Manuel Valero.- Aunque parezca presuntuoso, yo perdono al alcalde de Puertollano Joaquín Hermoso, pese a no encontrarme en la nómina de los dañados. La política es a veces una máquina de triturar -no hay más que ver el panorama- más allá de cualquier lógica porque en esto como en todo lo que aflora es la condición humana casi siempre como una pegajosa caricatura de la náusea.
Uno, que como todo el mundo tiene su pasado con capítulos torcidos, escribió en su día, hace años, que Joaquín Hermoso, era un alcalde consolidado y que de alguna manera venía a recogerle el testigo al primer edil democrático que tuvo la ciudad desde la normalización democrática, Ramón Fernández. Más que nada por que todos los que se auparon al sillón consistorial entre el primero y el último fueron o la cesárea voluntad de Bono, o flor de un día, o se descubrieron más de continente que de contenido: Santiago Moreno, Manuel Juliá y Casimiro Sánchez Calderón Pero de la misma manera que la perversidad de una reacción elemental puede nublar la razón, me voy a molestar hoy mismo, a horas escasas de que Hermoso haya hecho pública su renuncia, en disociar el ser humano del cargo público, ni siquiera la persona del cargo público, porque eso denotaría un conocimiento mutuo más allá de la simple superficialidad, y no he conocido personalmente a Hermoso lo suficiente.
Que ha cometido errores en el desempeño de su responsabilidad política basta con hacer una somera visita a la hemeroteca, como también tiene registrados aciertos a lo largo de estos diez años de gobierno de una ciudad difícil como Puertollano, sometida a los vaivenes de la economía y la historia, entre ellos la reactivación industrial y el polígono de la Nava ensayando la vía natural de una ciudad singular apegada desde antiguo a las energías..Y ha cometido errores graves y gravísimos.
Hoy como consecuencia de una deriva política que sólo él, los más allegados y los periodistas más apegados al terreno conocen, ha presentado la dimisión con una frase que a uno le ha llamado la atención, más que cualquier otra. No suele ser de cobardes anunciar el abandono de la actividad política y la renuncia al cargo pidiendo perdón, no disculpas ni otras zarandajas excusables, perdón con todas las letras a cuantas personas haya podido dañar. Pesa más esa desnudez porque está dicha por un hombre que comenzó su propio calvario cuando la política pasó de ser un chollo a una cruz y el laissez faire social, un implacable escrutinio de relojero suizo.
Esa exposición pública a lo que solo las mentes simples considerarán un mero desfallecimiento sentimental puede más que la leyenda urbana que lo ha acompañado desde antiguo, pero de la que no hay ninguna prueba documental que se conozca. Y aunque hubiera sido más historia real que argumento de ficción. Ahora todo se agranda y se viene a la boca como la repetición de una comida pesada. Joaquín Hermoso ha dimitido como alcalde, bajo el peso de su trayectoria, presionado por los suyos, por la oposición, por la opinión pública y los medios de comunicación que no han hecho otra cosa que informar a la sociedad pesara a quien pesara -incluso a él- como corresponde a un país libre.
Pero una cosa es la adherencia o antípoda ideológica, la simpatía o antipatía del cargo o el ser humano, y otra la saña cavernaria a la que a partir de ahora será sometido, una vez despojado del blindaje político. Un alcalde, lo reitero, puede ser censurado, cesado o dimitido por mil causas y avatares, entre ellas haber usado el cargo en beneficio propio y en su enriquecimiento personal. Y juzgado y sancionado si ha cometido delito, pero en esta ocasión el alcalde además de renunciar pidiendo perdón también ha dicho que pondrá negro sobre blanco sus bienes para escrutinio público. Sólo por ambas cosas merece un ápice siquiera de conmiseración, entre otras cosas porque el odio oscurece a quienes lo profesan. Si ha sido un alcalde que se hundió a si mismo ha llegado al final del camino.
Pero como ciudadano, periodista , escritor y paisano, no estaré dispuesto a acudir entre risas de hiena al festín para llevarme un trozo de su costado político en la boca. Lo ha pagado, con el descrédito moral y personal intenso e inmenso que ha venido padeciendo estos últimos años. Posiblemente por su propia responsabilidad. Pero a mi me interesa en esta ocasión estar del lado de quien demuestran un poco de humanidad que de las hienas, esto es, del ser humano, y como ser humano y aunque no haya recibido ningún daño estoy dispuesto a perdonarlo, sólo sea por la sumaria excepcionalidad de sus palabras. Todo el mundo tiene derecho a una segunda, y tercera y cuarta oportunidad, como aquel que es capaz de pedir perdón delante de todos, puede que no sea la persona que creemos aunque haya sido un pésimo gestor. En todo caso una persona devorada por el cargo. ¡Pero hay tantas!
Estimado Manuel: siempre con la mesura por bandera y el respeto por mástil.
En esta época que todos somos Zolas en potencia y en acto, se agradece leer un discurso mesurado y respetuoso. Y se agradece, aún más, que alguien sea capaz de pedir perdón.
Ya dije el otro día, en el comentario de un artículo, que todos nos equivocamos, somos humanos; aunque no todos sabemos pedir perdón. Y eso último nos honra y dignifica.
Posdata: Tus artículos tienen la misma esencia que desprendía el tranquilo y correcto sheriff Will Kane. Solo que tú no estás solo ante el peligro. Me tienes a mí.
Es que se cansa uno de tanto raro aire contaminado de rencor. Se ha ido. Pues ya está. Gracias.
Manuel, creo que desconoces los últimos acontecimientos de esta ciudad y no se si es un desconocimiento voluntario o que no te enteras de la misa la media. ¿Sabes cuanto tiempo llevan colectivos pidiendo la declaración de bienes de tu querido ex-alcalde? Muchos meses, y ¿sabes cual fue la respuesta del señor secretario a estas peticiones? Por tu escrito indultador parece ser que no, pues deberías saber que hace menos de meses el señor secretario accidental (cómplice del despota) venía a decir textualmente «La declaración de bienes patrimoniales a la que alude su escrito NO CONSTITUYE OBLIGACION LEGAL ALGUNA de llevarse a cabo o publicarse, salvo decisión potestativa y personal del propio interesado, por lo que esta cuestión no es susceptible de ser tramitada a tenor de lo establecido en el Real Decreto 2568/1986 de 28 de noviembre, a cuyo amparo se ha formulado»
¿Sabes que significa eso?, que no la presenta por que no le da la real gana. Esto fue el 4 de junio del presente año. ¿Ahora si va a presentarla cuando dimite? Le ha dado tiempo de sobra a modificar lo que considere oportuno y poner sus bienes a nombre de sus hijos. ¿No dices que eres periodista? Pues investiga donde están sus bienes…en lugar de tanto perdón cuando ha dejado una población de 50000 habitantes en ruina. Me parece un artículo penoso, lo mismo es que estás en nómina…(o estabas)
Perdón, no lo volveré a hacer. En cuanto a Hermoso, ha hecho más que suficiente, ha dejado una deuda impagable, se calcula unos 90 millones de euros, para una ciudad de 50 000 habitantes!!. El rey también nos pidió perdón. ¿Cual es el precio que vamos a pagar todos los ciudadanos por sus actos?
Ni lo perdono y olvido.
ni olvido
Estimado Manuel Valero, gran periodista e impagable escritor, no puedo cuanto menos que intentar entender tu postura, aun asi, no lo consigo, y mucho menos la comparto.
Yo no tengo nada contra Joaquín Hermoso, como ciudadano ni como persona, nada me ha hecho, nada me debe, nada le debo.
EL problema es que no hablamos de Joaquin, persona de a pie; hablamos de JOAQUIN HERMOSO «LADRILLO», JOAKING, JOAQUINOTE DE LA MANCHA, «JOQUIN I EL MOROSO». para mas señas, hablamos del Alcalde de Puertollano actual, del peor Alcalde de la historia de la ciudad; te suena?
Mira Manuel; a mi me parece bien que se vaya; lo llevo pidiendo en este foro hace años; lo que no me parece es que se vaya sin dar una sola explicación de las muchas que tiene quedar. Solo pide perdón.
Mira Manuel, yo soy uno de los cientos de ciudadanos que hemos abandonado la ciudad entre otras cosas, gracias a la gestión del arrepentido; y te aseguro, muchos no estamos fuera por la crisis, no.
Te quiero recordar que este alcalde del que tu quieres separar la vida personal y política, fue el primero que mezclo su vida personal con su profesión de político; ¿hace falta que te recuerde el idílico video de la campaña electoral donde salía con su EX-MUJER y sus hijos, y se contaba lo maravilloso que era..?
El no ha pagado nada, Manuel, nada… ni siquiera le ha dado vergüenza decir que se va… se quita un peso de encima nada mas.
Los que pagaremos seremos nosotros, durante muchos años, sus caprichos, sus chulerías arquitectónicas, su nefasta gestión.
El no ha pagado, se va con un patrimonio mucho, muchísimo mayor que el que tenia cuando llego, y posiblemente; lo veremos en breve, con un trabajo «cómodo» de por vida.
Manuel, se va, muy bien, pide perdón… el que quiera que lo haga, yo como Alcalde, no lo perdono, como persona, que vaya con viento fresco, y lleve mas paz….que la que deja.
Estimado de la calle estrecha… lo que tenga que ser será y en un pais democrático las presunciones son presunciones aunque apunten a la evidencia mientras no haya documentos y pruebas de cargo. De pedir la dimisión del alcalde, conducta legitimamente democrática al linchamiento personal y moral hay un trecho. Por lo demás, gracias por tus calificativos del principio. No sabes lo que eso anima a escribir. Buen dia.
Gracias Manuel, es cuestión de puntos de vista; afortunadamente esta democracia todavía nos permite dicrepar y comentar diferencias con total libertad. Saludos y buen verano.