Ciudad Real: Ese claroscuro objeto llamado grúa municipal

Angel María Rico Navarro. Coordinador Consejo Local UPyD.- Dentro de la movilidad municipal, además de la zona azul (sobre la cual reiteramos nuestro más profundo rechazo a la forma de la ampliación, y las propuestas ya formuladas de exención de pago de los primeros 20 minutos y acceso a las plazas de residentes de los comerciantes, profesionales, empleados y funcionarios que tengan su puesto de trabajo en zona distinta a su domicilio) hay otros elementos que forman parte de la facilidad de movilidad urbana o que por lo menos facilitan esa movilidad, y uno d ellos es la controvertida grúa municipal.

Hace unos días tuve conocimiento de alguna de las nuevas condiciones que regirán su funcionamiento de ahora en adelante.

Tras muchas llamadas y consultas he conocido el verdadero funcionamiento de ese elemento de la ciudad, la grúa, que nos hace sentir sudores si nuestro vehículo no se encuentra correctamente estacionado, y que nos salva en otras muchas situaciones.

La grúa es utilizada por los agentes municipales para la corrección de estacionamientos indebidos o irregulares o cualquier otra situación encaminada al correcto funcionamiento de la ciudad o simplemente por seguridad. En esos casos se incluyen desde el vehículo retirado por ocupar una puerta de cochera, el que estaciona en la acera impidiendo el deambular de los peatones, el insolidario estacionado en una plaza de minusválidos o pasos de peatones, los vehículos que impiden la llegada de un vehículo de emergencias (ambulancias, bomberos o policía) o simplemente la retirada de los cientos de vehículos abandonados que campan en nuestra ciudad ocupando los tan codiciados y cada vez más cotizados estacionamientos libres de nuestra zona interior de rondas. Incluimos dentro de sus actuaciones también, la retirada de vehículos inmersos en diferentes delitos como alcoholemias positivas o robos entre otras muchas.

Estos son los cometidos de la grúa municipal, los cuales gracias al nuevo contrato, van a ser un poco más difícil llevar a efecto. El motivo es, que la nueva concesión ha decidido que de domingo a miércoles ambos incluidos, en horario de noche, no tendremos la grúa a disposición con la facilidad de la que disponemos ahora. Han decidido que se forme un retén con los trabajadores, pendientes de si la policía les llama, con el objetivo de respuesta marcado en los 30 minutos. Imagino que todos los trabajadores pernoctarán en Ciudad Real capital con la grúa pegada a la puerta de sus casas para poder dar el correcto servicio que requiere una capital como la nuestra.

Siempre habrá formas de enviar a un enfermo de urgencia a las tres de la madrugada a un centro hospitalario cuando tenga su cochera ocupada y no pueda salir el vehículo del hijo que le iba a trasladar. Los camiones de bomberos son grandes y pesados y podrán desplazar fácilmente a empujones a los turismos que impidan su rápido desplazamiento al lugar del siniestro o bien nuestros fuertes agentes de la policía local cogerán en volandas esos obstáculos y dejarán libres las vías para el acceso de los vehículos de emergencias. Pero sigan sin preocuparse queridos vecinos, que pasados los 30 minutos, cuando todo esté ya controlado, aparecerá nuestra grúa municipal para no sabemos qué, ya que cuando se la necesitaba era minutos antes, cuando el contenedor ardiendo calcinó los siete vehículos que se encontraban a su alrededor, hecho este que se podía haber evitado tan solo con retirar el coche que se encontraba pegado a dicho contenedor y evitar la reacción en cadena.

Que nadie busque responsabilidades en los pobres conductores de la grúa, meros peones ejecutores de las órdenes que sus jefes les trasladan, pero si en nuestras autoridades municipales, que imaginamos conocerán este problema, ya que por encima de los intereses de la empresa privada que rige las directrices del funcionamiento de la grúa, está el servicio municipal que se presta con ese vehículo y que todos los vecinos de esta ciudad pagan al obtener su vado, pagar su impuesto de circulación o cualquier otro impuesto encaminado al cómodo deambular por las calles de nuestra Ciudad Real.
Reflexione quien proceda, piense en nuestra capital y sus vecinos y no nos llevemos las manos a la cabeza cuando las consecuencias de las decisiones adoptadas ya no tengan remedio.