No sé si en alguna ocasión alguien de ustedes ha tenido el deseo de comprar un submarino…amarillo o de cualquier otro color; adquirir uno de esos artilugios navales que se utilizan en el mar para jugar al escondite… bélico. Yo les confieso que no. Pero respondiendo al refrán, “nunca digas de este agua no voy a beber”…aunque la del mar resulte demasiado salada, les haré saber que esta es la ocasión si están interesados en adquirir alguno; el Ministerio de Defensa pone a la venta submarinos y buques de guerra a precios de derribo…monetario; una variante más del fin para que fueron creados.
Hasta ahora la posibilidad de adquirir bienes públicos creía estar limitada al ámbito de la educación, la sanidad y a los caminos, montes y cerros de…Valdepeñas, Úbeda o de aquí mismo. Sin embargo el ejemplo parece cundir y como la situación está muy “achuchá”…según declaraciones del mismísimo ministro…la necesidad de” cash” se torna imprescindible.
Parece que una parte de España está en venta…a precios de auténtico saldo. Por un poco más de diez millones de pelas, ¿quién no los tiene?, no me peguen si no es así, te puedes hacer con un bien muy polivalente que realiza la función de vivienda, chalet de playa, yate y batiscafo familiar, una síntesis a lo Cousteau, Julio Verne, Briatore, Duquesa de Alba y uno mismo. Casi nada ¿Hay alguna cosa tan práctica y fardona, que ofrezca más por menos?
Analizando las ofertas de los bienes que últimamente quiere poner en venta el Estado, veo que lo de comprar un monte no me acaba de convencer. Te obliga a levantar una casita, hacer una piscina, un pozo que tenga agua, ir todos los días a cuidar el hato por si recibe invitados no previstos, recibos de contribución y si quieres tenerla bonita, te obliga también a convertirte en una empresa multiusos y mientras, has de mantener además la vivienda en la que vives a diario. Total un lío…demasiado caro.
Hacerse con un centro de Enseñanza sería una irresponsable petulancia; hoy las ciencias han avanzado que es una barbaridad y esto de la educación está muy revuelto, que ya no sabes quién está enseñando a quién…y tampoco me hace gracia contribuir a engrosar una lista de parados…altamente cualificados.
Lo de comprar hospitales—que quieren que les diga…pues como que tampoco, el olor a cloroformo no me gusta y además se te puede morir gente. Me inclino a utilizarlos cuando no me quede más remedio y hacerlo siempre en régimen de alquiler.
Prefiero por tanto comprar un submarino y les confieso que me lo estoy pensando. Todo son ventajas. Vives en aguas internacionales sin pagar ningún impuesto, puedes poner rumbo a donde te parezca…y el día que quieras ahorrar combustible…te sumerges y pasas unos días observando el fondo marino, y en caso de sufrir claustrofobia, emerges y te dejas llevar por las corrientes del océano, sin más prisas, conociendo los lugares a donde quiera trasladarte el viento. Como ven un auténtico primor. Sin vecinos que aguantar, ruidos que soportar, multas que pagar, ni…desahucios que sufrir.
Peligrosa y solitaria vida dirán algunos de ustedes. Solitaria,…bueno, nada hay que sea completamente idóneo en esta vida; peligrosa… si lo dicen por las bombas confundidas, pintaré de amarillo su torre de mando e izaré la bandera de los Beatles; si lo dicen por los tiburones…viendo el peligro que tenemos tierra adentro; ¡pues que quieren que les diga! Yo los veo como los gatitos que acaba de parir mi gata Cora.
Un artículo que destila una muy sutil ironía sobre la situación político social actual!!!!