La Orquesta Filarmónica de La Mancha (OFMAN), en su versión ensemble, bajo la dirección de Francisco Antonio Moya Rubio, clausuró anoche el Festival Internacional de Música Clásica de Villanueva de los Infantes.
La agrupación, acompañada por la mezzosoprano Inés Olabarria Smith, interpretó el Preludio de La Traviata, de G. Verdi; Appalachian Spring, de A. Copland; y El amor brujo, de Manuel de Falla.
Tanto este sexto y último recital como todos los anteriores se han saldado con un rotundo éxito de público, que ha completado el aforo del patio de la Alhóndiga velada tras velada. De este modo, se cumple plenamente uno de los principales objetivos de la organización, junto al de brindar a vecinos y visitantes conciertos de una elevada calidad artística.
Ayer también se clausuró la exposición Museum Musicum, que desde el 2 de agosto ha sido visitada por cientos de personas, incluyendo las visitas guiadas. Esta muestra, compuesta por más de 130 piezas de las diferentes familias instrumentales, se ha visto complementada por la realización de tres talleres de construcción de instrumentos para niños.
OFMAN
La Orquesta Filarmónica de La Mancha (OFMAN) es una formación de corta historia pero de extensas ambiciones. Entre sus fines destaca la promoción de los talentos musicales manchegos, ofreciendo a los músicos que van finalizando sus estudios en el conservatorio la posibilidad de formar parte de una agrupación sinfónica de carácter semiprofesional.
Por estas razones, la orquesta pretende mantener una plantilla estable, buscando en sus ensayos y conciertos un sonido propio, un empaste adecuado y una interpretación “viva” y “fresca” de cada partitura. La plantilla de la Filarmónica de la Mancha utiliza muy diversos formatos, adecuándose a cada estilo de repertorio que interpreta.
Precisamente uno de sus principales objetivos es el de abarcar todo tipo de obras y estilos, intentando siempre presentar programas atractivos al gran público, conjugando calidad y cercanía. Así, la Orquesta se siente a gusto interpretando a los grandes clásicos, desde el Barroco hasta la música actual; zarzuela y ópera, versiones de música popular, música contemporánea, musicales, etc.
Ha dado conciertos por toda la geografía española, destacando sus diversas intervenciones en el Auditorio Nacional de Música de Madrid y en el Euskalduna de Bilbao. Ha colaborado con solistas de la talla de David Martínez, Elena Mikhailova, Milagros Poblador, Israel Lozano, Enrique Ferrer, Javier Galán, Miguel Borrallo o Dolores Lahuerta, entre otros.
Su director, Francisco Antonio Moya Rubio, es natural de Villahermosa (Ciudad Real). De una sólida y dilatada formación musical, Moya centra en la dirección orquestal la mayor parte de su carrera profesional, ampliando su formación en la Bard University (Nueva York), en la Escuela de Dirección de Orquesta Ilia Musin (San Petersburgo), en la Accademia Musicale Chigiana (Siena) y en el Royal Northern College of Music de Manchester. Además, ha realizado diferentes cursos de dirección de orquesta con los maestros George Pehlivanian, Fabián Panisiello, Enrique García Asensio, Manuel Hernández Silva, José Rafael Pascual Vilaplana y Jordi Mora, formándose en la dirección de ópera y zarzuela con los maestros Vinzenzo Laferla, Miquel Ortega y Tulio Gagliardo.
En la actualidad es profesor de Composición del Conservatorio Profesional de Música ‘Andrés Segovia’ de Linares, director de la Banda Municipal de Puertollano, director titular de la OFMAN y director musical de las compañías líricas La Folía y Producciones Telón.
Por su parte, la mezzosoprano Inés Olabarria Smith, nacida en Bilbao, debutó en 2000 como Jenny de los piratas en la Drei Grossen Oper de K. Weill y como Tangia en Le Cinesi de C.W. Gluck. Participó en el papel de la Zíngara en la producción de Nina et Lindor de E.R. Duni en el Festival Duni de Matera.
Desde entonces ha interpretado la Amneris de Aida en el teatro Buero Vallejo de Guadalajara, la Beltrana de Doña Francisquita en el teatro Olimpia de Valencia, la Cantaora en La Verbena de La Paloma en Madrid y el Réquiem de Mozart en la catedral de Sevilla, entre otras muchas obras y personajes de ópera, cosechando grandes y numerosos éxitos en España, Francia, Italia y México.