Los padres del Colegio Azorín de Argamasilla de Alba han conseguido su objetivo y sus hijos de cuatro años serán atendidos por una profesora especializada tras renunciar a llevarlos clase como forma de protesta. En un comunicado, el colectivo anuncia que sus hijos serán atendidos por una profesora con especialidad en educación infantil.
La profesora ejerce como tutora en el grupo de 1º de primaria. Según los padres, «esto supone que la profesora en cuestión tenga que dejar de impartir determinadas horas de las que tenía asignadas en su horario para diversos fines, y las dedique ahora a completar el horario del jefe de estudios como tutor del grupo de 4 años».
«Decimos que la solución no es completamente buena, porque pese a ser buena para los niños de cuatro años, no lo es así para el centro en su totalidad, puesto que se siguen negando a mandar el cupo de medio profesor que sería imprescindible para que el jefe de estudios pudiera ejercer su derecho, también legislado, de dedicación horaria, en concreto 10 horas, a la labor de jefatura de estudios», explican.
Según los padres, «se perderán de esta manera apoyos y refuerzos, y también supondrá un agravio comparativo para este jefe de estudios, ya que contará con menos horas de dedicación a dirección, puesto que ya ha manifestado que no tomará las 10 horas legales, sino algunas menos para no agravar la situación de excesiva carga lectiva con que va a contar la profesora afectada y tutora de primero. Profesora a la que por otro lado se le ha impuesto esta decisión, sin posibilidad de negarse a ello».
«El perjuicio es claro, una reestructuración de horarios en un centro escolar, a dos meses de haber empezado el curso escolar, no puede ser positivo ni para alumnos, ni para padres, ni para profesores, pero es la única solución que ha puesto encima de la mesa el inspector de zona, el cual se ha manifestado tajantemente en la idea transmitida por altos mandatarios de la Consejería de Educación respecto al hecho de que la plaza no será cubierta bajo ningún pretexto», subrayan.
Los padres del grupo de cuatro años tienen una sensación agridulce: «por un lado hemos conseguido que la situación de nuestros hijos se normalice, pero por otro, nos da la sensación de que se nos ha tomado el pelo, tanto a nosotros, como al centro en general, como a profesores, padres y dirección en particular, puesto que como diría el famoso refrán de nuestra zona: nos han vestido un santo para desvestir a otro».
«Nuestros hijos acuden de nuevo al centro, pero si el centro considera que ahora hay que abordar otra lucha, esta vez con distinto objetivo, seremos los primeros en secundar cualquier medida que se acuerde por parte de los diversos sectores educativos y AMPA», concluyen.
