Hoy comienza un festival de cine que aparte de la C, la a, la n, otra vez la n, la e y la s, cuenta con grandes películas de la historia del séptimo arte. Largometrajes que han embellecido el discurrir del tiempo y nos han hecho vivir varias vidas en una, como si fuéramos Phil (Bill Murray) en Atrapado en el tiempo.
El gran Gatsby es la que cortará la imaginaria cinta de salida de esta nueva edición de poses y glamour por doquier. Bueno, y también de cine. DiCaprio dará vida a este personaje que me retrotrae a una tarde de mi infancia en la que la literatura y yo salimos peleados. Aún recuerdo la pesarosa sensación que me dejaron las primeras cincuenta páginas de este libro en el que la historia no es más que una excelente sinopsis del «dijo él» y «dijo ella».
Brillante es ese momento del festival en el que la actriz Simone Silva se quedó en topless y dirigió sus sugerentes brazos al cuello de Robert Mitchum. Y es que cuando la buena de Simone recordó aquella conversación de Adiós muñeca, adiós, entre Philip Marlowe (Mitchum) y Jessie (S. Miles), en la que ella le dice «estás anticuado» y él le responde «solo de cintura para arriba, pequeña», quedó ganada para la causa Mitchumniana.
Este año, los aspirantes a dioses del Olimpo del celuloide lo tendrán complicado, por la calidad de las películas (Polanski, Ozon, Jarmusch, Soderbergh, Sorrentino, los Coen, entre otros, son algunos de los directores) a concurso y porque el particular Zeus que va a coronar a uno de los aspirantes se llama Spielberg. Nada más y nada menos.
El gatopardo, Viridiana, Bailando en la oscuridad, La cinta blanca, El árbol de la vida, Corazón salvaje, París-Texas, La misión, La conversación, Amor, Secretos y mentiras y El pianista, son algunas de las ilustres películas que hacen de este festival algo que merece ser comentado en «MiCiudadReal». Pero dejemos atrás las ilustres y vayamos a las insuperables.
Las cinco que han elegido el elenco de críticos de cine de tan brillante periódico son…, redoble de tambores, por favor…: en el número 5 encontramos Pulp Fiction, una obra maestra en la que Tarantino aún no era Tarantino. En el 4…Breve encuentro. Una historia de amor de las que ayudan a sobrellevar la realidad. Una promesa de esperanza que ya siempre navegará en el bello mar de los sueños. En el 3…, y medalla de bronce, El tercer hombre. Paradigma visual de lo que representan la amistad y la traición. En el número 2 y medalla de plata…La dolce vita. He de confesarles que aquí, quizá, no esté siendo muy objetivo. Esta película la vi en Roma. Unas horas después me acerqué a la Fontana de Trevi esperando ver allí a la exuberante Anita Ekberg. Por supuesto, no la encontré. Pero como el recuerdo utiliza las piezas del puzle de nuestra memoria a su antojo, anida en mí cierta idea de pertenencia a esta película. Y he de confesarles que aunque no encontré a Anita, estaba reservada para el gran Marcelo, sí encontré a… Hasta aquí puedo contar.
Y ya llegamos al número 1 de nuestra particular lista. The winner is… Ahora hago yo el redoble (tantarán, tantarantan, tantarantantantantantan…) Apocalypse now. Esa historia que utiliza el descenso de un río como adecuada metáfora de la caída a los infiernos del ser humano. Basada en un libro sobrevalorado, con un título precioso (El corazón de las tinieblas).
Posdata: El elenco de críticos de «MiCiudadReal» está compuesto por José Manuel Campillo, por…, por… Lo siento, solo estoy yo. Es lo que tiene la crisis. Ahora bien, les prometo que intentaré que la próxima lista que elabore sea sometida al dictamen de más personas. Pero, desde aquí, ya les aviso que padezco trastorno de identidad disociativo.
José Manuel Campillo
www.vienafindesiglo.blogspot.com
Sin redobles de tambores, sin contar con esa inolvidable banda sonora de Paris-Texas, ni la exuberancia de Anita Ekberg ni ese delicioso movimiento arrítmico e indolente de caderas de Uma Thurman , o lo que es lo mismo, sin todo aquello que hace las delicias de los grandes críticos y cinéfilos con mayúsculas, a mi, que no soy ni lo uno ni lo otro, la que me conmovió hasta el alma, gracias a un guión descarnado y a la interpretación magistral de Brenda Blething, fue Secretos y mentiras.
Precioso el cartel de Cannes 2013. Paul Newman y Joanne Woodward están para comérselos. Una pena que un telediario se haya referido a él como «una foto de Paul Newman con su mujer». Esa mujer , además de un nombre, tiene una carrera cinematográfica nada despreciable y aunque oscurecida por el brillo de su pareja y por los papeles de juventud que la hacían parecer la hermana mala y reprimida de Doris Day, en la madurez realizó interpretaciones memorables.
«Secretos y mentiras» es una película entrañable que tiene la virtud de conmover. Perfectamente podía haber estado en la lista de 5.
El cartel del Festival de Cannes de este año es precioso. Woorward y Newman giran y giran sin separarse nunca, como también hicieron en su vida. Ella era una gran actriz. De hecho, como bien sabrás, recibió el Oscar en 1957 por «Las tres caras de Eva». Mujer de belleza pausada.
Gracias por tus interesantes comentarios.
Un saludo.
Hoy he visto una foto de Alain Delon. La edad es muy cabrona. pero es uno de los inconvenientes de haber sido tan insultantemente guapo. Dice algunas cosas interesantes a propósito de Cannes y su relación con dires de la nouvelle como Godard o Truffaut. Y sobre Marlowe-Mitchum, siempre he dicho que el cine lleva años decreciendo en interés (para mí) desde el punto de vista literario, diálogos, o sea. Por eso me enganché a Juego de Tronos y he visto varias veces El abuelo, no por ser garciano, ni lo soy ni su contrario, sino por escuchar lo que decían los actores, como aquel …»qué malo es ser bueno». Ah, claro, es sobre una novela de Galdós
Menos mal que los radicales libres también se la han jugado a Delon. Era de un guapo insultante. En cuanto a los diálogos, amigo Manuel, es uno de los aspectos que menos se cuidan en el cine actual. Se ha mejorado en la fotografía, en el montaje, en los presupuestos, en el atrezo, pero no en los diálogos. Aún me acuerdo de «El retrato de Dorian Gray», por supuesto, en la versión antigua. Claro que también aquí estaba la mano del gran Wilde detrás. De las últimas que he visto, aunque hace ya unos cuantos años, recuerdo con agrado los diálogos de «Lugares comunes» de Adolfo Aristarain.
Aunque te voy a decir una cosa, entre nosotros, sin que se entere nadie, ya quisiera el guapo de Delon escribir como lo haces tú.
Un saludo.
Nadie es perfecto, jaja