Estanislao Z. Navas.- En el artículo anterior hacíamos referencia a un inmueble que se encuentra en un estado deplorable y que se ha convertido en la “pelota de tenis” que muchos pasan de un extremo al otro del campo sin que ninguno gane el punto – comprometerse a su restauración y rehabilitación para darle un uso concreto, se sobreentiende -. 
Este estado de dejadez y de defensa de uno de los iconos representativos de la historia de esta ciudad es uno de los aspectos claves que me impulsaron a comprometerme en la creación de esta sección – 
gracias al aliento recibido por los responsables del diario, de los cuales siempre he tenido una inestimable ayuda -. La situación deplorable en la que parece atisbarse que se podrá encontrar el antiguo “Colegio Ferroviario” no es nada comparable con la de un vecino muy cercano y del cual no parecen verse “novias” al respecto. Estamos hablando, sin lugar a dudas, de un edificio que tenía la forma de palacete y que acogía una institución que ahora se encuentra en un edificio más discreto en la calle de Toledo, cercano a la Plaza Mayor: es el antiguo edificio de la Cruz Roja.
Sin duda, los avatares que sufrió este inmueble en sus últimos momentos como sede de dicha institución, fueron fielmente reflejados en la prensa no hace mucho tiempo, siendo este diario uno de los difusores de tales noticias.
Los noticiarios, diarios, periódicos, se despertaban un día sí y otro también con la protesta ciudadana abanderada por los colectivos “Círculo de Bellas Artes”, “Monumenta Ciudad Real” y “Restaura Manzanares”. Así, este Palacete que fue adquirido con la Cruz Roja en 1972, sería vendido en el año 2006, iniciando entonces una dura singladura hasta casi el olvido actual.
Las recientes protestas por el muy deficiente estado de conservación de su vecino “Colegio Ferroviario” han reavivado las heridas del pasado, un pasado muy reciente en el que el antiguo edificio de la Cruz Roja gracias a las protestas ciudadanas y las diversas actividades de protesta (ruedas de prensa, manifiestos, acciones legales como la incoación del expediente para ser declarado Bien de Interés Cultural, …) abanderadas por las agrupaciones antes mencionadas, consiguieron como resultado en el año 2006 el poder evitar que la piqueta actuase con saña y enterrase de una vez por todas este edificio modernista. Todo este periplo no me detendré en repetirlo, pues a lo largo de los últimos años tanto en este diario como en otros medios se ha dado cobertura de las actividades de protesta y reclamaciones realizadas a favor de la supervivencia de este inmueble.
Así, de este edificio nos queda poco que decir, sólo que cuando fue edificado a principios del siglo XX fue gracias al encargo de un conocido boticario llamado Conrado López. Este palacete que fuera residencia de la familia López tendría más usos, como el de Academia de Estudios y finalmente el de sede de la Cruz Roja de Ciudad Real. Artísticamente hablando, el modernismo en su vertiente más racionalista es el estilo al que pertenece, pues se caracteriza por el uso de las líneas rectas, simples y volúmenes geométricos. Está más en consonancia con el estilo que se daba en Gran Bretaña y Austria, y se alejaría más de la línea curva y de las formas ondulantes, de corte más expresionista.
Este es parte del Informe realizado en 2007, para el Colegio del Arquitectos, por Perís y por mí, en aras de iniciar la declaración como BIC de la pieza citada.
3. LA CIUDAD Y SU PERÍMETRO
La incorporación del tramo de murallas comprendido entre las Puertas de Alárcos y Ciruela, va a experimentar un proceso de transformaciones sensibles y notorias, que se desencadenan con la llegada del ferrocarril a Ciudad Real en 1861 . “El ferrocarril llegó a Ciudad Real en 1861 proveniente del Este, por la línea de la compañía MZA desde Manzanares, situándose la estación al sur de la ciudad cerca de Puerta de Ciruela”. El posterior trazado de la línea directa desde Madrid, por el poniente determinaría más tarde la fusión de ambas líneas y la consiguiente reordenación. Así: “Ambas estaciones se unieron, construyéndose una variante del trazado del ferrocarril directo a Madrid, para bordear la ciudad por el Este y tras una curva muy cerrada entrar a la ciudad, paralelamente al ferrocarril de Manzanares” . La ubicación de la estación fusionada de ambas líneas, acabaría produciéndose en 1933. Mientras tanto, y en ese periodo temporal, se había inaugurado la recuperación de un segmento de ciudad caracterizado por sus baldíos, solares libres, huertas y, lo que era peor, el sumidero que recogía las aguas residuales, desde la Puerta de Ciruela, para llevarlas a la zona de La Mina, camino de Las Casas. Casi en paralelo al proceso de implantación ferroviaria, se suceden los acontecimientos orientados a la demolición de los restos del recinto amurallado , como se reflejan en diferentes acuerdos municipales de los años 1880 y siguientes. Debates originados, en parte, por la petición del material constitutivo para diferentes obras y por la pérdida del carácter fiscal que venía sustentando su integridad. Así el 18 de enero de 1883 se conoce el hundimiento parcial de algunos lienzos de muralla; el 12 de junio de 1884 se produce acuerdo relativo a la demolición parcial de la zona del Matadero y el 3 de enero 1890 se solicitan diferentes demoliciones. De tal suerte que la desaparición de los restos amurallados origina toda una política de saneamiento y ornato del perímetro urbano, con la creación de diferentes paseos, como ocurre con el acuerdo del 16 de octubre de 1889, creándose el Paseo de invierno de la Puerta de Alárcos. Se acomete el trazado de unas, así llamadas, Alineaciones de las Murallas en 1890, que muy tardíamente son aprobadas el 13 de enero de 1900. Reactivándose la petición a MZA de la cesión de los terrenos no ocupados por el trazado para levantar paseos en la Puerta de Alárcos y en otros enclaves perimetrales. Petición que se ultima en 1915 con otro expediente de adquisición de terrenos próximos al Parque Gasset, a la compañía MZA. Así se perfila todo un borde urbano, que desaparecida la muralla y cerca pasa a ser tratado como Paseos en unos casos y como Salones en otros. De esta forma se van consolidando las actuaciones en el Paseo de Alárcos, que se pospone hasta 1912 por una parte, y por otra hasta 1913 con el expediente de carretera de circunvalación del mismo. De esta manera se inicia un proceso de ocupación edificatoria de lo que antes había quedado cerrado por la cerca amurallada y por la canalización del desagüe. Esta liberación espacial originaria el consecuente proceso de intervención edificatoria. Existe constancia de otorgamiento de licencias en 1911 en el Paseo Cisneros 9, o el expediente de 1913 para levantar 4 casas Baratas en la Ronda de Granada por López de Haro. El crecimiento edificatorio puntual pasa a ser sintomático en dicha área, con el desarrollo del barrio general Aguilera (vulgo Larache) tras las vías del tren en los primeros años de la década de los años 20 . Años que ven despegar igualmente las iniciativas sobre la expansión edificatoria, con la aplicación de la legislación de Casas Baratas. De esta forma el 21 de agosto de 1913 se produce la bendición de los terrenos del llamado ‘Ciudad Real moderno’.
Como de costumbre, don José, es un honor y un auténtico placer recibir estas grandes lecciones de alguien que conoce muy bien estas materias.
Un saludo