Caníbal

silencio_buenaJosé Manuel CampilloUna gasolinera envuelta en la oscuridad de la noche, un silencio abrumador que hace resonar con rotundidad todos nuestros temores, una carretera cuyo particular Finisterre son los miedos del espectador y una onomatopeya que suena a tragedia son los condimentos que sirven para que el particular Caníbal de esta cinta muestre el aliño con el que nos va a aderezar unos inquietantes y proteínicos minutos.

La historia transcurre en esa ciudad donde los amaneceres tienen profundidad de eternidad y en la que los hombres lloran lo que no han sabido defender como tales. Sí, esa tierra soñada en la que el cantar se vuelve gitano que compuso y letreó Agustín  Lara y que ahora ha filmado Martín Cuenca haciendo suya  la parte final, la Granada llena de lindas mujeres, de sangre y de sol.

canibal02Antonio de la Torre es el caníbal moderno. Ese ser que habita en las periferias del alma humana y en el centro de toda ciudad. Un ser anónimo que convive con sus psicopatías y con la normalidad que le otorga una sociedad psicópata. Esas en las que el vecino es un cuerpo cuyo interior está cortado por el meridiano de Greenwich y su hábitat es cualquiera de los dos polos. Y al que hablamos siempre desde la línea gélida y tangencial que nos aleja de la añorada empatía.

canibal01La historia tiene el aire de la novela Plenilunio, aunque este es más seco e hiriente por la parquedad de palabras que los protagonistas, cual Cartujos, omiten en sus largos y adecuados silencios. No hay palabras innecesarias, como tampoco hay silencios incómodos. Cada mirada y cada gesto están medidos con la misma precisión con la que Lázaro Carreter lanzaba su certero dardo.

Un caníbal no es más que un filósofo lanzado al hedonismo de la realidad. Un pensador que ha hecho suyas las palabras de Marx sobre el fetichismo de la mercancía, así como la idea del Freud de Tótem y tabú de que hay que comerse al padre, acomplejados por Edipo, para aniquilarlo e interiorizar su poder. El caníbal de esta historia es más sofisticado y tiene mejor gusto. Deja al padre en paz y busca a las chicas que se parecen a las modelos de Victoria´s Secret. Es un psicópata, sí, pero no es tonto.

Posdata: La fotografía es muy buena. Hay escenas que valen por toda una película. Valga esta  particular sinécdoque como adecuada y breve sinopsis. Así como este último pleonasmo como  muestra de mi anquilosada pluma. Y esta metonimia como adecuado preámbulo a la tautología que defiende el protagonista y con la que yo acabo: la carne, carne es.

José Manuel Campillo es autor de Kubrick y la Filosofía.

Silencio, ¡se rueda!
José Manuel Campillo
www.vienafindesiglo.blogspot.com

 

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8 COMENTARIOS

  1. Tengo que reconocer que no soy nada seguidor del cine español, considero que hay peliculas muy buenas, y demasiadas que son bazofia…pero ayer vi Canibal, y me pareció fabulosa.
    Tiene ese toque de pelicula asiatica, donde menos es mas, donde una buena fotografía o un simple gesto de un personaje, valen y cuentan mas que 2 horas de cualquier pelicula de Hollywood.
    Antonio de la Torre está increible, la historia tiene muchos toques muy buenos e inesperados, y esa banda sonora, que tambien acompaña con el estilo de la pelicula,totalmente mínima pero que te lleva de la mano y completa todo.

    Y comentar aparte el nulo tirón que tuvo ayer la pelicula como parte de la programación de Hemoglocine: Nadie joven(excepto los propios organizadores) nadie de quien se pueda espera que le interese el festival. Una vez se pone de manifiesto el nulo interés de la juventud de Ciudad Real por la cultura en cualquiera de sus facetas. Las cervezadas que estarán al empezar, las veremos llenas, y yo aun me acuerdo el ciclo de cine koreano que la UCLM proyectó el año pasado, donde nunca se superaron las 10 personas en ninguna de sus proyecciones, por poner un ejemplo. Una pena, una vez mas.

    • Sí, en cierto sentido es una película minimalista.
      Antonio de la Torre más que increíble, está creíble. Y eso es lo mejor que se puede decir de un actor.
      Un saludo.

  2. Antonio de la Torre va camino de convertirse en un señuelo actoral de las bondades de lo que viene después.
    J.M. aún lo he visto, por eso no avanzo nada. Sólo intuir la magia del cartel, que asemeja una composición de un Caravaggio moderno.
    Lo demás es obvio, como dices sobre ‘la carne, carne es’. Junto a ello el sexo como arma terrible, a veces comestible, la comunión canibal y la oscura antropofagia.

    • No ha nacido aún, amigo Rivero, el Caravaggio moderno. Y es que hay personas que son irrepetibles.
      Oscuro es el ser humano, si bien la cultura ha traído un poco de claridad. Aunque no demasiada.
      Un saludo.

  3. Ya había leído la crítica de uno de esos periodistas que tienen pagada una estancia de lujo para los grandes festivales de cine. No es difícil adivinar el nombre. Y claro, impremeditadamente, una compara y llega a la conclusión de que un buen crítico es el que hace buena crítica (otra tautología más ramplona que la tuya), el que no destripa burdamente una historia, el que dosifica en cada frase un sutil ingenio y fino sentido del humor. El buen crítico sin duda es José Manuel Campillo.
    Probablemente no la vea, no es un género de cine que me guste. Aunque haya críticas que valgan por toda una película.

    • Muchas gracias Carmen.
      La calidad de un crítico se mide por la calidad de sus lectores, y en ese sentido sí que soy un buen crítico.
      Un saludo.

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