Nuestra ciudad, a pesar de la progresiva y más reciente desaparición de edificios emblemáticos, aún conserva lugares de entrañable sabor merecedores en mi opinión del reconocimiento a los que nos precedieron, haciendo una ciudad orgullosamente provinciana con el encanto que justifica el carácter manchego.
Uno de esos elementos es el retablillo de la Inmaculada Concepción bajo los soportales de la Plaza Mayor, junto a lo que fue en primitivo Ayuntamiento. Durante el reinado de Enrique III El Doliente, la casa que albergaba el Consistorio de Villa Real -próxima a la alcaicería o mercado judío-, se encontraba junto a la Plaza Mayor en su lado Norte. En 1396 sufrió un incendio , celebrándose los concejos a partir de entonces en el trascoro de la Iglesia de San Pedro.
En 1480 se celebraron Cortes en Toledo, convocadas por los Reyes Católicos y que serían los cimientos de la futura unidad nacional . En ellas -entre otros asuntos- se afianzó el papel de la monarquía, reforzando las competencias de Audiencias , Chancillerías, y dotando a los corregidores y alcaldes del poder para administrar justicia en su jurisdicción , impulsando la construcción de edificios dignos para tratar los asuntos de los municipios. En 1484 Isabel , al año de haber establecido Tribunal de la Inquisición en Ciudad Real, se encontraba en la ciudad y se le solicitó la edificación de un nuevo Ayuntamiento en la ruinosa casa confiscada al judaizante Alvar Díez, que daba a la Plaza Mayor y a la Calle Correhería, (hoy María Cristina). La reina accedió en documento de donación fechado en Sevilla, el 18 de Noviembre de aquel mismo año. Los planos y la construcción fueron realizados por Manuel Pérez de Valenzuela , si bien la obra no se llevó a cabo con la deseada diligencia, ya que existe un documento por el que en 1526 , Carlos V junto a la aprobación de su madre Juana la Loca, concedieron una donación de 120.000 maravedíes para acabar la edificación. Por fin se pudo terminar, dotándola además de una Capilla dedicada a la Purísima Concepción de María, que se abrió al culto en 1528.
En Ordenanzas Municipales aprobadas por Felipe IV el 5 de Julio de 1632, se reafirmaba -entre otros asuntos- que conforme a la antigua costumbre, el Cabildo ordinario se reuniría los lunes y viernes de cada semana, precedido de toque de la campana en la Iglesia de San Pedro y Misa en el Oratorio del Ayuntamiento. La devoción del primitivo Concejo por la Inmaculada, quedó enraizada a partir de 1731 , en el compromiso de renovarlo anualmente (Voto).
Pasando el tiempo, la morfología de la edificación en la Plaza Mayor fue cambiando, siendo el más destacado el de 1741, sustituyendo los postes de madera que lo sostenían por arcos de mampostería y ladrillo. Después de varias rehabilitaciones por el efecto del paso del tiempo , el Ayuntamiento a fecha de 1864 se encontraba en estado de ruina y en 1868 se decidió construir uno nuevo en el extremo sur de la Plaza: el emblemático edificio de Cirilo Vara Soria y hermano, precedente al actual de Higueras. Pues bien, León Bermúdez Vera adquirió aquel mismo año el antiguo edificio, que reconstruyó y puso en él su confitería. Como devoto de la Virgen y aficionado a la pintura, realizó en 1869 un cuadro de la Inmaculada Concepción, que colocó junto con un farol a su lado para siempre estuviera alumbrada, y una metopa con Oración Mariana. A comienzos del pasado S. XX el negocio se trasladó a comienzos de la Calle María Cristina , siendo sus hijos José, José Antonio y Cayetano después los que siguieron cuidando el retablillo, salvándose gracias a las amistades familiares de las destrucciones de la guerra del 36 y de un incendio en 1953. En 1981, los herederos descendientes de León Bermúdez, Carmen, Cayetano y Juan, cedieron formalmente la propiedad al Ayuntamiento.
Hoy, bajo los soportales del arco de piedra y junto a los restos del Consistorio en 1619 , se puede contemplar la oración sobre tabla de madera, el farol y una fotografía de aspecto pictórico, reproducción del primitivo cuadro, cuyo original – después de sucesivas restauraciones y otros avatares –se preserva en el Museo López Villaseñor. De igual manera y conforme al Voto , es costumbre del Consistorio celebrar una Misa anual en honor a la Inmaculada Concepción, teniendo lugar hasta hace unos años en la Iglesia del Convento de las Concepcionistas Franciscanas (Terreras), y después de su marcha, en la Catedral.
Francisco Blanco Mena
Retazos
¡Vaya, Francisco! Tenemos en MiCreal un nuevo historiador. Me alegro que te sumes a la «plantilla». Buen artículo y buena documentación. ¡Bienvenido al club!
Sí señor, usted si que sabe D.Francisco. Ese rincón de nuestra ciudad es como un pequeño atrio de nuestra historia. Como dice Luis M.,otro historiador a bordo.A aprender se ha dicho. Un saludo.
Enhorabuena Francisco! Me parece un artículo muy completo
Muchas gracias, Francisco: explendido y argumentado artículo sobre un pequeño lugar de nuestra ciudad.
Solamente indicarte, que no es en la Catedral donde el Consistorio celebra una Misa anual en honor a la Inmaculada Concepción, es en la Merced.
Un saludo
Efectivamente, Manuel llevas razón: Desde la marcha de las Terreras se celebra en la Merced, y no en la Catedral como ponía yo. Es el único dato que daba por hecho sin contrastar, porque en el resto habían algunas fechas en los documentos consultados que no se correspondían, así que bueno es saberlo… Gracias.