Tras la controversia científica en torno a la recuperación de los ojos del Guadiana desatada en los últimos días, Tablasdedaimiel.com mantiene su tesis acerca de la autenticidad del supuesto antiguo ojo que ha surgido este verano en una finca que linda con la carretera de Daimiel-Puerto Lápice, antes de llegar al cruce con la de Villarrubia-Manzanares, avalada por la opinión de los hermanos Núñez de Arenas, «testimonio vivo de un río exuberante que ahora luchar por volver».
Siete y cuarto de la tarde del 14 de agosto, Tablasdedaimiel.com llega con unos minutos retraso a su cita. En una modesta huerta, tres kilómetros al sur del antiguo molino harinero de Zuacorta, sentados, sin prisa, aguardan los hermanos Nuñez de Arenas Díaz del Campo. Emilio tiene 81 años y se apoya ligeramente en una garrota. José, más liviano y joven (73), sube ligero a nuestro coche a la orden de “venga, vamos para allá”.
Camino de los Ojos del Guadiana, nos cuentan que en 1932 el padre de ambos, José, fue contratado como guarda y casero de la finca de Luis Briso de Montiano, cuyo inmueble casi en ruina sigue asomado al cauce del río naciente. La guerra lo paró todo. Puso de vuelta al pueblo al matrimonio y al primogénito, semanas después de que la noche ahogara los gritos de varios asesinados por el plomo del conflicto y de que La Filial (UGT) de Villarrubia se quedara con las tierras.
Tablasdedaimiel.com:¿Y cuándo regresó su padre a los Ojos?
Emilio: Tras la guerra, Don Luis comprometió de nuevo a mi padre, varias veces, pero no quería volver.
José: Mi madre había pasado mucho miedo.
Td: ¿Entonces?
E: Al final, aceptó recuperar el trabajo. Fue en 1945, ya vinimos los cuatro (José tenía 3 años).
Td: ¿Hasta cuándo?
E: Cerca de treinta años viviendo allí.
J: Yo incluso más, porque hasta hace unos años he sido el encargado de la finca de María Teresa Pinilla.
A poco de llegar a la curva de los Ojos del Guadiana, Emilio y José charlan sobre dónde hacer la primera parada. José dirige después de hacerle comprender a su hermano mayor que todo aquello está muy cambiado, principalmente por los distintos trazos de las dos carreteras que se cruzan. Aparcamos en el apeadero que se abre al margen derecho .
J: Allí delante (a la derecha de la carretera sentido Madrid) nacía un pequeño manantial que pasaba al otro lado por debajo de la carretera. Nada más cruzar ya había entre 30 y 40 centímetros de agua y corría bien. Encharcaba todo hasta casi la cuneta. Justo donde está el indicador -gira la vista dirección Daimiel- donde empieza la alfalfa, en los años 50 llegaron los valencianos e hicieron un pozo. Al perforar, pese a que les avisamos, se les tragó toda la herramienta en cuanto picaron un poco.
E: Ya desde ahí el agua iba de corrido, rodeaba lo del melonero para unirse con los otros dos puntos del nacimiento.
Nos montamos de nuevo en el coche y vamos en busca de los otros dos orígenes del Guadiana. En el cruce de carreteras, giramos sentido Villarrubia dejando a la derecha el puesto de melones. Unos 200 metros adelante, nos adentramos en el primer camino a la izquierda, diez segundos en primera y nos detenemos. Al fondo dirección este se levantan los pívots que a esta hora no riegan la alfalfa. Mucho más cerca, en la cota más baja de la finca se aprecia el agua y sobre el suelo, roto el precinto de la Guardia Civil. Llegamos al afloramiento (charco artificial, según la valoración de la CHG, defendida también por el concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Daimiel). Está hecho medio barro por efecto de la retroexcavadora.
Td: ¿Es este el ojo de La Señora?
J y E: No -responden casi al unísono- el de La Señora estaba allí
Td: ¿dónde?
J: Ahí al lado, a unas decenas de metros. Era el más grande de todos. Estaba lleno de cangrejos, los cogíamos con las manos.
E: Era uno de los salideros principales, salía el agua a borbotones, te tiraba para arriba. Era como un gran capacho de esparto, con qué presión salía el agua, te tiraba para arriba. Por eso no era posible lo que se contaba
Td: ¿Lo del carro?
J: Sí, decía la leyenda que se una vez se tragó un carruaje (con una señora), sería imposible -ríe- cuando la fuerza iba para arriba.
Td: Pero hay quienes sitúan el ojo de La Señora río abajo, por El Nuevo o La Máquina, creo.
E: Claro, por donde se dice que salió el carro que aquí se había tragado
La conversación la mantenemos sin movernos del afloramiento arrasado y llega la repregunta.
Td: Entonces ¿aquí que había?
E y J: Otro ojo más pequeño.
Td: ¿Justo aquí?
E: Sí claro, justo aquí, si tiene la forma.
J: Esto es un ojo, yo me he metido aquí de chico aunque preferíamos el de La Señora porque era más grande, pero aquí me he bañado, he notado la corriente bajo mis pies, he cogido cangrejos y he tirado a las gallinillas (apelativo vulgar para las fochas).
Td: ¿Las gallinillas?
J: Sí se apostaban alrededor del ojo, donde crecía la vegetación, donde está el precinto.
Td: Algunos dicen que es del pívot, un charco.
E: ¿El pívot? -se extraña ante la afirmación- Esto es un ojo.
J: Yo llevo muchos años viéndolo regar y nunca ha salido agua. Descartado que sea del riego.
E: Para que se hiciera un charco aquí, el pívot debería estar justo encima echando agua las 24 horas.
Td: Han medido el agua del pozo de la finca y está a casi cinco metros.
J: Por supuesto, y aquí está arriba.
Td: Precisamente esa es la teoría de un ingeniero que lleva muchos años con su equipo estudiando la zona y a quien hemos consultado.
E: Sí, pero cuando rebosaba no solo estaban estos dos ojos, todo esto estaba lleno de salideros -afirma mientras nos indica con la mano en la lejanía los dos más próximos- Todo lleno de agua, cada día nos bañábamos nosotros y los regadores de Casas Altas. Traíamos a los de Madrid a explicarles todo esto.
Td: ¿Y del propietario de la finca qué pueden contarme?
J: Te podría contar la historia entera.
Td: Cuénteme mejor su vinculación con este paraje.
J: José Luis Arroyo García-Cervigón. Hace 15 años tuve un pleito con él cuando yo estaba de encargado de Teresa Pinilla.
Td: ¿Qué paso?
J: Su ganado se nos metió en la finca, pataleó y acabó con 20 fanegas de cebada. Le llevamos a juicio y se cachondeaba.
Td: ¿Cómo?
J: Decía que era amigo de los jueces y fiscales, de quienes también se cachondeaba. El juicio se pospuso varias veces porque no se presentaba.
Td: ¿Y al final?
J: Se presentó y ganó el pleito.
Nos alejamos del lugar dirección al tercero de los puntos de nacimiento del río, donde se haya el Ojo de Mari López
E: Mirad, allí había un pequeño puente con madera de la alameda de Don Luis Briso, por ahí cruzábamos el río. Quiera Dios darme unos cuantos años más de vida para volver a ver algo parecido a aquello.
Controversia política diría yo. La trsite utilización por parte de la CHG de Miguel Mejías (quien dice hablar en nombre del IGME) obviando las teorías más trabajadas y sesudas de muchos de sus compañeros La lamentable campaña de La Tribuna como vocero del PP gobernante negando un ojo y si por ellos fuera la misma existencia del lugar donde quiere volver a nacer el Guadiana. Son capaces (por no aplicar la ley que les obliga a hacer respetar el dominio público) de desacreditar a los testigos del ojo que fue y que es.
CUMPLAN LA LEY, SEAN VALIENTES, AL MENOS LOS POLÍTICOS LOCALES, Y LOS SINVERGÜENZAS QUE PAGUEN EL EXPOLIO MEDIOAMBIENTAL
Pedro, lo digo siempre, el agua va con las escrituras por delante y, por mucho que los asajos a través de La Tribuna, o la CHG quieran negarlo, si el agua quiere salir, lo hará. Solamente hay que dejar al Seprona poner a cada uno en su sitio y convencer a los agricultores de que la I+D+i les ayudará a conseguir buenas cosechas sin tener los aspersores tirando agua 24 horas al día.
Lo que o tiene sentido es que se siembre maíz en La Mancha y que nadie tenga cojones a decirlo en voz alta, y que nadie ayude a los agricultores a hacerse competitivos con otros cultivos, y que la Junta no sea capaz de mediar para que todos salgan ganando algo. No es cuestión de hundir a nadie, ni de arruinar a nadie. Es cuestión de adaptarse al medio, no que el medio se adapte a nosotros, porque eso ya lo hemos hecho y adí nos va.
Que nadie olvide que Las Tablas con agua, dan más dinero que el maíz. Que La Mancha húmeda es un filón de dinero. Por ello, menos maíz y más patos. Y a los agricultores les tocará modificar su trabajo, pero en eso estamos todos.
Puto Maíz.