El campeón los pone en la mesa

Hay una vieja máxima en las carreras, atribuida a Ken Tyrrell antiguo patrón del tri-campeón Jackie Stewart, que afirma: “para llegar primero, primero hay que llegar. La cita, que vale para cualquier competición, es el Catón de los pilotos maduros y cerebrales que, con el paso del tiempo y los sinsabores de la fogosidad juvenil, han aprendido a valorar una posición buena, segura, antes que una óptima, pero demasiado arriesgada; el bueno de Marc Márquez está todavía en ese sarampión de los jóvenes pilotos y este mediodía, sobre el asfalto de Mugello, habrá aprendido la moraleja del “tío Ken”.

Demasiado corazón
Tres caídas, incluyendo la del catalán de Honda, han determinado la tabla final de puntos del GP de Italia, si bien ninguna de ellas ha puesto en entredicho la soberbia y autoritaria victoria de Jorge Lorenzo que evita la escapada en la general de Dani Pedrosa. Rossi y Bautista se tocan en la primera vuelta y se van a la puzolana acabando de un plumazo con las aspiraciones distintas de cada uno de ellos: Rossi para satisfacer a su abundantísima hinchada de “tiffossi” que llenaba la pista italiana y Bautista para consolidar su gran inicio de campeonato, donde el talaverano atesoraba tres sextos puestos que son casi tres podios en el pelotón de la clase “B”. La caída de Márquez, sin embargo sí ha afectado al podium de Moto GP donde tenía a tiro el record de cinco consecutivos para un debutante, desde inicio de temporada; no ha podido ser porque, tras una carrera sin mácula, donde siguió la estela de Lorenzo y Pedrosa que salieron como centellas pero que no descolgaban a su molesto invitado, y luego, una vez que el mallorquín de Yamaha dejó a los chicos de Honda tirados, Marc, cauteloso, siguió el ritmo de Pedrosa en lo que parecía de una devota obediencia, cuando en realidad se trataba de un estudio pormenorizado de los incipientes problemas de Dani, para, a falta de cinco vueltas, y cuando el sorprendente Crutchlow acortaba distancias sobre el dúo, Márquez pasó a la acción, adelantó a Pedrosa y puso casi un segundo en medio. Con esos mimbres, la cesta de la 2ª plaza de la carrera estaba llena, pero el joven debió decirse que “cinco segundos no son nada” (distancia que perdía sobre el líder) y que “nunca se escribió nada de los cobardes”, así que endiabló su ya rápido ritmo de carrera y a falta de tres giros hizo una trazada demasiado alargada que dio al traste con sus fundadas esperanzas. Cabreado como, dicen, sólo se cabrean los chinos, Márquez clamó a cielo y tierra llorando su error, mientras un eficaz Carl Crutchlow se frotaba las manos ante su segundo podio consecutivo que ahora le acerca peligrosamente en la general a la posición del desdichado Marc.

Espadas en alto
Con esta victoria, Lorenzo, mantiene viva la llama del campeonato, no porque ésta se estuviera extinguiendo, sino porque la autoridad con que se produce el triunfo, nos alerta sobre el potencial de Yamaha en manos del bi-campeón y atisba duelos futuros de enorme intensidad a poco que el Mundial transite por Montmeló y Assen, inmediatas citas de este mes de Junio. En el caso de Pedrosa, después de maravillar a la concurrencia con una “pole” obtenida el sábado de manera más que espectacular y sobre la bandera a cuadros, en carrera se fue diluyendo primero ante Lorenzo, al que no puso en dificultades en la primera mitad de la competición y después cediendo ante su compañero si casi resistencia; la culpa, como casi siempre, hay que echársela a unos neumáticos desfallecientes que, aún así, le permitieron acabar segundo y mantener holgadamente el liderato de la general.

En las otras categorías, victoria del émulo del mítico Barry Sheene, Scott Redding en Moto2, segunda consecutiva que le distancia mucho e sus adversarios en la general y triplete español en la pequeña Moto3 a cargo del trío Salom, Rins y Viñales que también mandan en la general, aunque en otro orden.

Juanma Núñez