Grupo Educación y Universidad. PSOE provincia de Ciudad Real.- De acuerdo a la estadística anual de Investigación y Desarrollo, en Castilla-la Mancha volvemos a 2007. De momento. El mes de noviembre nos trae cada año los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la inversión en investigación y desarrollo (I+D) y podemos contemplar con tristeza que en Castilla-la Mancha hemos vuelto ya a los números de 2007.
Un descenso en el gasto en I+D de más del 11% cuando se compara con 2011 y, lo que es más grave, se profundiza e la pérdida de investigadores en nuestra región, 276 en ese periodo, el 8% que se suman a los 124 perdidos el año anterior.
No son cifras que sorprendan a la vista de las políticas restrictivas que aplican los gobiernos de España y, especialmente, el de Castilla-La Mancha. Los retrasos y la discontinuidad en las convocatorias del Ministerio de Economía, donde se aloja la Secretaría de Estado de Ciencia y Tecnología, parece que a modo de realquilado, y la aniquilación absoluta de convocatorias por parte de la consejería de Educación y Cultura de la JCCM, en otro tiempo de Educación, Ciencia y Cultura.
Todos los recortes tiene efectos perniciosos pero en el mundo actual, el acceso al conocimiento marca la diferencia entre las sociedades y la desigualdad en desarrollo científico y tecnológico el abre las brechas sociales y económicas muy profundas. Por ello, la política científica del Gobierno regional y de su presidenta Cospedal, que se puede asociar perfectamente con la universitaria, está anulando las posibilidades de futuro de nuestra región.
No es una expresión catastrofista, no. La ciencia y la tecnología son factores esenciales para el aumento de la riqueza y del bienestar de la sociedad. Por eso es cada vez más importante que los gobiernos diseñen políticas adecuadas para gestionar la producción de nuevos conocimientos y la aplicación de éstos en el sistema productivo.
La nula inversión en formación de investigadores, en proyectos científicos y en proyectos tecnológicos que venimos sufriendo desde 2011 tiene un efecto de largo plazo que se visualiza ya en los 400 investigadores perdidos entre 2010 y 2012 y que, desafortunadamente, todo indica que seguirá incrementándose el próximo año cuando se materialice la repetida no-inversión de 2013.
El esfuerzo de los ciudadanos de Castilla-la Mancha permitió doblar el número de investigadores de 2001 a 2008, fruto, entre otras cosas, del intenso crecimiento de la UCLM. Ahora, además de disminuir las prestaciones que reciben los ciudadanos en todos los órdenes, se ha iniciado la dilapidación de los recursos científicos y tecnológicos. Un panorama bastante oscuro y alejado de las tendencias que mueven al mundo.