El gran Txikolini de Circo Culipardo, con bigote para la ocasión, cambió sus habituales pantalones a cuadros por una vestimenta vintage, muy de Amar en tiempos revueltos, chaleco y pajarita incluidos. No formaba parte de la programación oficial del Mercadillo temático de los años 50, pero su espectáculo pronto congregó a más cien personas que disfrutaron de la espontaneidad, la habilidad y el humor del artista. Tras la actuación de Txikolini, Xiwa de Slam Poetry Ciudad Real recitó un poema.
Txikolini, sencillo, espectacular, original, ¡único!
Al margen de la troika y los banqueros y los políticos gordos y apoltronados, de espaldas a tanta red social y tanta estupidez, estos artistas flacos, imaginativos y bohemios, nos recuerdan que otro mundo, ajeno a los grandes almacenes y a la vulgar paella dominguera, es posible.