo que como apuntaba un ciudadano de avanzada edad “siempre ha existido pero se ha practicado muy poco”. Parece que en esta ocasión, este tipo de relaciones entre la ciudadanía llega para quedarse.
¡Que grandes! Estas iniciativas son las que dan vida a la ciudad, no tantos Terris, ni Palacios de Congreso, ni tantas instalaciones para que las disfruten unos pocos. Facilitar la celebración de estos encuentros vecinales es lo que debe permitir un consistorio. Sociedades como la estadounidense tienen estos sistemas de intercambio muy asentados. Pero a nosotros nos venden su capitalismo y su consumismo. ¡Enhorabuena a los organizadores y participantes! !Hay que repetir!
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