Conocí a Francisco Antonio Moya en un concierto celebrado en su localidad natal, Villahermosa hace cinco años. En aquella ocasión la orquesta interpretó El Mesías en el que también actuó como solista el actual director del coro Oretania, Daniel Báñez. Un director de orquesta de Villahermosa, fue lo que me dije al acabar el magnífico Concierto.
Desde entonces lo vengo siguiendo con asiduidad, primero porque soy amante de la música, así sin apellidos y segundo porque la labor de este maestro debe ser tenida muy en cuenta.
En nuestra tierra tendemos a valorar más lo de fuera que aquello que parimos. Craso error. Ní caer en el ridículo de decir que lo nuestro siempre es lo mejor por narices, cuestión de la que estamos lejos, ni caer en el pasotismo de infravalorar los activos que tenemos. Francisco Antonio Moya es un activo importante para la cultura de Castilla La Mancha al que hay que potenciar. La adaptación de la segunda sinfonía de Mahler, Resurrección solamente puede y se atreve a escribirla y representarla un músico con dotes extraordinarias y el maestro Moya demostró que las tiene.
Como amante de la música también quiero dejar patente y agradecer a OFMAN y Coro Oretanía, con su director Daniel Báñez en una incansable labor, su dedicación en favor de la cultura. Gracias paisanos.
