Hace años que las esculturas que ocupaban su sitio en la fuente de la Plaza de la Provincia de Ciudad Real desaparecieron para siempre. Unos dicen que las secuestraron, otros que las encerraron en los almacenes del ayuntamiento por andar desnudas. Un concejal aseguraba que las vio en el jardín del chalet de otro concejal, junto a enanitos de piedra artificial.
No descartan haberlas visto en manos de algún constructor enamorado de ellas. El caso es que habrá que buscarlas entre todos y obligar a devolverlas a los que se creyeron con el derecho de robarlas al pueblo. El escultor Joaquín García Donaire (Ciudad Real 1926-Madrid 2003), además de personajes históricos y religiosos, amó sobre todo los desnudos en su obra y realizó esculturas muy similares entre si. 
Tanto la «Mujer Romana», galardonada con la 1ª medalla de escultura en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1957 y que forma parte del museo Reina Sofía, como «Desnudo Femenino», ganadora del Molino de Oro en el certamen de Artes Plásticas de Valdepeñas de 1956 (actualmente se puede ver en el antiguo convento de la Merced), son hermanas casi gemelas a las robadas, pero hechas de materiales diferentes. Las primeras las conservan, las valoran, las miman para que no desaparezcan con el tiempo y podamos observar lo que se hacía en una dictadura que todo lo vestía de largo. Algo falta en este patrimonio escultórico plagado de reyezuelos a caballo, de reinonas con espada y vasallos arrodillados. Desde ALUMBRE hacemos un llamamiento para que encontremos las esculturas y que vuelvan a ocupar el sitio que les corresponde.
Un mes después. Dado el interés suscitado por este artículo, la concejala de Izquierda Unida del Ayuntamiento de Ciudad Real, Carmen Soánez, preguntó en un Pleno municipal por el paradero de las madonas. La respuesta del concejal responsable de la cultura de nuestra ciudad fue de titubeo y perplejidad. Al parecer se han perdido. Desde hace casi quince años el PP gobierna como puede en Ciudad Real, con mayoría absoluta. Creemos que no será difícil encontrarlas, eso sí, hay que buscarlas. Aunque para el concejal de Cultura no tengan importancia, para el pueblo sí que la tiene. La excusa de que estaban deterioradas no nos vale, su obligación es encontrarlas, restaurarlas y devolverlas a su lugar antes que desde la ciudadanía lo denuncie a la policía para que abra una investigación.
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¿Un constructor enamorado de una estatua femenina de Donaire? Esto da para una novela.
Desidia ciudadana llamo a esto.
Pues es muy fácil, se llama al 091 y se dice el lugar donde se han visto. De forma anónima. Eso de que están en casa de un concejal o de un constructor es querer echar humo sobre el tema. Hay que decir dónde y quién.
Que no se me enfaden los del 092, pero su jefe político es del equipo de gobierno de quienes las han perdido. No dudo de su profesionalidad pero, prefiero que en este caso sea el 091. A ver si le cae una buena sanción al amiguete o amigueta que las tiene en su casa adornando el jardín por robo de patrimonio cultural, con el agravante de hacerlo con abuso de autoridad si era un cargo o con abuso de puesto público si ha sido un funcionario.
Ciudad Real es muy pequeño y, probablemente, alguien sabe el lugar donde se encuentran.