El pasado martes, aprovechando una de las habituales visitas que realiza Lucía, técnico del Programa de Drogodependencia de Cáritas, al Centro Penitenciario de Alcázar de San Juan, el director Diocesano y la directora de Siloé, la han acompañado para hacer partícipe a la directora de este Centro de la Medalla otorgada por Instituciones Penitenciarias con ocasión de la festividad de la Merced, acto celebrado en Herrera y al que la directora de Alcázar no pudo asistir.
En un sencillo y muy entrañable acto, Mercedes Iruarrizaga, directora del Centro Penitenciario de Alcázar de San Juan, elogió el trabajo de las dos profesionales allí presentes, recordándoles que representan el trabajo de una organización que se implica, preocupa y ocupa de personas desfavorecidas socialmente, con pocos recursos económicos, personales y familiares y en ocasiones enfermos. También comentó el conocimiento del trabajo que se desarrolla en el Centro de Acogida Siloé, ya que en sus voluntarios y trabajadores, encuentran a profesionales preparados, sensibilizados con el problema que trabajan por y para las personas con problemas de drogadicción.
Mercedes, expresaba que “no podía ser de otra manera, por lo que este trabajo había que agradecerlo, porque recompensarlo es imposible, ya que no se puede cuantificar la dedicación, esfuerzo y compromiso con los demás y con el proyecto”. Por lo que animaba a que “llevasen con orgullo la medalla concedida y que hiciesen extensible la más sincera admiración y enhorabuena a todos los compañeros por el trabajo tan bien realizado».
A continuación el director Diocesano, Fermín Gassol, leyó las palabras que pronunció en su día, con ocasión de la entrega de la Medalla, y seguidamente, mantuvieron una reunión informal en la que quedó patente el grado de cercanía y sensibilidad que la directora del Centro mantiene con los allí ingresados.
En palabras de agradecimiento, el director Diocesano expresó «que ese momento tenía para él un sorprendente y especial significado, por encontrarse en un lugar en donde la libertad es imposible y con una directora en la que adivina cercanía y humanidad, llevándose una gratísima impresión”. Por último agradeció la confianza mostrada por el Proyecto y por las personas y también su amabilidad y tiempo dedicado.
Con una perdona como Fermín al frente de su equipo en Cáritas, no me extrañan los elogios.