En el mundo de las carreras no ha resultado raro, ni excepcional, el hecho de que un piloto pierda un título casi ganado de antemano por la torpeza en la dirección del equipo, de la escudería, que dirían los puristas. McLaren 2007, Ferrari 2010 y ambos con Alonso de perjudicado, son los ejemplos más notorios en la F-1; desde esta madrugada puede añadirse el fiasco de Honda con Marc Márquez.
El GP de Australia ya empezó teniendo malas vibraciones desde los libres del viernes con esa sujeción del motor de la Honda de Pedrosa que casi le arruina algo más que una vuelta en pista; luego estuvo el asunto de las caídas de Márquez que denotaron cierto nerviosismo en el piloto catalán que disponía del primer “match-ball” para asegurarse el título de Moto GP, Lorenzo peleándose con las gaviotas para poder marcar un buen crono en una vuelta limpia y de telón de fondo la sorprendente obsolescencia de los neumáticos para la carrera. Como en la F-1, las motos deben su eficacia a compuestos de goma cada vez más sofisticados, esos que permiten inclinaciones sobrenaturales de casi 65º, esos que, si alguien pone un súper-asfalto en su remozada pista, se degradan, se disuelven, se difuminan, se “escarallan” que decía un amigo gallego. Esos neumáticos que fueron puestos en tela de juicio en Moto2 y MotoGP obligaron a rectificar el procedimiento de las carreras hasta el punto de hacerlas en dos partes, con dos motos calzadas de forma distinta. “Flag to flag”, de bandera a bandera, fue la nomenclatura que debimos aprender rápidamente para comprender que, cada piloto, tenía una ventana abierta de tres vueltas para cambiar de moto previo tránsito por el “pit-lane”. Pues bien, los técnicos de Honda Racing Corporation, emulando a Pepe Gotera y Otilio, ordenaron a su piloto, Márquez, que se detuviera en una vuelta a la llamaremos “ilegal” con lo que, nada más salir de “boxes”, el de Cervera era automáticamente descalificado. Paradójicamente el enemigo de este sainete “flag to flag”, Jorge Lorenzo, se llevó la victoria, veinticinco puntos netos y su renacida aspiración al título que tendrá muy bien ganado si los “matemáticos” de Honda no saben en próximas carreras resolver la ecuación 1+1=?
La escudería más prestigiosa y laureada del mundo del motociclismo, ejemplo de eficacia y suma tecnología, epítome de cuantas innovaciones acuden a mejorar y expandir el mundo de la competición en dos ruedas, lleva tres carreras “cagándola” al no poder manejar los egos de sus dos pilotos: el eterno aspirante, Pedrosa, y el mejor “rookie” de la historia, Márquez, al que creo que nadie quiere como campeón, salvo la prensa deportiva. Honda, incluso, probó su nuevo modelo con su “ex” Casey Stoner, recuperado de su retiro para fastidiar a los pilotos titulares probando aquello que deberán cabalgar en 2014… pues qué bien. Mientras, Yamaha, la pertinaz competidora, esa que desde hace años separó a los gallos de su corral por un muro y dos gestiones distintas, se frota las manos ladinamente viendo como su desventaja técnica y, hasta hace poco deportiva, se vuelve acicate con el bicampeón mallorquín a la espera del más mínimo y próximo fallo. Quedan dos carreras, la distancia de dieciocho puntos entre Marc y Jorge todavía puede darle al título al catalán pero, si éste marcara otro cero en su casillero, corre el riego de presentarse en Valencia con menos siete puntos tras un Lorenzo que no perdona el tiro que se le ponga enfrente. Hay Mundial.
Como lo hay en las categorías inferiores, donde una vez más el trío de Moto3, Rins, Salom y Viñales (póngaseles donde se quiera) acabaron en milésimas para comprimir aún más el Campeonato. Con su victoria de esta madrugada, Álex Rins queda a cinco puntos de Luis Salom, tercero en Australia tras Viñales que parece descolgado de la lucha por el título con veintidós puntos de ventaja sobre el líder. En Moto2, tras la caída infortunada de Scott Redding que le produjo fractura de muñeca, Pol Espargaró dio la vuelta a la general de la categoría que ahora lidera con 16 puntos de ventaja sobre el británico que, de no recuperarse en el plazo record de una semana, perdería su ansiado título y quién sabe si el subcampeonato a manos del también español Rabat. Próxima parada, Japón, circuito de Motegi, también de madrugada y con el cambio horario en el horizonte. Preparad café.
Juanma Núñez
