El antiguo ojo del Guadiana que ha aflorado este verano podría obedecer a causas naturales y no artificiales como tuberías o instalaciones de riego averiadas como se ha especulado en los últimos días, incluso con acusaciones de falso ojo. Así lo afirma Silvino Castaño, técnico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) consultado por tablasdedaimiel.com; mientas que Miguel Mejías, jefe del área de Infraestructura Hidrogeológica del mismo organismo, lo descarta en declaraciones a EFE. Según este experto, el encharcamiento temdría su origen «en la escorrentía de agua de riego provocado por un pivot (sistema de riego) que ha estado regando un terreno aledaño dedicado al cultivo de alfalfa».
A continuación reproducimos la versión ofrecida por tablasdedaimiel.com
Proceso de encharcamiento del ojo
Como demuestra la primera fotografía, la zona encharcada fue avistada hace tres meses si bien a los pocos días desapareció. No obstante, tablasdedaimiel.com marcó el punto e inició un seguimiento que ya estaba siendo exhaustivo en otras ubicaciones del cauce, río abajo. En julio esta web constató la reaparición del agua e incluso el incremento de la superficie encharcada, merced a unas imágenes aéreas de Juan Rozas. Concluir que durante todo este tiempo, en pleno verano, una zona de unas 15 hectáreas de extensión, que es la que abarca el pívot que riega alfalfa, ha permanecido saturada de agua por riego o por rotura de tuberías parecía poco probable. Además, si se observa la foto de mayo, el entorno del ojo estaba seco en esa fecha.
Lo explican los técnicos
El 29 de abril tablasdedaimiel.com informó de que un nuevo afloramiento había surgido en el cauce del río a escasos 300 metros de los famosos Ojos del Guadiana. Dicho encharcamiento perduraba a fecha 3 de agosto a pesar del fuerte calor del verano y la alta evaporación. Si aún tiene agua es porque el nivel freático todavía descarga a la superficie por este punto. De lo contrario habría desaparecido por completo. Es más, si estuviéramos en invierno y no acusara la fuerte evaporación, la superficie encharcada, probablemente se habría incrementado. Lo mismo ocurre en el recién aparecido ojo del Guadiana.
Silvino Castaño es hidrogeólogo del Departamento de Investigación de Recursos Geológicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y forma parte del equipo de trabajo de Paleo Tablas de Daimiel que tiene como objetivo la reconstrucción paleoclimática y paleohidrológica del Parque Nacional. Su experiencia de muchos años trabajando para el IGME le avalan como unos de los mejores conocedores del comportamiento de nuestro acuífero. El estudio que nos ocupa será publicado con detalle en el próximo número de la revista Geogaceta de la Sociedad Geológica de España, explicaciones que tablasdedaimiel.com hoy adelanta en exclusiva a sus lectores, el porqué este agosto mana un antiguo ojo del Guadiana simultáneamente a otros afloramientos en el cauce del río.
Para Castaño, el hecho de que haya salidas de agua subterránea en el Guadiana no quiere decir que el acuífero esté totalmente recuperado como muestran los datos que viene recogiendo en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, gracias a la red de control de agua subterránea del IGME en la zona. Contrastando datos piezométricos y muestras recogidas sobre conductividad eléctrica de las aguas subterráneas, Castaño defiende que la zona de Las Tablas de Daimiel sigue actuando como lugar de recarga del acuífero hacia los niveles más profundos y no de descarga. Se está llevando a cabo un proceso de recuperación, pero no total. El hecho de que haya salidas de agua subterránea en el Guadiana no quiere decir que el acuífero esté totalmente recuperado.
Sin embargo, según el hidrogeólogo, la gran heterogeneidad de los materiales del subsuelo cuando nos acercamos a una escala local combinado con la actividad humana, provoca este tipo de fenómenos como el reciente afloramiento en un antiguo ojo del Guadiana. Es decir, existen diferentes comportamientos en el flujo del agua subterránea que hacen que, por ejemplo, en el entorno de Griñón-La Máquina haya descargas de agua, mientras que en Las Tablas el agua siga recargando el acuífero.
Castaño señala que en estas zonas más deprimidas del terreno “aflora el nivel freático porque todo el entorno debe estar saturado de agua.” “Dadas las fechas en las que estamos -subraya- y la permanencia del agua en la zona, sí es claro que ese punto se está alimentando de agua subterránea, pero de un modo no visible. Es una forma de salida que sería la más frecuente en la época de funcionamiento natural del sistema, aunque no es tan espectacular como las salidas por ojos”. “En los mapas antiguos -prosigue- se ve que el sector era una zona encharcada o encharcadiza en el siglo XIX y parte del XX porque seguramente esa forma más difusa de salida de agua subterránea era la que se producía ahí” más que propiamente un manantial de cabecera como pudiera ser el Ojo de Mari-López.
El científico del IGME apunta que en abril ya se percató de que gran parte de los depósitos del valle del Guadiana estaban saturados por salidas de agua subterránea no apreciables a simple vista. “Esa salida de agua -explica- creo que corresponde a la evolución general del acuífero, que va hacia las zonas de menor cota topográfica con mejor permeabilidad, al ritmo que funcionan las aguas subterráneas (su ritmo), y por eso aparecieron los charcos en 2012 siendo un año seco.”
Castaño subraya que “el conocimiento del funcionamiento general del acuífero 23 es relativamente alto, pero cuando se entra en detalle ya hay más problemas en la comprensión de ese funcionamiento, porque entran más en juego las heterogeneidades de los materiales, sus límites, variaciones en las composiciones mineralógicas, etc., y también las acciones humanas. Todo ello es muy evidente en las mismas Tablas de Daimiel, que se encuentran en el límite del sistema acuífero, donde los cambios laterales y en profundidad de los materiales son muy rápidos, y donde también interviene la posición espacial del basamento (los materiales antiguos sobre los que se sitúa el sistema acuífero).” Para conocer mejor este funcionamiento, nos recomienda el reciente el libro que ha publicado el IGME “Las Tablas de Daimiel: agua y sedimentos” y en el que ha participado.
La protección del Guadiana
El hidrogeólogo del IGME explica que “no habría que intentar conservar sólo los “ojos” sino todo el aluvial del Guadiana. Se ha visto estos dos años que sigue siendo la salida más importante de todo el sistema acuífero de la Mancha occidental (o acuífero 23). En el momento en el que se ha producido un ascenso significativo de niveles, recarga por los ríos y un movimiento del agua subterránea por todo el sistema acuífero, el agua subterránea ha aparecido en el valle del Guadiana, aunque el flujo visible está limitado a la zona intermedia entre Las Tablas y los Ojos (Griñón-La Máquina). Por otro lado, las actuaciones en el aluvial del río en la situación actual suponen riesgos para bienes y personas ya que se producen subsidencias (hundimientos lentos) y colapsos.” por lo que habría que extremar la seguridad en la zona de influencia del Guadiana.
El agua en superficie
Silvino Castaño no descarta que la rotura de una tubería o el riego del pivot pudieren contribuir a la aparición de agua, “pero si observamos el estado actual de los socavones cercanos aún se ve mucha agua, por lo que la principal contribución sería el agua almacenada en el aluvial del Guadiana, una zona formada por materiales más recientes en el tiempo y depositados en el ámbito de influencia del río (disolución de las calizas del acuífero o lavado de margas, depósitos de partes calcáreas de ovas, turbas, y lo que puedan haber depositado los hombres en los últimos milenios). En mi visita a la zona en julio vi que aguas abajo de Zuacorta aún aparecían socavones con agua y drenaje de agua del aluvial hacia las zonas más deprimidas (especialmente las zanjas y cauces artificiales).”
Según Castaño, para comprender cómo funciona el acuífero es importante que sepamos que los flujos de agua subterránea no sólo van de manera ascendente-descendente, sino también de manera lateral y que el acuífero es muy irregular y heterogéneo en sus materiales. Es decir, no funcionaría como un gran embalse subterráneo, sino más bien como una especie de esponja realizada con múltiples materiales por los que discurre un agua de la que sólo podemos intuir su trayectoria a través de estudios cómo los que realiza el IGME.
Por consiguiente, este flujo subterráneo de la zona aluvial a zonas más deprimidas sigue siendo intenso provocando el contacto del nivel freático con la superficie. El intenso riego del pivot ha contribuido a aumentar el encharcamiento compensando las pérdidas por evaporación, pero sin ser el causante del afloramiento. Y es que, aunque el acuífero siga su lenta recuperación, la buena noticia es que los Ojos del Guadiana comienzan a aparecer.
Pues por ahi tenemos a la CHG diciendo que es de una tuberia rota!
Efectivamente, no hay más que ver de quién depende bajo cuerda la CHG, quiénes la dirigen y cuáles son sus intereses.
Me fío más de los técnicos del Instituto Hidrogeológico, que son funcionarios públicos.
Y me parece una gran noticia que hay que agradecer a todos los que se han preocupado de verdad por que el Guadiana y La Mancha Húmeda volvieran a su sitio, de donde nunca los debió expulsar el desarrollismo franquista.
Ahora confío en que el Seprona ande con los ojos bien abiertos: los propios y los del Guadiana.
[…] Noticias.- Gregorio Díaz del Campo, que ha mostrado su respeto por todas la versiones que se han escuchado al respecto, considera que “no es lógico que aflore agua en un punto tan ilusionante para todos, […]
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