Ecologistas en Acción Ciudad Real.- La Ruta de las Hazadillas, excelente mirador de las lagunas medias, se cerrará definitivamente el próximo mes de septiembre. Considerando acertadas algunas de las medidas propuestas (impedir el acceso motorizado o una mayor protección de las barreras tobáceas) nos oponemos en su conjunto por su dudosa efectividad, su carácter discriminatorio, y porque castiga el turismo de naturaleza (una de las pocas posibilidades de rescatar al parque del desarrollo turístico insostenible).
Como denunciábamos hace unos meses, los Servicios Periféricos de Agricultura restringirán el acceso del camino que bordea las lagunas de Ruidera por su margen izquierda desde la Redondilla hasta la Colgada. Únicamente se podrá transitar con la compañía de un guía expresamente autorizado. Los habitantes de los pueblos con territorio en el parque podrán hacerlo previa petición a sus respectivos ayuntamientos, quienes darán traslado de las mismas a los Servicios Periféricos de Agricultura. Una discriminación en toda regla a raíz de esta diferenciación según el origen o lugar de residencia del solicitante.
Una medida que, hay que recordar, la dirección del parque se sacaba de la manga el invierno pasado sin el voto de la Junta Rectora del parque y sin consultarlo con los ayuntamientos. Sólo después de la reacciones en contra de clubes deportivos de actividades al aire libre, vecinos y ecologistas, los servicios periféricos se echaron para atrás y suspendían temporalmente el cierre del camino. Ahora, una vez sometido a acuerdo de la Junta Rectora y abierto el plazo de información pública, se reinicia el proceso de privatización del camino público con una pátina de legalidad que lo hace un poco más presentable.
Uno de los argumentos de las autoridades para justificar el cierre del camino es la protección de las plataformas tobáceas que jalonan las lagunas, en entredicho por el vandalismo de algunos visitantes. Sin embargo, el origen del pisoteo constante y del resto de acciones que provocan daños irreversibles en estas estructuras geológicas procede en su mayor parte de flujos de personas de la margen derecha de las lagunas, de la invasión de vehículos a motor, o de agresiones urbanísticas.
En las alegaciones presentadas defendemos la implantación de medidas disuasorias y restrictivas en la margen derecha (auténtico cuello de botella de masificación), respetando la libre accesibilidad del camino de la margen izquierda, con la excepción de turismos, 4×4 y resto de vehículos a motor. Éste tiene una demanda mucho menor y un perfil de visitante diferente, por lo común más sensible y atento a la belleza del paraje y a sus valores naturales.
Del mismo modo, no habría que dilatar en el tiempo la puesta en marcha de medidas de prevención y control que eviten el deterioro de los travertinos en ambas márgenes.
La privatización de facto de la Ruta de las Hazadillas choca con las corrientes más actuales que se están dando en la gestión de los espacios naturales protegidos, esto es, conciliar los diferentes intereses, usos y aprovechamientos con la conservación de la naturaleza en un todo inclusivo, evitando la recreación de islas o parques temáticos disociados de la realidad de las poblaciones locales y del propio territorio.