Estas lineas quieren ser un homenaje a nuestra historia y a nuestra identidad, a nuestra tierra y a nosotros mismos. Hombre y suelo, seres pegados, abrazados, enlutados, fecundados, unidos por genética y raíces, por sueños y sombras, por entereza y tierra firme, por generosidad y frutos abundantes, por la realidad y el horizonte; sudor y barro, origen y final de la existencia.
Piel terrenal que permanece omnipresente, que nos sigue a todas partes por lejos y deprisa que vayamos, por mucho que subamos o bajemos, por oscuros que sean los caminos, por altas que nos parezcan las montañas o profundos nos parezcan los abismos.
Es el suelo el que da entereza al hombre y es el hombre el que da sentido al suelo, es la tierra la que ennoblece al hombre y es el hombre el que hace fructífero al agro. Hombre y suelo, tierra y carne en ancestral alianza de color inmaculado que huelen a vendimia, a pan de trigo y de cultura, a aromas de aire y libertad.
El suelo como punto de partida y meta común de todos los mortales en esa etapa contra el reloj que marca nuestras vidas y en las que cada uno se eleva cuanto puede pero al que a la postre todos acudimos para descansar del largo día de afanes y esperanzas como lecho generoso donde podemos volver a ser felices. Y será después, cuando dejemos el arado y regresemos al hogar del que partimos, cuando solos quedarán los surcos preparados para que otros mañana o quizá nunca, recojan lo sembrado y lo que fuimos.
Diariamente utilizado por todos sin medida desde que el hombre pisó la tierra es el límite de todas las realidades y los sueños, el cielo que tocamos, inmediato y cotidiano; como decía Machado,” nunca perdáis contacto con el suelo para tener una idea aproximada de vuestra estatura”. Nada mejor que el suelo como medidor común y universal de nuestras dimensiones personales; todos a la misma altura sin falsos púlpitos, estrados ni escenarios pero cada uno exponiendo ante los demás la suya propia. Porque al fin y a la postre son los demás los que nos miden y saben de nuestra verdadera y auténtica estatura. Es la historia la que marca y define nuestra impronta y entidad, lo que nosotros somos y seremos.
Fermín Gassol Peco
Un bello texto en prosa que por su ternura y sencillez bien podría ser una poesia.
El problema es que «al pisar la tierra», al pisar «nuestro suelo», nos damos cuenta de que lo que pisamos está degradado por las numerosas especulaciones administrativas de la vida diaria.
Nuestro suelo está «hipotecado» y nuestra identidad está también «hipotecada» en manos de quienes comercian con lo más sagrado, el suelo que pisamos, la madre Tierra, «Pachamama» que llaman aquellos indígenas de las Américas.
El otro dia venia de Córdoba con mi familia y alguien pregúntó «porqué los moros vinieron a España…» Yo contesté que parte de España era «Al Andalus» y que la respuesta a esa pregunta podría ser la misma que la respuesta a un indio que preguntara porqué los españoles fueron a América. «Para conquistarla y someterla» y ahora, paradojas de la historia, es América y más concretamente los EEUU son los que someten al mundo bajo su manto económico.
La Tierra no es nuestra, está ahí como dueña de si misma, nosotros la hemos sometido y colonizado y lo que es peor, la hemos contaminado y prostituido.
La Tierra no es nuestra, la Tierra somos todos y todos pertenecemos a ella, al margen de inventos como fronteras, IBIS, y demás mercaderías del llamado «mundo moderno».
Sí Luis Mario…así debería ser…A tenor de lo que dices de las frontera…que preciosa la canción: No me llames extranjero, de Rafael Amor.Traslado la letra…porque a mí cada vez que la oigo se me eriza el bello.
No me llames extranjero, por que haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, por que fue distinto el seno
O por que acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
Con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego,
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero por que me trajo un camino,
Por que nací en otro pueblo, por que conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
Adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos
Lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los besos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
Los que roban los que mienten los que venden nuestros sueños,
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero.
No me llames extranjero que es una palabra triste,
Que es una palabra helada huele a olvido y a destierro,
No me llames extranjero mira tu niño y el mío
Como corren de la mano hasta el final del sendero,
No me llames extranjero ellos no saben de idiomas
De límites ni banderas, míralos se van al cielo
Por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero piensa en tu hermano y el mío
El cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
Ellos no eran extranjeros se conocían de siempre
Por la libertad eterna e igual de libres murieron
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
Mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
Sabes lo que pasa ahora? Que tienes unas escrituras en las que dice que el suelo es de tu propiedad, pero los normas que rigen su uso o su mantenimiento son de otros que no tienen el menor interés en todo lo interesante que comentas.
Ahora mismo tener un suelo significa estar subrogado a leyes que te fríen a impuestos, que no permiten usos razonables del mismo, que ayudan a la trampa (casos de ricos como la familia De Alba) y que terminan haciendo -en el caso que seas agricultor de verdad- que dejes ese terreno baldío.
Yo hace años que compré suelo con mis ahorros y terminé absolutamente cansado de no poder hacer lo que quería porque había otros que me imponían lo que tenía que hacer. Al final ese suelo lleva años abandonado y yo aburrido por intentar hacer algo interesante.
Como sé que conoces bien el mundo de la agricultura, no creo que tenga que contarte más. Y no compré para especular, compré para usar.
Pero lo de sudor en la frente, sacrificio etc etc, poco tiene que ver con los usos latifundistas del suelo actual, la PAC y la madre que parió a la UE en materia de agricultura. En su día nos vendieron y! desde entonces, somos unos pusilánimes que aceptamos todo sin luchar por un país al que le sobra sol y tierra, pero no agua.
Cada ministro de agricultura que ha tenido la España democrática ha sido un come y calla de la UE, y los que viven bien con la agricultura son los latifundistas que tienen buenos abogados y las organizaciones agrarias de derechas a su servicio.
Te suscribo en lineas generales lo que dices. A tenor de esto te adjunto un artículo que escribí hace cinco años y del que alguna publicación relacionada con la agricultura recogió. Un saludo
La Agricultura está en el subsuelo.
El subsuelo es como ustedes saben lo que yace inmediatamente debajo de la capa arable del suelo, por lo tanto no es visible Habría que titular entonces a este escrito: ”La Agricultura está en el suelo” pues es donde se siembran, germinan y crecen todos los cultivos y el subsuelo quedaría para el hallazgo y explotación de minerales u otras materias. Podría titularlo así pero entonces tendría que decir: La Agricultura está por los suelos. Frase con un significado muy distinto. La agricultura en España siempre ha sido la cenicienta del cuento, la gran perjudicada desde no se sabe cuando año tras año. Precios de los cereales que llevan fluctuando entorno a las veinte de las antiguas pesetas desde hace que yo recuerde veinticinco años al menos. Moneda de cambio barato para otras transacciones en el exterior y plataforma silenciosa para el negocio de intermediarios.
El año pasado los agricultores vivimos esperanzados cuando la cebada llegó a las treinta pesetas y el trigo a las cuarenta; trampa mortal, hoy, ahora la cebada está a veintiuna pesetas y el trigo a veintiséis; eso sí faltó tiempo para que los fertilizantes subiesen casi al doble como el depredador espera a que la presa a cazar engorde. Muchos productos esperan que sea efectivo el doble etiquetado para que todos sepamos los precios que soportan el agricultor y el consumidor. Hoy el campo está cercado, sin salida. No es una queja más. Ya no hay margen, este año se han utilizado cultivos menos exigentes en abonado. La ley del empobrecimiento paulatino; La agricultura está hundida, no es visible, está en el subsuelo.
En España tenemos muchas hectáreas para cultivar muy variados productos que demandarían mucha mano de obra en industrias transformadoras. Voces muy autorizadas del exterior han señalado a nuestra agricultura como fundamental para la salida de la crisis.
(Hace cincuenta y pico años un niño atolondrado buscaba afanosamente un juguete por todos los rincones de la casa. La madre le preguntó ¿Qué buscas? me falta un “soldao” contestó sin mirarla; hijo, le indicó la madre, si lo tienes en la mano. Buscaba no sabía dónde lo que ya tenía conmigo).Con la agricultura puede que esté pasando algo parecido. No mordamos a esta enorme mano que nos da de comer y nunca mejor dicho.
Ahí le has dado.
Merçi bien Blisterr, un saludo