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nvertido en una nueva estación del vía crucis en que se ha convertido este final de Campeonato, el GP de Abu Dhabi ha pasado sin pena ni gloria salvo porque el depredador Vettel dejó trofeos menores para sus rivales: la “pole” del sábado se la quedó Webber, mientras que la vuelta más rápida en carrera la marcó Fernando Alonso en su frenética caza de la quinta plaza final que casi le garantiza su tercer subcampeonato del mundo (sería el segundo consecutivo) dado el fiasco de Räikkönen y su “desaparición” de la carrera. Con más de medio minuto sobre su voluntarioso compañero, “Seb” demostró, igualando el récord de victorias consecutivas (7) de Ascari (1952-53) y Schumacher (2004) que está “über alles” los pilotos de la parrilla, incluidos los que, como él, son campeones del mundo.
Jamás nadie, en la historia del Mundial de F-1, tuvo tantos y tan cualificados rivales como contra los que ha tenido que luchar Vettel, desde casi su acceso a la cresta de la ola de las carreras. Michael Schumacher obtuvo sus últimos cuatro títulos de forma consecutiva sólo con un campeón (Villeneuve) sobre la parrilla, una vez retirado Mika Häkkinen. Fernando Alonso, enterrador de la “era Schumacher” lo tuvo algo más complicado, ya que el alemán y el canadiense formaban un dúo de alto voltaje entre los rivales, si bien Jacques estaba más en otras cosas que en las carreras de F-1. En 2007, Räikkönen se tuvo que enfrentar sólo a un campeón (Alonso), tras la primera retirada del “kaiser”, y es justo ese año en donde la pléyade de nuevos campeones del mundo empieza a sucederse: tras el finlandés, llegan Hamilton y Button, haciendo que la parrilla de 2010, y tras el regreso del heptacampeón a bordo del Mercedes, cuente con la cifra record de cinco campeones del mundo, algo absolutamente insólito.
Y en esas llega Vettel. Bien es cierto que el poderío de Red Bull ha propiciado la escandalosa paliza propinada a sus rivales-colegas campeones, pero también lo es que el alemán, que sacó petróleo del engaño a Ferrari en Abu Dhabi 2010 coronándose por primera vez campeón, ha ido organizando el equipo a su gusto, dejando sólo migajas para el otro hombre que conduce una coche parecido (que no igual). El podio final de estos cuatro años de rodillo “vetteliano” está dominado por él y Alonso con la incursión nada desdeñable de Webber (tercero en 2010-2011), Räikkönen (tercero en 2012 y todavía en 2013) y Button (subcampeón en 2011). Si, como parece, Räikkönen se ha borrado de terminar decentemente con Lotus (dice que no ve un euro desde hace meses) y su tercera plaza actual le importa un pepino (llegó a decir el pasado año que no quería ser tercero para no tener que acudir a la gala de entrega de premios), será Hamilton el que ocupe el lugar del bronce final, aunque no es descartable que Webber remate su trayectoria en la F-1 con ese premio menor.
Es decir, en los últimos cuatro años, de los doce mejores puestos finales en la clasificación del Campeonato, diez han sido copados por campeones del mundo y en las 75 carreras desde inicio de 2010 sólo Webber, Rosberg y Maldonado han hurtado el triunfo a los cinco campeones que adornan una parrilla por lo demás muy descompensada en cuanto al talento de sus integrantes. El pasado año el “club de los cinco” copó idénticas plazas finales, éste parece que serán cuatro tras la deprimente temporada de Button, pero sobre todos ellos (über alles), como reza el inicio del himno alemán, a sobrevolado año tras año la dominadora figura de Vettel al que todavía quedan dos carreras esta temporada (Austin e Interlagos) para hacer añicos otro par de viejos registros. Pero esas historias las contaremos cuando acabe noviembre.
Juanma Núñez
