Santos G. Monroy.- El crepúsculo de E.ON sigue amenazado por los nubarrones del despido. La empresa apenas ha movido posiciones y se aferra a la recolocación de sólo el 30 por ciento de la plantilla, lo que supone el despido de 33 trabajadores. Hoy, segunda jornada de negociaciones entre empresa y sindicatos, los trabajadores y sus familias han organizado una marcha desde el Ayuntamiento de Puertollano hasta las instalaciones de la térmica, una factoría fantasma cuya producción está paralizada a la espera del cierre definitivo.
La protesta de hoy se ha convocado para rechazar el cierre de E.ON y mostrar a la dirección de la empresa que del resultado de estas negociaciones depende el futuro de centenares de personas. Así lo ha asegurado el secretario general de la sección sindical de UGT, José Denamiel, en declaraciones a la prensa ante más de un centenar de trabajadores y familiares. Todos, dispuestos a apoyar a los delegados sindicales de CCOO y UGT que hoy se reúnen en Madrid con la dirección de E.ON.
«Se trata de una marcha en apoyo de los compañeros que hoy están negociando y en repulsa por el cierre de la central», explica el sindicalista, quien recuerda que los sindicatos exigen la recolocación de todos los trabajadores: «la empresa sólo está recolocando al 30 por ciento de la plantilla, y para el resto prevé el finiquito con despidos o baja incentivada».
La postura de la empresa, hasta la mañana de este jueves, apenas ha variado. Los despidos podrían afectar a 33 trabajadores, y tampoco se ha informado de las condiciones de los traslados. Al margen de los avances que se pudieran producir hoy, Denamiel ha anunciado que la reunión prevista para este viernes se ha aplazado hasta el 10 de junio, «aunque no hay fecha para el fin de las negociaciones».
Está previsto que los componentes de la marcha, que han estado acompañados por el secretario provincial de CCOO. José Manuel Muñoz, permanezcan concentrados media hora ante las instalaciones de la central térmica, tras lo cual partirán de regreso a Puertollano.
La termoeléctrica E.ON ya cuenta los días para su cierre, que podría acaecer este mismo verano tras 42 años de historia. Los sindicatos se sienten desorientados, aseguran que la empresa no facilita la información para sentar las bases de la negociación, y denuncian que los directivos se han empecinado en los despidos aduciendo que no hay dinero. Mientras, en Alemania, país de origen de la empresa propietaria, E.ON han subido el sueldo a su plantilla, y el consejero delegado cobra más de 5 millones de euros al año.
El cierre de la empresa, que en la actualidad está parada, podría ser inminente a partir del acuerdo con los sindicatos. En todo caso, las instalaciones serían objeto de un desmantelamiento “parcial”, ya que según UGT y CCOO se mantendrían las “estructuras vitales”. Esta circunstancia ha suscitado la desconfianza entre los representantes de los trabajadores, que temen que los verdaderos planes de la empresa en Puertollano pasen por librarse de mano obra para contratar otra más barata.
