El coordinador provincial de Izquierda Unida, Miguel Ramírez, ha puesto de manifiesto las sospechas de su formación respecto al destino que la Diputación pudiera dar, finalmente, a la Finca Galiana. Pese a que Nemesio de Lara anunciara recientemente que los terrenos podrían ser utilizados por jóvenes desempleados para desarrollar sus proyectos empresariales, Ramírez asegura que la verdadera intención del presidente provincial es la de poner la finca en manos de ASAJA, «la principal patronal agraria que representa los intereses de los grandes terratenientes».
Ramírez comentaba esta mañana en rueda de prensa que, durante el pasado mes de marzo, Izquierda Unida registró un escrito dirigido al presidente de la Diputación pidiéndole que desistiera del proceso de venta mediante subasta de la Finca Galiana. Un procedimiento que llegó a convocarse hasta en tres ocasiones con sucesivas rebajas del precio inicial sin que apareciera comprador alguno. «Ocho meses después y visto el fracaso de esta operación por parte de la Diputación, estamos viendo con preocupación que, al final, de lo que se trata es de buscar una salida que contente a una parte de la patronal agraria si, como parece ser, el destinatario de esta finca es la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA)».
Ramírez aseguraba que sería «muy triste» que la Finca Galiana «acabe en manos de una patronal agraria que no representa, a pesar de lo dicen, los intereses de los pequeños agricultores y de aquellos que defienden una agricultura social, alternativa y ecológica; otro modelo de desarrollo, en definitiva, para la sociedad».
El coordinador provincial de IU ofrecía a Nemesio de Lara «poner en encima de la mesa ideas y propuestas para sacar adelante la Finca Galiana, para sacarle el mayor rendimiento social, el mayor aprovechamiento educativo y el mejor uso de este bien público. Nosotros tenemos todo un programa sobre la soberanía alimentaria y agricultura ecológica». A juicio de Ramírez, podrían aprovecharse las instalaciones para actividades formativas, «con el fin de que la finca volviera a ser una herramienta para que la Universidad de Castilla-La Mancha desarrolle sus labores de investigación».