La ermita en su callejón

Estanislao Z. Navas.-
“El Santo Hospital de la Pedrera
Y su su fundación
Al principio de nuestra Población
Al paso que su destrucción se cuenta
Año de mil seiscientos y cuarenta.
Si tan provechoso como bueno
Solo nos ha quedado el terreno
Con una iglesita que fundada
Fue por la piedad bien señalada
De muchos compatriotas
Personas a la Virgen muy devotas
Llámanla LOS RE

MEDIOS
Y a ella por los medios
De Arte y habilidad
Sin sentirse especial dificultad
La Imagen de la Virgen trasladaron
Despues que ya la encajonaron
Por ser como es pintada en la pared
Y sin hacer merced
Al delicado y habil arquitecto
Llevó tan a los cabos su proyecto
Que la Imagen parece allí nacida
Mas que del Hospital se conducida.” 

En estas palabras extraídas del Diccionario… de don Inocente Hervás y Buendía se nos hace referencia al antiguo Hospital de la Pedrera, sobre cuyo solar reside la actual Ermita de los Remedios, y cuya autoría cabe atribuir al Sebastián de Almenara que, siguiendo a don Joseph Díaz Jurado, nos hace referencia a la historia de dicha fundación benéfica.

Según se extrae de un artículo de don José Golderos Vicario del año 2004, el 13 de marzo de 1633 se juntaron en el coro de la dicha iglesia parroquial (hace referencia a Santa María), los trece cofrades de Nuestra Señora de la Pedrera, coincidiendo con el día de la Asunción. De aquí surgía una nueva cofradía tal como recoge su libro de actas    y se observa su fundación al indicarse “…Que puesto que la Iglesia Hospital y Hospitalidad de Nuestra Señora de la Pedrera en muy antigua y vieja y está en parte de ella arruinada…”, meses despues de este mismo año, el arzobispo toledano autorizaba la venta de las propiedades del antiguo hospital de la Pedrera. No existe documentación respecto al origen y fundación de dicho hospital, por lo que el citado autor aventura la posible existencia de un albergue u hospitalillo en tiempos del germen de nuestra ciudad, de la aldea de Pozuelo de Don Gil o en los comienzos de la ya Villa Real. No obstante, Pascual Madoz hace referencia a su función primero de cárcel y de hospital después, y siguiendo estos datos, el autor Forres Alonso, indicaría que la antigua Ermita de los Remedios (La Pedrera) “era una cárcel y un condenado a muerte la pintó tan bien (la Virgen) sobre una pared, que se le perdonó tal pena…”. Esta imagen –según los cronistas- sería trasladada a la actual Ermita de los Remedios, levantada en el siglo XVII, encajonándose <por ser pintada en la pared>. Otros parecen señalar que el mural con la imagen fuese arrancado de la pared, y hallóse a la entrada del hospital… profesándosele mucha devoción y las madres al dar a luz le elevan aceite para la lamparilla y es costumbre tocar la campana. Don Joseph Díaz Jurado, historiador y cura párroco de San Pedro Apóstol hasta 1707, señalaba en su libro sobre la fundación de Ciudad Real <Singular idea del sabio rey don Alonso … diciendo <<el hospital de la Pedrera y su capilla, bajo la advocación de Ntra. Sra. De los Remedios, fue levantada al principio de la población>. Sin embargo, como afirma el historiador Villegas Díaz, de dicha ermita se dice que es muy amplia, pues constaba de tres naves, donde se la llama Santa María de la Pedrera, que en 1438 fray Sancho Sánchez de Ávila, comendador de Benavente y Almadén, al hacer donación de unas casas suyas y otros enseres al convento de Calatrava, puso determinadas condiciones que si no se cumplían, revocarían la donación y pasarían dichos bienes al cabildo de los omnes buenos de la cofradía de Santa María de la Pedrera, de la cual era cofrade.

No obstante, sólo cabe señalar que respecto a la advocación de la Pedrera –siguiendo el plantemiento de don José Golderos-, la Iglesia del Hospital de los Remedios llegóse a conocer popularmente por la Pedrera porque, simplemente, hallábase junto a una cantera o pedrera, que posteriormente sería conocida como la <cantera de Patazas> en la calle de la Pedrera.

A finales de la década de los cuarenta del siglo pasado, 1949, don Emilio Bernabeu hacía referencia a las funciones que en ese momento se cumplían en dichos terrenos tal como sigue:

“…Visitamos detenidamente el molino de aceite, propiedad de la viuda de Barbería, hoy de Ramón Fontes, donde estuvo la iglesia de la Pedrera, conservándose en la actualidad toda la edificación casi completa, especialmente sus tres naves…”

Esto mismo, en cuanto a la fábrica de aquella iglesia-prisión-hospital de los primitivos tiemposn de Ciudad Real se ha podido corroborar en algunas fotos.

Así pues, tras este repaso histórico, volvemos al comienzo del artículo, al texto del Sr. Almenara, en el que se hace referencia a la fundación de una iglesia por la piedad de las devotas de la Virgen, denominada de Los Remedios, siendo este edificio uno de los más antiguos de la ciudad, abandonándose en el primer tercio del siglo XVII, y desapareciendo tres siglos más tarde y habiéndose convertido en molino de aceite.

Las funciones de cárcel, hospital o iglesia del antiguo edificio de la Iglesia de la Pedrera plantean dudas acerca de si fueron las tres simultáneamente o en períodos diversos. Según una fotografía panorámica, con la silueta de la Catedral al fondo, tomada desde la plaza de toros, posiblemente de comienzos del siglo XX, aunque en el Plano Censo de 1925 apareciese como propietario el Conde de la Cañada, se observan las tres naves de la iglesia, encerradas en un solar que había sido convertido en molino de aceite y con fachadas a las calles de Pedrera Alta y del Espino. Otras dos vistas pertenecen a su interior, y se observan las naves, el solado primitivo y los esbeltos arcos apuntados. Todo ello tal y como apuntaba ya en el año 2004 don José Golderos Vicario.

Otro aspecto a destacar sería el que los cultos e imágenes que acogería está singular iglesia. Así, según nos indica el recientemente reelegido Presidente de la Asociación de Cofradías de Ciudad Real don Emilio Martín Aguirre, la ermita de los Remedios llegó a acoger el 14 de septiembre de 1780 la imagen de la Virgen de Prado, Patrona de Ciudad Real,, puesto que la torre amenazaba ruina y se temía que se desplomase sobre la parroquia de Nuestra Señora del Prado. El día 29, por disposición arzobispal, sería trasladada a la iglesia de Santiago durante aproximadamente un año.

Desde 1902, dentro de los muros de la ermita se acogen el paso y Hermandad del Santo Descendiiento, desde que fuese realizado el nuevo misterio a manos del escultor José Alsina Subirat.

En cuanto a los cultos tributados anualmente a la Virgen de los Remedios, hasta 1936 se celebróse una Novena en su honor con gran solemnidad, días antes del 8 de septiembre, Natividad de Nuestra Señora.

A la antigua pintura de Nuestra Señora de los Remedios se le rindió culto hasta 1935, pues en el inicio de la guerra civil española fue destruida al ser picada la pared donde recibía culto.

Finalizada la contienda, la ermita se encontraba en estado ruinoso, y el culto no quedó restablecido hasta 1949 cuando se realizaron los trabajos de restauración a cargo de la Orden Tercera de Santo Domingo, Cofradía del Descendimiento y algunas feligresas de la Parroquia de Santa María del Prado. El acto de restablecimiento del culto fue presidido por el Obispo-Prior Don Emeterio Echeverría y Barrena, el 10 de septiembre de 1949. El 11 de septiembre se ofició el primer acto religioso, la primera comunión de los niños del refugio de la calle Calatrava, igualmente presidido por el Prelado. Sería un año después, cuando los primeros cultos en honor a la Virgen de los Remedios fuesen celebrados, comenzándose por el Solemne Triduo en su honor el 8 de septiembre de 1950. A partir de ahí se sucederían los actos con mayor regularidad.

En los años ochenta, se adquiere una imagen de la Virgen es escaso valor artístico con el fin de aumentar el culto a la Virgen.

Y finalmente, ya en la década de los noventa, la ermita comenzó una profunda restauración llevada a cabo por la Parroquia de Santa María del Prado en 1994, demoliéndose el añadido de la antigua escuela municipal construida en los años 50 y realizando una puerta por donde se procesiona el conjunto escultórico del Santo Descendimiento. Estas labores de restauración pusieron de manifiesto las inscripción que habían sido pintadas en el ábside en el siglo XVII, así como las pinturas de tres ángeles en el altar mayor, lugar donde estaba la antigua figura de la Virgen de los Remedios y donde actualmente hállase un crucificado del escultor ciudadrealeño Francisco Ortega.

En suma, en este pequeño rincón que preside la Plaza del Santísimo Cristo del Amor, hállase la Ermita de los Remedios –el convento construido en 1619 y la iglesia en 1664-, ermita de una sola nave, planta de cruz griega, con el cuerpo principal de la capilla distribuido en una nave rectangular, con el ábside y altar en el extremo opuesto al de la entrada, y una cúpula central de media naranja que precede al ábside. Además del cuerpo principal de la capilla, existen otros dos anejos a él, uno el ocupado por el paso procesional de la Hermandad del Descendimiento del escultor conquense Luis Marco Pérez. Su puerta sur está realizada en piedra y formada por un arco de medio punto con pilastras adosadas.