El misterioso caso de las «nudistas desaparecidas»

Juan Fernando Ruiz Claver. Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Ciudad Real.- Cuando parecía que las investigaciones ordenadas por Dña. Rosa Romero, Alcaldesa de Ciudad Real, para encontrar la desaparecida imagen de la Inmaculada Concepción que lucía en los soportales de la plaza Mayor, habían culminado con éxito, ahora surge otro “gran misterio cultural” en nuestra capital aún más inverosímil, si cabe.

Aquella primera historia, la del cuadro de la Virgen, sorprendió a nuestra principal gobernante y a su concejal de cultura, cuando, tras ser preguntada en un Pleno municipal sobre tal cuestión, ella comentó que había puesto en marcha a las “pesquisas policiales” necesarias para dar con el paradero del hoy famoso cuadro, sin ser conocedora de que lo que realmente había sucedido, era que, la negligencia o falta de cuidado de un concejal del equipo de gobierno anterior del P.P., había permitido que la pieza, pasase a manos de una asociación vecinal de la ciudad, como si de un lebrillo de zurra se tratase.

Tras el patinazo de nuestra primer edil, llegamos al resultado final de la historia: se recupera el cuadro, que en un principio tenía poco valor artístico pero sí sentimental, y que luego ha pasado a ser histórica digna de exhibirse en el museo López Villaseñor.

A fecha de hoy, en su ubicación habitual, se ha colocado una réplica realizada por el propio concejal de cultura, Don Pedro Lozano, como si del famoso Ecce Homo de Borja se tratase, (aunque, eso sí, con mejores resultados en este caso).

Resuelto este primer enigma, acontece otra misteriosa desaparición artística que sobrevuela las cabezas del equipo de gobierno local: se trata de la pérdida o desaparición de las famosas esculturas de desnudos de García Donaire, que lucían espléndidas en la fuente de la Plaza de la Provincia de nuestra capital: las comúnmente adjetivadas por todos como “las guarronas” o “la Plaza de los culos”

En este caso, la explicación improvisada de tal suceso, corrió a cargo de Don Pedro lozano, quien indicó en el pasado Pleno que no sabía de su paradero, pues a su llegada al gobierno ya no estaban en dependencias municipales, pero que posiblemente, al ser trasladadas en su momento podrían haberse deteriorado y perdido, puesto que eran obras sin importancia, al tratarse de “vaciados” en hormigón sin valor cultural alguno.

Hay que recordar que las famosas estatuas, (porque eran dos), que representaban esos sensuales desnudos de mujer, tenían un considerable tamaño, como para pasar desapercibidas en unos almacenes o para que se “despistasen” misteriosamente en un traslado o pudieran en esta ocasión haber sido “donadas graciosamente” a ninguna asociación a criterio imprudente de nadie.

Y resulta también, que ese insignificante valor que el concejal de cultura les había concedido, no es tal, ya que, según manifiesta la propia viuda del autor, no son “vaciados”, sino dos esculturas realizadas en cemento, dado que en aquella época no tenía dinero para bronce, con estructura interior de hierro; ¡ Casi nada! ¡Como para perderlas sin querer! ¡Como para no cuidarlas!

Por si esto fuese poco, informa Gianna Prodan que son esculturas de gran valor artístico, firmadas por Joaquín García Donaire, que nunca fueron del agrado del Obispo, al tratarse de desnudos y que se quitaron de la plaza sin dar explicaciones de hasta cuándo y para qué.

Se abre así otro enigma cultural en la ciudad que promete un final interesante: ¿Dónde están “las nudistas”? ¿Se han iniciado las pesquisas policiales para encontrarlas? ¿Qué valor artístico tienen en realidad? ¿Está la iglesia detrás del “rapto” de los desnudos? ¿Se destrozaron en su traslado sin que el responsable de tal negligencia diese la cara? ¿Estarán en poder de algún privilegiado “amante del arte” de la época? ¿Hay una red de traficantes de arte local detrás de todo esto? ¿Habrá alguien interesado en apropiarse, (no lo quiera el Señor) del helicóptero de la nueva rotonda?

Y lo que es más importante: ¿Será capaz el Concejal de Cultura de realizar otras dos réplicas, tal y como ha pasado con la Inmaculada?

¡Así nos va, con el patrimonio de esta ciudad!