El Ayuntamiento de Daimiel ha asegurado que las aguas residuales no depuradas al cauce del río Azuer procedentes de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Manzanares y detectadas hace dos semanas nada tienen que ver con la depuradora daimieleña. El alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, mostró su preocupación por un asunto en el que desde la administración local que gobierna se mantiene vigilante ante el transcurso de los vertidos y el resultado a los análisis realizados procedente de las muestras del agua recogidas por Confederación Hidrográfica del Guadiana.
«Se trata de un caso concreto en el que el Ayuntamiento de Daimiel está exento de responsabilidad», afirmó. Sin embargo, precisó, «nos afecta directamente por las consecuencias derivadas de una contaminación que sigue su curso y que pudiera llegar a nuestro bien natural más preciado como es el parque nacional Tablas de Daimiel».
Sierra, que hizo estas declaraciones a preguntas de los periodistas y tras la presentación del proyecto ‘Misión Posible’ que promueven WWF y Coca-Cola, aclaró que este caso se localiza «río arriba» y nada tiene que ver a cuando se origina un vertido «ocasional» al canal de la depuradora en el término municipal de Daimiel por episodios de abundantes lluvias donde se ve desbordado y son las aguas rebosantes, «con un alto grado de disolución», las que lo sobrepasan. «En ningún caso es una derivación, y mucho menos, deliberada», afirmó. El primer edil especificó que ese derrame se produce «muy pocas veces y únicamente cuando no ha podido ser asumida por la propia depuradora y la Laguna de Navaseca ante episodios de fuertes e incesantes lluvias».
El primer edil reiteró que son incidentes «contados, que no guardan relación con el caso detectado aguas arriba en el Azuer, que se originan durante lapsos de tiempo escasos y que el agua que se derrama llega además muy diluida, con parámetros de dominio público comprobados periódicamente por la propia CHG». En este sentido, comentó, que «no es comparable a vertidos del volumen detectado en la última quincena en el río Azuer» procedente al parecer del término municipal de Manzanares y que avanzan en su curso habitual afectando a Daimiel y a su medio ambiente.
Al final es culpa de 9.000 naves que vinieron de Raticulín.
Y luego cuando las aves se mueren, como diría la Roncero con la ramas, es que es algo estadístico dentro de la normalidad.
Qué poquito han pasado estos por una empresa privada seria, donde ya estarían de patitas en la calle.
A ver si el Seprona hace algo.