Hay que ver, aunque no hay que ver tanto porque ya hay poco nuevo bajo el sol. Pero cuando reaparece una información relacionada con los capitostes de la capital, como la de la Bodega del Vicario, viene a la «memoria histórica», los confortables compañeros de cama que tiene el dinero (el dinero fácil) y toda la alcurnia y parafernalia de estos años locos de desatar.
Llama la atención que personajes como Miguel Bosé (a puntito de ser Ministro de Cultura con ZP) anduviera por estos pagos. No es nada punible, ni siquiera reprochable tener o ser socio de una bodega, pero este chico lo mismo se asocia con la patronal del campo que es capaz de ponerse en cabeza de pancarta defendiendo a Gordillo. Eso sí, artista es y grande. Aunque va en gustos, como todo.