Nota municipal.- Cándido Jorge Sevilla volvió a dar una lección de teatro. El Gran Teatro de Manzanares se rindió el pasado sábado ante la magistral interpretación que hizo del escultor Enrique Diezma en “Vulnus”, una extraordinaria obra del también manzanareño Cristóbal del Río. El grupo “Vaya Cirio” rompió con su línea de humor para sorprender con una tragedia a la medida de su protagonista. Una larga ovación con el público en pie fue el mejor indicador para el estreno absoluto de un montaje que no deberían perder de vista las grandes compañías y actores profesionales, aunque Candi Sevilla ha dejado altísimo el listón.
En el Gran Teatro se respiraba el ambiente de las grandes ocasiones. Y así fue. “Vaya Cirio” no defraudó al numeroso público que acudió al estreno de la obra “Vulnus”, escrita y dirigida por Cristóbal del Río Navas, todo un traje a medida de la grandísima capacidad interpretativa de Candi Sevilla, un veterano de las tablas manzanareñas para quien este papel es un auténtico homenaje a su trayectoria.
Sevilla dio vida a Enrique Diezma, un afamado escultor en horas bajas. Una entrevista no deseada para una revista de gran tirada es el catalizador que nos permite viajar al interior de un artista con una personalidad tan arrolladora que se lleva por delante todo lo que le rodea, incluso lo que más quiere. Y Candi Sevilla lo borda en la difícil tarea de transmitir los múltiples registros que requiere el personaje, con un halo de locura, pasión, ingenio y drama que ponen al actor en un lugar privilegiado en la historia de la escena local, junto a los Luisillo, Pepe Enrique, Zárate y compañía.
Antonia Torres, Isabel Vázquez, Iris Sevilla -hija de Candi- y José Miguel Martín completan el reparto de la obra, en la que se intercalan imágenes proyectadas en los cambios de escena gracias al montaje realizado por Carlos Infante. Los arreglos de sonido corresponden a Toni Doctor y a Cristóbal del Río, con iluminación y sonido a cargo de José Luis González-Mellado y escenografía de Juan Sánchez. El trabajo de este escultor es otra de las claves que envuelven de magia el resultado final de “Vulnus”, ya que reproduce en el escenario el taller de un escultor plagado de obras y bocetos.
Pero “Vulnus” -herida en latín- es una gran obra de teatro. Sin el texto de Cristóbal del Río no sería posible todo lo demás. El autor manzanareño se redescubre para el teatro con una capacidad digna de elogio. Si difícil es hacer reír, como consiguió con los anteriores estrenos -Vuelo 69, En pie de guerra y No me cuentes cuentos-, no menos complicados son el drama y la tragedia aderezados de filosofía y psicología, como en este caso. Si la escena es justa, a “Vulnus” no le deben faltar pretendientes.