Estanislao Z. Navas.- Continuando con las obras arquitectónicas racionalistas surgidas en plena etapa franquista nos detenemos hoy en un edificio singular puesto que su fachada de vivos colores ubicada en una esquina muestra un perfil redondeado en continuidad que, junto con la ambigua condición de la terraza, muestran un compromiso entre la vanguardia y el academicismo.
Este edificio de tres plantas, obra de José Arias Rodríguez – Barba muestra la tentativa de mantener un moderado lenguaje moderno como previamente había llevado a cabo en sus edificios anteriores a la guerra civil como eran el Mercado de Abastos, la Casa de Socorro o la Casa Fuertes.
El inmueble en sí, ubicado entre las calles de la Paloma y de Calatrava, es la actual sede de la Delegación de Bienestar Social de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha (2004), con acceso en calle de la Paloma número 21, y la antigua Cámara de la Propiedad Urbana (1943).
De este último hablaremos a continuación pues ya han pasado setenta años desde su construcción y desde su inauguración desde el 18 de octubre de 1946 como edificio de la antigua Cámara de la Propiedad Urbana.
Así pues, este edificio representa un cambio de tendencia en la arquitectura local constituyendo un claro ejemplo de integración en el entorno y rompiendo con el ideal modernista del individualismo estético y decorativo como inmueble individualizado. De esta forma y respecto a este edificio, doña Silvia García de la Camacha precisa lo siguiente:
“…presenta una imagen maquinista y aerodinámica propia del racionalismo anterior a la Guerra, a pesar de ciertos toques decorativos academicistas, aunque geometrizados. Aun habiéndose construido en plena etapa autárquica, momento de crisis para el racionalismo en toda Europa y en el que las artes sufrieron la imposición del gusto clasicista y neoimperialista del régimen franquista, este edificio es una muestra de eclecticismo moderno, es decir, una arquitectura propiamente moderna pero que sigue patrones e influencias de líneas tradicionalistas. Es una muestra de que la Guerra Civil no supuso una ruptura total con la primera fase del movimiento racionalista a nivel internacional”
Este edificio habría que situarlo en una etapa concreta de nuestra historia, el comienzo del franquismo y el período conocido como autarquía, y así tal como señala don Félix Pillet Capdepón en “el primer período de la etapa franquista en la ciudad, nos aparecen dos tipos de edificación, en primer lugar los proyectos del Arquitecto Municipal D. José Arias, como son, el Mercado Municipal, la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana y la Estación de Gasolina, y los que el Estado levantó dentro de la morfología típica de la Autarquía, edificios para Gobierno Civi, Delegación de Hacienda, Teléfonos, Casa Sindical, Delegación Provincial de Higiene y Escuela de Artes y Oficios, principalmente, y por su parte la Diputación Provincial, siguiendo la línea arquitectónica imperante, levantó el pabellón central del Hospital Provincial, al mismo tiempo que el Obispado construía un nuevo Seminario fuera de rondas…”
Y también el citado autor señala:
“Si el Estado surgido el 18 de Julio supuso a nivel nacional la ruptura con toda la corriente racionalista en arquitectura, dando paso a una nueva iconología en la que se entremezclaban elementos formales provenientes de diversas fuentes, buscando siempre cierta monumentalidad persuasiva; en Ciudad Real, por el contrario, subsiste en estos años de la Autarquía cierta continuidad formal con los años anteriores, personificada en el Arquitecto Municipal D. José Arias, apareciendo así obras cuya factura formal encaja perfectamente con la realizada durante la República: el Mercado, la Cámara de la Propiedad Urbana y el Garage Ford son buena prueba de ello…”
Por lo que respecta al edificio en sí, la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana solicitaría la licencia para su construcción en el año 1943, teniendo por objeto el levantamiento de un edificio sobre un solar de más de 300 metros cuadrados ubicado en la esquina de las calles de Calatrava y de la Paloma, “habiendo sido su coste de construcción de 662.761,45 pesetas, más el valor del solar que, como digo, fue de unas 30.000 pesetas.” (Diario Lanza, 17 de octubre de 1946)
Esta construcción de posguerra convierte a su creador en un autor que emplea aún elementos racionalistas en plena autarquía, y hace usode un recurso expresionista como es el chaflán curvo existente en la esquina, lo que constituye el eje vertical más representativo del edificio, aunque el acceso al mismo se encuentre en la calle de la Paloma, donde destaca un sencillo frontón triangular.
En su interior se observa un semisótano, una planta baja, dos plantas de piso y un ático, cuyo retranqueo se manifiesta a partir de dos crujías desde la esquina, de la que se retira para mostrar un espacio a modo de terraza plana semioculta al exterior surgida de la interposición de dos pérgolas y un frente curvo ciego destinado a albegar un rótulo publicitario.
La fachada se halla compuesta por bandas horizontales enfatizadas con recursos varios existentes entre las ventanas, tales como los rehundidos lineales en la planta baja, los paños de ladrillo caravista rojizo en la plantas primera y ático. Sin embargo, la verticalidad se pone de manifiesto también a partir de la disposición de huecos seriados de forma esbelta, a modo de pilastras incluso en la segunda planta.
La limpieza en cuanto al volumen del edificio no excluye la existencia de numerosos detalles, los cuales nos vienen a indicar la clara vuelta a un clasicismo decorativo, de forma simplificada, tendente a la abstracción, reflejado en sus frontones, paneles decorativos sobre las ventanas, rehundidos, molduras o cornisas.
Así pues el edificio de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana es claro ejemplo del abandono de una relación entre el interior y el exterior de manera fluida tal y como se hallaba presente en los edificios de la etapa racionalista.
En la fachada también cabe señalar un clasicismo en sus composiciones que viene marcado por la utilziación de muros de carga pétreos que impiden la disposición de ventanas longitudinales al modo de conocidas construcciones expresionistas levantadas apenas una década antes. Esto queda reflejado en la equidistancia del diseño de los huecos, verticales y seriados.
Este edificio, tal y como indicaba el Diario Lanza el 17 de octubre de 1946, sería inaugurado al día siguiente y el citado periódico así lo reflejó:
“Manaña va a ser inaugurada oficialmente y con la solemnidad que el caso requiere el magnífico edificio que ha construido en nuestra capital la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de la Provincia. Con asistencia del Jefe Superior de Cámaras del Ministerior de Trabajo, señor López Valencia, del Presidente de la de Madrid, señor Martínez de Velasco, del Prelado de la Diócesis, que oficiará en la ceremonia, de todfas las autoridades provinciales y locales y otras personas representativas de nuestra capital, tendrá lugar el brillante acto a las once y media de la mañana”
Este edificio, siguiendo el mismo artículo, según palabras de su Presidente don Fausto Fuertes – Moreno y su Secretario, el joven abogado don Francisco Richard Rodríguez, tenía la estructura arriba indicada y albergaba una serie de servicios tal como ellos mismos indican. Asi, el primero señala:
“… se inició la construcción del edificio a finales del año 1943. Como es sabido el inmueble consta de tres plangtas, más una de semisótanos, dedicada a instalación de archivos y carboneras de las diversas oficinas que ocupaban el inmueble, estando cubierto por la vivienda del conserje de la Cámara. En la planta baja se han instalado oficinas para la Jefatura Provincial de Estadística y Magistratura del Trabajo; en la principal los locales de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana y en el segundo las dependencias de la Delegación de Trabajo; estando instalados los servicios con gran amplitud y decoro”.
Y el segundo precisa lo siguiente:
“Las Secciones de la Cámara en su régimen interior son las de Secretaría, Censo y Estadística y Contabilidad, al frente de las cuales hay funcionarios competentes, cuya colaboración es muy estimable a esta Secretaría desde que tomó posesión en marzo del año 1941. En cuanto a los servicios especiales existen los siguientes: Jurídico, Arquitectura, Administración de fincas, de nueva creación y muy interesante para los propietarios, puesto que con un mínimo coste la Cámara realiza toda la gestión administrativa necesaria, Exención de Alquileres, Bolsa de la Propiedad y cobro del Papel de Fianzas”.
En suma, con este y otros edificios, pues, el arquitecto José Arias Rodríguez – Barba se convertiría en uno de los pocos, casi desconocido más allá de la esfera local, comprometidos con la introducción de cierta vanguardia en sus creaciones, de las que cabe señalar, además del edificio citado, el Mercado de Abastos, la Casa de Socorro o la Casa Fuertes, todas ellas en Ciudad Real.
Finalmente, sólo me queda agradecer la información de fuentes tan diversas como el Diario Lanza, doña Silvia García de la Camacha, don Félix Pillet Capdepón, entre otros.
Tres cosas sobre Arias.
El supuesto ‘Racionalismo franquista’ (¿…?), que no deja de ser un oxímoron, hay que aclararlo y matizarlo. Es justo y necesario. Y se evitan equívocos.
El que Arias prolongue actuaciones edificatorias con el marchamo estilístico de la Seguna República, es consecuencia del retraso en el levantamiento (como ocurre con el Mercado Municipal, cuyo proyecto data de 1932 y se pone en marcha en 1943), o es consecuencia de un programa industrial (como ocurre con el Garaje Ford de 1945). El tono edificatorio del imaginario franquista se resume, más y mejor, con las figuraciones de Roldan Palomo, capaz de proyectar en 1940 Villanueva de Franco en clave neo-herreriana, en 1945 un cuartel (en origen para la Policía Armada, luego Guardia Civil) en mixtura hispano-árabe, y simultáneamente proyectar un Lavadero Mecánico en 1942, de estirpe racionalista. Con pieza curva incluida. Un ejemplo de multidireccionalidad formal.
El famoso ‘chaflán curvo’ tiene, por ello, preexistencias peculiares. Así sobre el mismo solar donde se levanta la Cámara Urbana, Rebollar proyecta un edificio en 1905, donde ya plantea la curva como enlace de las alienaciones de Paloma y Calatrava, sin saber el grado de compromiso impuesto por el vigente Plan de Alienaciones.
De esa forma, el recurso de redondear la esquina, usual en las figuraciones de la arquitectura desplegada durante la Segunda República, que retoma aspiraciones berlinesas para plasmarlas en Madrid, ya en el cine Barceló de Gutiérrez Soto, ya en el edificio Capitol de Feduchi y Eced; se repite entre nosotros, como un reclamo de identidad moderna. Por ello se plasma en 1940 en Valdepeñas, de la mano del aparejador Carlos Garrido, en la calle Seis de Junio con vuelta a Pintor Mendoza; de igual forma que se presenta con la pieza de Isidro Vital en el Sanatorio del 18 de Julio de Ciudad Real, de 1947; o se formula en Tomelloso en el edificio del Banco Popular Español. De igual forma que esas transiciones de alineaciones las había utilizado ya Arias; tanto en 1931 en la Casa de Socorro, como en 1932 en la Casa Fuertes. Por no hablar de la transición paradigmática de Luís Labat en el Proyecciones de 1932 y que luego repetiría en Madrid, con menos potencia en el cine de Manuel Becerra. Por ello Arías se sitúa en un impulso general de experimentación formal novedosa en los años treinta, que tendría prolongación en algunos casos y obras. Aunque luego es capaz de retroceder al principio de su trayectoria realizando un trampantojo tranquilizador en 1956, como el de la Casa Parroquial de San Pedro.
La actuación rehabilitadora del inmueble de 2004, por más que sus autores (García+Kaimaki) la justificaran en el número 11 de la revista ‘Formas’, denominando su texto como ‘Nacionalismo Lima-limón’, contrapuesto al texto de Peris ‘Arias anaranjado’ no dejaba de practicar un lifting inadecuado y ¿nacionalista?
Espero que, dentro de un tiempo, recopiléis todos estos artículos que sacáis en MCR sobre la ciudad y los comentarios en algún libro. Estoy impresionado.
Imagino que todo esto está ya trabajado en otros libros, pero con los comentarios se enriquece y es muchísimo más interesante, si cabe, porque el trabajo de Estanislao es fenomenal.
Sin duda B. los comentarios -los míos al menos- no provienen de un gesto de bote pronto o de un repente emotivo. Son matizaciones, incorporacioes y objeciones, al núcleo central del texto colgado; procedentes en muchos casos de largos años de captura y análisis de datos desperdigados en relación con la arquitectura de la ciudad y de la ciudad misma. De esta, del entorno provincial, y regional incluso.
Que más tarde se han ido manifestando en formas variadas de artículos de prensa, de revistas especializadas o de libros en casos límites.
La otra cuestión es la reflexión desilusionada y abatida: ¿sirve el análisis y el comentario crítico sobre la ciudad y sus partes, para variar el rumbo de lo que vamos viendo sucumbir? Esa es la gran cuestión de la destrucción impasible de la ciudad. De la que vengo escribiendo desde 1976. Un poco a la manera de Larra: Escribir en Ciudad Real sobre la destrucción patrimonial y arquitectónica es llorar.
Menos mal que este bello edificio – a pesar de los «colorines» de la fachada – está en funcionamiento y «con gente dentro trabajando». Si estuviera al descubierto seguramente y por desgracia se sumaría a la lista de edificios históricos singulares vs Cruz Roja, Ferroviario,… a punto de desaparecer por el abandono institucional.
Buen trabajo «as always», Estanislao.
Ah, y opino como Blisterr, que «alguien» debería ir recopilando todas las aportaciones históricas que entre unos y otros hacemos.
Yo de hecho las voy guardando junto a mi dossier.
De nuevo agradecido por el seguimiento de todos y, en particular, por las lecciones magistrales de don José.
En cuanto a la última reflexión lacrimal, don José, desgraciadamente estoy de acuerdo y en parte el objeto de esta sección es revivir aquello que aún permanece y que pudo ser aunque la mano de la piqueta no nos dé muchas alegrías.
Gracias de nuevo
«La mano de la piqueta» no deja de ser una abstracción piadosa y oscurantista. Sobre todo, cuando sabemos que la especulación y la consecuente destrucción de la ciudad, tienen nombren y apellidos. Reconocibles en muchos casos. Como decía, con acierto, Alfonso Alvárez Mora.
Félix Pillete en su ‘Geografía urbana en Ciudad Real’ da cuenta de nombres reales de promotores inmobiliarios y de razones mercantiles, que contribuyeron al despropósito antes de 1979. Agreguénse a ellos los Concejales de Urbanismo de turno; los correspondientes Alcaldes y los directivos de entidades financieras, y la foto empezará a ser un poco más nítida. Por cierto se debe seguir con el recuento de resonsables, tras el año límite del estudio de Pillet.
Gracias don José por avalar uno de mis libros favoritos y que constituye el santo y seña de los estudios geográficos urbanos de Ciudad Real.
Sé también que la piqueta tiene nombre y apellidos pero no es necesario hacer promoción de ellos y de todo es sabido que el poder político y económico en sus distintas esferas suelen ir de la mano, en el caso del urbanismo se hace aún más sangrante la situación por la cantidad obscena de dinero que se mueve alrededor.
Gracias de nuevo maestro
[…] aerodinámica Cámara de la Propiedad Urbana de Ciudad Real (fotos: Mi Ciudad Real y Turismo & Cultura en Ciudad […]