La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano, ha destacado la amplia tradición vitivinícola de Socuéllamos (Ciudad Real), a lo que ha añadido que esta localidad “ha hecho del cultivo de la vid una seña de identidad”.
Así lo ha expresado la consejera esta mañana en la propia localidad de Socuéllamos, en la que ha asistido al Concurso de Cata de Vino y a la entrega de los ‘Premios Yugo’, que concede la Cooperativa Cristo de la Vega, que ha reconocido a María Luisa Soriano con el ‘Premio Yugo a una vida dedicada al vino’.
La titular de Agricultura del Gobierno regional ha agradecido el reconocimiento al jurado y a todos los miembros de la cooperativa, y ha hecho extensivo el premio “a todo el Gobierno de Castilla-La Mancha y a la Consejería de Agricultura, que está dedicándose intensamente a un sector estratégico para la región como es el vitivinícola”.
Además, ha recordado que Socuéllamos es “un municipio unido inseparablemente al viñedo ya desde finales del siglo XIII, cuando Juan Osórez, maestre de la Orden de Santiago, concedió lo que se llamó la ‘Carta-Puebla’ de Socuéllamos, que otorgaba cierto privilegio a quienes vinieran a poblar esta localidad poniendo casa y dos ‘aranzadas’ de viñas”.
Asimismo, ha reseñado la importancia de la Cooperativa Cristo de la Vega, que cuenta con más de 1.200 socios y tiene una de las bodegas más grandes de Europa, “que desde hace 58 años fabrica un vino de altísima calidad, al amparo de la Denominación de Origen Protegida La Mancha”.
En este sentido, Soriano ha reseñado que son numerosos los premios nacionales e internacionales que han cosechado los vinos de esta cooperativa, “galardones que avalan una trayectoria impecable, lo que unido al empuje de sus socios le augura un futuro plagado de éxitos”.
Una campaña de muy buena calidad
Por otro lado, la consejera de Agricultura ha avanzado que las previsiones apuntan a una campaña “muy buena en calidad”, siempre y cuando las condiciones se mantengan hasta el final de la cosecha.
La consejera ha reconocido que, gracias a la climatología, ha sido una campaña “muy buena desde el punto de vista agrícola, un año muy sano para la uva, sin apenas problemas de plagas o enfermedades”, lo que augura una recogida de uva de alta calidad.