Rendición. Reedición

A41El GP más atípico del campeonato, Singapur a las tantas de la noche allí, ofreció a todos una nueva edición de “Súper-Veteen”, esta vez en el llamado “montaje del director”, es decir versión extendida y cargada de detalles funestos para la competencia que, a estas alturas de la película, sólo piensa en cómo llegar dignamente al final y cuándo dirigir todos los esfuerzos al nuevo “film” de 2014: todos se han rendido (una vez más).

  Superior
Desde los inicios del GP, en los libres del viernes, se empezó a temer lo peor en las filas de Ferrari y Mercedes (en este momento, los únicos equipos capaces de enturbiar la buena marcha energética) dado que Vettel y Webber imponían con bastante facilidad sus coches en la primera fila de la supuesta parrilla. Los Mercedes, salidos de la atonía en la que estaban inmersos desde su festín de Hungría, lograban secundar a los pilotos de Red Bull aunque a una distancia de casi un segundo; Grosjean y su Lotus se interponían entre este cuarteto y la parejita de Ferrari, donde Massa parecía más entonado que Alonso. Domenicali, “capo” de los italianos, ya había dicho que, si en esta carrera no veían síntomas de poder luchar contra los austriacos, derivarían todos sus recursos al coche de 2014; pues ese mismo viernes debió mandar un mensaje a Maranello para que se pusieran manos a la obra dado que lo del sábado fue aún peor.

a41-01 Muy superior
La sesión de calificación, precedida por los terceros libres donde se ofreció más de lo mismo, volvió a mostrar la mano de hierro con que Vettel-Red Bull mandan en este Campeonato de 2013: no dejar nada para sus rivales. En efecto, cuando llegó el momento crucial de la Q3, Sebastian salió el primero para dar “su” vuelta al trazado de Marina Bay y marcar un registro que le hizo farfullar en un incorrecto castellano “¡ahí queda eso!”. Más de un segundo sobre Alonso, y casi 700 milésimas sobre el segundo en aquel momento, Rosberg, daban a Vettel la suficiente tranquilidad para plantearse no regresar a pista mientras todos sus rivales tenían una última oportunidad, incluido el constante Grosjean que afilaba sus cuchillos para acceder a lo que hubiera podido ser su primera “pole”. Pues bien, ese acto de prepotencia o chulería, como sugería Lobato en sus comentarios, le salió bien a Vettel que, encima, ahorró un vital juego de neumáticos blandos-nuevos por si hubiera de necesitarlos en alguna emergencia el domingo. Ferrari demostró seguir “a su bola” y con Massa 6º y Alonso 7º pasaron directamente a encomendarse a la “Madonna Di Campiglio”, patrona parece ser del equipo del rocín.a41-02

 Supremo
En la salida, Alonso, desde luego. El asturiano, maestro en jugar al “todo o nada”, ofreció una salida tan imaginativa como arriesgada que le permitió rodar tercero ya desde la segunda curva donde, para entonces, Rosberg había perdido ya la estela de Vettel que acabaría endosando 1.9 segundos al término de la primera vuelta, con neumáticos fríos, con tanques llenos… con lo que se quiera, pero dos segundos. Como resulta que Marina Bay, a pesar de ser un circuito moderno, está basado en la idea de Ecclestone de “todo por la pasta” y, al igual que Montecarlo y Hungaroring, resulta casi imposible adelantar, todo el ingenio de la carrera se reduce a cuidar la mecánica, no salirse de la trazada y esperar paciente al “safety-car” que pueda alterar el “statu-quo” del “trenecito”, en que se convirtió la primera parte de la carrera, con un Rosberg “lentón” que cedía entre uno y medio y dos segundos por giro. Llegado el “safety moment” por obra y gracia del futuro compañero de Vettel, Daniel Ricciardo, los más hábiles del lugar (entre los que, ahora sí, se encontraba Ferrari) procedieron a un cambio de ruedas de urgencia que no fue imitado por sus competidores en la vanguardia de la carrera. Alonso y Räikkönen pusieron juegos nuevos de ruedas en la idea de no volver a sustituirlos, mientras que Rosberg, Hamilton, Grosjean y los Red Bull optaron por seguir como si nada. De paso, la distancia de Vettel, de casi medio minuto, se diluyó como un azucarillo en el café y permitió a los más optimistas pensar que el “suave” Rosberg intentaría el asalto al liderato; craso error, pues Nico siguió en sus trece de ralentizar la caravana y volver a permitir la escapada de Vettel en los mismos términos que antes, es decir, de dos en dos segundos. El inevitable cambio de ruedas llevó a Alonso a la segunda plaza y a Räikkönen a la tercera, tras peleársela a un voluntarioso Button que soñó con el primer podio de McLaren en un año devastador para la escudería de Woking, y así acabaron las cosas tras otra exhibición de Vettel que cambió a ese juego extra de ruedas blandas-nuevas y volvió a sacar treinta segundos a su más inmediato perseguidor, ahora Alonso. La supremacía del, todavía, tricampeón se demostró con la consecución de su tercera “Grand Chelem”, decir, pole, victoria, vuelta rápida y liderazgo en todas las vueltas, lo que en tenis sería ganar por 6-0, 6-0 y 6-0 en la final de Wimbledon a Roger Federer.a41-03

 Lo peor (o lo mejor) está por llegar
Como hizo su compatriota Merkel en las elecciones alemanas, Vettel obtuvo la rendición sin paliativos de sus rivales. Alonso: “Esto es un deporte en el que gana el mejor, y nosotros no lo somos ahora mismo”. Hamilton: “Ya he tirado el Mundial por la ventana”. Quienes así hablan son el segundo clasificado del Campeonato con sesenta puntos de desventaja, y el tercero, con treinta y seis más, justo cuando quedan 150 puntos en juego que no auguran nada bueno para los rivales del alemán vista su tremenda y ascendente superioridad: tres victorias consecutivas, aderezadas con poles y vueltas rápidas, donde sólo Alonso ha opuesto cierta resistencia con sus tres segundos puestos cuasi numantinos; y un futuro, en estas tres carreras inmediatas que en 2012 se saldaron con otras tantas victorias de Vettel, que debe llevarnos al cuarto título en India, más o menos, salvo que, como dice Alonso (“necesitamos suerte en Corea, Japón, India y Abu Dhabi”), el Dios del Azar haga que el irrompible Red Bull de Vettel no acabe en cuatro carreras consecutivas (inédito, inaudito & utópico), el Mundial de 2013 está finiquitado y sólo quedarán las migajas por repartir.

Juanma Núñez
ElchiringuitoA41

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