La conferencia “Sobre el poblamiento de Valdepeñas y su entorno en la Edad Media”, a cargo de la profesora de la Universidad de Granada Clara Almagro Vidal, ha abierto esta tarde el XI Ciclo de Conferencias Valdepeñas y su Historia que organiza el Ayuntamiento de Valdepeñas con el objetivo de acercar a la población los hechos, destalles e historia que han acontecido en la zona. “Creo que cualquier administración local debe dar a conocer la historia de todo cuanto ha acontecido en la ciudad”, afirmó el Teniente alcalde de Cultura, Turismo y Comercio, Manuel López Rodríguez, que recordó que “llevamos nueve años trabajando en este sentido y en el noveno año hemos conseguido encontrar la luz en la época medieval, que a posteriori habrá otras sobre la misma época”, adelantó.
En cuanto a la ponencia, Clara Almagro Vidal ha explicado, según sus investigaciones, cómo fue el proceso por el que se formó la ciudad, en el que tuvo mucho que ver la Orden de Calatrava. “Se trata de una reestructuración general del poblamiento, que antes estaba mucho más disperso para responder a las demandas económicas del espacio derivadas de la ganadería. Además de una serie de dinámicas por parte de la Orden que le interesaba concentrar a la población en determinados núcleos”, indicó la ponente, que justificó afirmado que “siempre es más fácil poderles encuadrar para cuestiones fiscales, y además hay que tener en cuenta que aquí estamos en el límite con las tierras de Santiago, por lo que era una zona en la que la Orden debía hacerse presente y le interesaba que estuviera bien configurado el territorio”.
El jueves 21 de noviembre a las 20,00 horas concluirá este ciclo de conferencias con la ponencia “La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción: Imagen, función y símbolo”, que expondrá el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Enrique Herrera Maldonado. En la conferencia se abordará el aumento demográfico y la bonanza económica que experimentó Valdepeñas a finales del siglo XV y comienzos del XVI, lo que derivó en la construcción de una nueva iglesia parroquial. Para ello se recurrió a importantes arquitectos que trabajaban por la zona, entre los que destacaba el maestro Juan de Baeza, quien proyectó un hermoso templo de estilo tardogótico.
Con el paso del tiempo fue necesario construir un nuevo mobiliario litúrgico, del que merece la pena destacar el magnífico retablo mayor renacentista. De la misma manera, en la época barroca se incorporaron nuevos retablos, altares o tabernáculos, que configuraron la imagen que la iglesia mantuvo hasta la pasada Guerra Civil.
