Multimedia.- Herencia abrió oficialmente su Puerta y Año Jubilar el pasado domingo con motivo del 300 Aniversario de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción, patrona de Herencia. Este Año Jubilar fue una gracia concedida por Decreto Papal, desde Roma, el pasado verano. El Obispo de la Diócesis, Antonio Algora, presidió los actos centrales de la tarde, acompañado del párroco Julián Martín, a los que asistió el alcalde de Herencia Jesús Fernández y otros miembros de la Corporación Municipal.
Como indican desde la Parroquia, a las cinco en punto de la tarde, como si de regresar tres siglos atrás en el tiempo se tratara, el pueblo de Herencia accedía en masa a su Templo Parroquial queriendo conmemorar lo que la villa dieciochesca celebró aquella jornada otoñal de 1713. El obispo de Ciudad Real, Monseñor Antonio Algora, llamaba a la Puerta Jubilar de la Parroquia a esa hora para dar comienzo a una Año repleto de numerosas actividades en torno a la Parroquia, su historia, su vida y su futuro.
En este momento se abría de par en par la “Puerta del Sol”, reconvertida en Puerta Jubilar con motivo de esta especial efeméride que se alargará hasta el 26 de octubre del próximo año 2014. Así, la celebración de la Eucaristía ya en el interior del recinto sacro era presidida por la cabeza de la Iglesia en la Diócesis de Ciudad Real.
Monseñor Antonio Algora alzó la voz en su homilía marcando el camino a seguir para la Parroquia en los próximos meses con este ambicioso proyecto. “Ahora más que nunca, es una oportunidad clave para mirar al necesitado”, sentenciaba el obispo haciendo un claro guiño al carisma caritativo como base eclesial. El eje de sus palabras lo marcaron los versos litúrgicos del salmo correspondientes a esta celebración: “Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha”, completando esta cita bíblica con su particular punto de vista, “especialmente en este año debemos escuchar los gritos de los que sufren”.
Hubo también en el transcurso de la misma un recuerdo especial al Sumo Pontífice no sólo por la concesión jubilar que ha otorgado a la Parroquia herenciana, sino por su renovador y reconocido carácter popular: “El Papa ha llamado al corazón de los cristianos en Lampedusa. Ha dicho que la sociedad ha perdido la sensibilidad”. Así, Algora hacía suyas las palabras con las que el obispo de Roma criticaba los valores sociales para darle un nuevo aire a este comienzo: “Estamos llenos de personas que se solidarizan con causas justas, pero el cristiano no sólo puede quedarse ahí sino que debe ir más allá porque su meta está más alto”.
Procesión matinal, inauguración de un nuevo monolito y enterramiento de la “caja del tiempo”
Antes, la liturgia acompañó a la mañana del domingo con tres actividades que, como preludio a lo que en la parte vespertina de la jornada estaba por acontecer, fueron el ambiente idóneo para la posterior celebración. El acto central, una procesión del Corpus extraordinaria, partía a las once y media del convento de los Padres mercedarios para desembocar, tras varios puntos de descanso a lo largo del recorrido en alteres preparados por hermandades de pasión de la localidad, en el punto exacto donde se encontraba la antigua iglesia que precedió a la actual.
Tras el rezo de la hora sexta en el interior del templo actual, a la una del mediodía se descubría un nuevo monumento con la imagen de la Inmaculada, Patrona de la villa manchega. Justo a sus pies se enterraba la “Caja del tiempo” donde todos los grupos parroquiales, hermandades y particulares quisieron guardar sus documentos particulares con el propósito de no volver a desenterrarla hasta pasados, al menos, trescientos años desde ese momento.
Lo viejo y lo nuevo fundidos en una jornada histórica que tan sólo marca el principio de lo que el año espera de sí. Una jornada que intentaba empañar el ambiente con que, aquel 27 de octubre de 1713, Herencia festejaba la inauguración de su nuevo Templo. Hoy el mismo pueblo lo ha recordado no sólo ganándose el Jubileo, sino acudiendo de forma multitudinaria a los diversos actos que han empapado de aire romántico la jornada dominical, como narra el herenciano Javier Fernández-Caballero en su crónica para el blog de la Parroquia.