Fernando es el portero de un edificio de oficinas de la calle General Aguilera. Esta mañana se afanaba en limpiar con singular esmero una papelera contigua al portal de la finca que está a su cuidado. No es su responsabilidad y lo hace, tal como cuenta, por «costumbre», empleando en su cometido una bayeta húmeda y unas hojas de periódico.
A simple vista sorprende encontrarse con mobiliario urbano en tan excepcionales condiciones, más aun si cabe, al comparar la papelera que recibe los cuidados de Fernando con otras del entorno -una zona céntrica que dispone de la máxima atención de los servicios de limpieza municipales-.
Se da la circunstancia de que hoy la alcaldesa de Ciudad Real recogía en el Ministerio de Sanidad el premio “Banderas Verdes” que la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) ha otorgado al Ayuntamiento de la capital por la limpieza, gestión de residuos y jardines por la educación ambiental y participación ciudadana. ¿Qué enseña, pues, merecerá la pulcritud de este trabajador tan escrupuloso?
Pues la de ciudadano ejemplar, porque eso si que es hacer algo sin esperar nada a cambio.
Hay muchos ciudadanos y ciudadanas así en Ciudad Real, lo que pasa es que no nos damos cuenta; las prisas, el ajetreo de «la vida moderna», etc, hacen que pasen desapercibidos. Son esos pequeños gestos aparentemente sin importancia los que hacen de ciertas personas que sean importantes en esta ciudad que «no enamora» pero si cabrea por sus muchos defectos y quizá por eso hay que buscar los «pequeños» detalles para que empiece a «enamorar» un poco…
No conozco a este ciudadano pero gracias a MiCreal por traerlo a colacción y gracia a él por su sentido de la pulcritud.
Y efectivamente, hacer hoy día algo «de gratis» solo por satisfacción personal y de colaborar con la comunidad en la que se vive, ya es de agradecer.
El concejal de turno al que han sacado los colores con este artículo mandará mañana a los municipales a denunciar al ínclito Fernando por «deterioro» del mobiliario urbano.
No me extrañaría nada. Son así de «sensibles» con el trabajo ajeno.
Yo tengo un establecimiento en el Torreón y las potas de la noche anterior que quedan en la acera en las cercanías de mi local las limpio yo. Este invierno como ha sido lluvioso pues no se ha notado mucho el descuido en la limpieza, a ver el verano que tal.