Fermín Gassol Peco.- “Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérela, pues, en todo lugar”. Séneca. Una curva en el trazado, un tren que casi triplica la velocidad permitida en ese tramo, una negligencia, un despiste; el resultado…una tragedia impresionante. Es un caso más que nos recuerda la endeblez de la condición humana y la delgadez de la raya que existe entre la vida y la muerte.
Personas de distintas procedencias que viajaban hacia un mismo destino…y al que nunca llegaron, una curva sobró y tres kilómetros faltaron. Siniestra e imprevista escena macabra que enluta el final feliz. Película ésta de la vida que no admite repetición de las escenas ya vividas. Siniestra lotería a la que jugamos a diario sin quererlo. Padres, hermanos, hijos, novias, sobrinos… que han dejado de existir…en un momento; zarpazos que han destrozado la intimidad de muchas familias y dejan helados los corazones.
Y como difícil y remoto consuelo…la solidaridad de unos ciudadanos, de un pueblo, que ante esta tragedia ha sacado lo mejor de sí mismo. Qué lástima que haya que esperar a estos dramáticos momentos para hacerlo; pero algo gratificante al menos.