EQUO Castilla-La Mancha.- Desde EQUO CLM rechazamos los planes de eliminación de trenes convencionales en nuestra región y en todo el estado porque sirven de eje vertebrador de áreas rurales, además de ser un transporte mucho más limpio y económico que el transporte por carretera. También rechazamos que este recorte venga justo ahora cuando se van a salvar a empresas por construir carreteras no rentables y tras la inversión excesiva, e innecesaria en muchos casos, para el desarrollo del AVE, que supuso más recortes en líneas convencionales.
Hace unos días nos despertábamos con esta noticia, “Renfe ultima el plan de racionalización del sector ferroviario”. Este plan contempla suprimir 49 líneas ferroviarias calificadas como “ineficientes”, también contempla reducir la oferta en un 40% para las líneas calificadas como de muy baja eficiencia, reducir en un 50% la oferta en las líneas de baja eficiencia, reducir un 11% la oferta en líneas eficientes y un 5% las líneas Avant. Con todas estas medidas Renfe pretende ahorrar 86,5 millones de euros y desgraciadamente nuestra comunidad es una de las más afectadas.
La decisión de la Ministra de Fomento, Dña. Ana Pastor es sólo un paso más en la privatización del transporte público utilizando como argumento la rentabilidad de las líneas ferroviarias. Estas líneas ferroviarias dan un servicio básico a cientos de miles de personas que viven en áreas rurales y que, con el plan de racionalización del sistema ferroviario quedarán aún más aislados. La única solución que contemplan desde el ministerio es de cambiar las líneas de media y larga distancia afectadas por autobuses, con un impacto ambiental mucho mayor. Ante esta situación y desde Equo Castilla-La Mancha pedimos a la Ministra de Fomento, Dña. Ana Pastor que reconsidere este método de reducción del gasto público priorizando la calidad, el respeto por el medioambiente y la integración de las áreas rurales.
Durante los pasados años, se ha producido una inversión excesiva e innecesaria en el desarrollo de una nueva infraestructura viaria de alto coste (AVE). La inversión en el tren convencional ha sido muy pequeña y ahora pagamos las consecuencias. Por otro lado, la renuncia al transporte de mercancías por ferrocarril en favor de la carretera es casi total en España, en contra de las recomendaciones de la Unión Europea. Según un estudio del ISTAS (CC.OO.)1, el cambio al transporte de mercancías por ferrocarril, ahorraría el 7% de la energía que se emplea hoy en el transporte terrestre de mercancías (lo que equivaldría al consumo anual de una población de 2.923.452 personas) y las emisiones de óxidos de nitrógeno y de
micropartículas disminuirían su presencia en el aire (79.368 toneladas, un 8% menos y 2.266 toneladas, respectivamente). Además, los costes externos se reducirían en más de 397 millones de euros, y se generarían 30.000 empleos (directos e indirectos).
El aprovechamiento de las mismas vías para mercancías y pasajeros provocaría un abaratamiento de los costes de amortización, mantenimiento y explotación de las infraestructuras.
A EQUO le llama muchísima la atención que la discusión sobre el cierre de algunas rutas de tren la promueve el mismo Gobierno que valora la creación de una empresa pública que asuma la deuda de las autopistas de peaje. De confirmarse este proyecto del Ministerio de Fomento, el Estado se verá obligado a asumir una deuda de más de 3.000 millones de euros, por la errónea decisión de algunas empresas de construir autopistas sin que el tráfico lo justifique.
Es posible que sea necesario asumir recortes en infraestructuras, pero es probable que eliminar líneas de ferrocarril no sea lo más acertado. Con planes sobre la mesa del Ministerio de Fomento de construir nuevas, costosas e innecesarias infraestructuras, se nos antoja mucho más interesante mantener el tren convencional, que en estos tiempos de recortes será una buena solución alternativa para mantener los territorios conectados y comunicados.
Desde EQUO CLM, creemos que este es el camino totalmente contrario al que se debe llevar. En una región con la población tan dispersa como Castilla-La
Mancha, el ferrocarril debe ser un elemento vertebrador y al alcance de todos.
Lamentablemente, creemos que estas medidas nos llevarán a más dependencia del vehículo particular, más aislamiento de las zonas rurales, más déficit exterior por compras de petróleo y más contaminación. Este último aspecto también tiene un coste cuantificable en euros. El Estado español se gastó 770 millones de euros en comprar derechos de emisión de CO2 durante la pasada legislatura2. Lo cual es paradójicamente contradictorio, supuesto ahorros implican gastos indirectos.