Ángel López Jiménez.- En este mes de julio en Almagro casi todo ha sido teatro clásico, pero incluso en dicho escenario pudimos saber que para menos de 100 puestos de trabajo temporal de un mes en el Festival se presentaron alrededor de 750 solicitudes para ocuparse de limpieza o de personal de sala.
Las cifras son elocuentes del drama interno almagreño: en la actual legislatura local el paro ha subido un 51,68% -más que a nivel provincial y regional-, llegando a un pico en el mes de abril de 1.262 desempleados. Es verdad que el efecto verano/Festival de Teatro se nota y el paro ha bajado en mayo un 3,2% y en junio un 6%.
Pero en cuanto pasen las Ferias de la ciudad la cruda realidad se mostrará nuevamente sin careta ni disfraz. En junio del 2011 había 832 parados, y en junio del 2013 eran 1.147; todo ello a pesar de que los nuevos gobernantes habían prometido un contrato con el empleo. ¿Hay que reflexionar sobre ello o les seguimos diciendo a los parados que “los lunes al sol”?
En el año 2001 pudimos admirar esa magnífica película dirigida por Fernando León y producida por Querejeta, que nos trasladaba el día a día de varios parados tras una reconversión industrial en Vigo, las protestas por los despidos, el fracaso personal y esa protesta-ocupación de tumbarse los lunes al sol. Aquí no ha habido reconversión industrial, pero reinan los expedientes de regulación de empleo, el cierre de negocios hosteleros, la disminución de empleo público, el menor consumo por el aumento bestial del IVA y de otros impuestos, la recesión económica provocada por ese menor consumo y la falta de crédito para familias y empresas, etc.
Lo peor del paro es seguramente la soledad de los parados. A todas las autoridades se les llena la boca de decir “lo más importante el empleo”, ”lo prioritario el empleo”, pero lo parlamentan sólo desde las lecturas de sus argumentarios, les preocupa más el austericidio desbocado, ya que sus medidas de empleo se estrellan en la ineficacia, o simplemente no se toman, dicen que para diferenciarse, aduciendo que ya fracasaron con los anteriores gestores.
Se olvidan con frecuencia estas autoridades que el problema en grado de urgencia está ahora, en este momento .El desamparo social es del momento y no se resuelve solo con medidas de beneficencia. Es ahora cuando hay que reaccionar, cuando hay que movilizar energías solidarias y mejorar las condiciones de empleabilidad desde el sector privado y desde el sector público.
La insensibilidad de quien manda es tan sectaria que se ha llegado a afirmar por un concejal almagreño del equipo de gobierno: “que los parados quieren seguir en ese estado pues por las tardes hacen chapuzas”. Estos comentarios debieran inhabilitar para el cargo público, pues quien tiene derecho a la prestación por desempleo, ahora disminuida, cumple con la legislación vigente, y quien hace chapuzas cuando todos los miembros de una familia están en paro, simplemente subsiste.
¿Cómo se reacciona en Almagro a este drama del paro? Se han seguido hasta esta mitad de legislatura dos vías. Una, dejar pasar el tiempo y no hacer nada ante las demoledoras cifras. Dos, una moción unánime en el último pleno municipal, en la que se pide a las Administraciones que sigan con sus “ejemplares medidas”, además de reivindicar que la Junta empiece a poner en marcha planes de empleo de urgencia, al menos para quien no tiene ya ninguna ayuda. Moción que seguramente será ignorada.
Naturalmente tenemos derecho a preguntarnos, ¿y qué más?, además de la resignación ante los datos, el mirar para otro lado o el hacer comentarios oficiales sarcásticos, ¿qué más? Existe una responsabilidad de dar cierta esperanza, y algo más, a los que han perdido la autoestima por la falta de trabajo. Quien ocupa un cargo público importante en un municipio lo está a titulo voluntario, fundado en compromisos electorales que no se pueden incumplir y basado en el coraje de responder mínimamente al sueldo mensual que le pagan los ciudadanos con sus impuestos. Los tiempos de crisis son también momentos para las oportunidades, ejerciendo un liderazgo y una inquietud que hoy parecen no existir.
En Almagro se han difuminado muchas cosas: la inversión pública (ya sin plan E), el prometido vivero de empresas, las prometidas renovadas escuelas taller, el prometido Palacio de Congresos, etc. En pueblos de alrededor (se pueden dar nombres) hay iniciativas: planes de empleo propios, convenios de créditos preferentes millonarios entre círculo de empresarios y entidades bancarias, ferias del stokaje, rehabilitación pública de zonas urbanas, campañas publicitarias, ferias de productos propios o mesas locales por el empleo.
Queremos esperar que se olviden declaraciones bobas o desafortunadas, y terminado el tiempo de fotos y escenarios propios de julio, nuestras autoridades locales se ocupen de lo prioritario: la reivindicación del empleo. En el Espacio de Arte Contemporáneo de Almagro puede admirarse estos días una exposición sobre Góngora, y en uno de sus paneles podemos leer: “Sólo lo difícil es estimulante”. Ese es el camino para los regidores actuales y no lo facilón de estar ‘tumbados los lunes al sol’.