A pesar de la incertidumbre meteorológica, que cada cierto tiempo dejaba caer leves lloviznas más o menos pasajeras, Alcázar de San Juan ha podido vivir hoy su tradicional romería de San Isidro Labrador, marcada este año por las mejoras realizadas por el Ayuntamiento tanto en el camino de subida, recién asfaltado, como en el entorno de la ermita, con un nuevo vallado y una artística reja de cerrajería.
A las once de la mañana daba comienza la función principal en la Iglesia de San Francisco, con la presencia de diversas autoridades municipales encabezadas por el alcalde, Diego Ortega, acompañado de los tenientes de alcalde María Jesús Pelayo y Ángel Montealegre, y los concejales de Servicios Sociales, Tráfico y Seguridad, y Obras, Concepción Sánchez, Julián Mateos y Ángel Puente, respectivamente.
Acabada la misa, que contó con la participación del Coro de San Francisco, los miembros de la Hermandad de San Isidro procedieron al traslado del santo al remolque en el que, junto a la reina y damas de este año, subiría hasta el cerro, antecedido por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús del Perdón, que, curiosamente, comenzó tocando “Sevilla tiene un color especial”, según la versión de la sevillana Agrupación Musical Virgen de los Reyes.
Siguiendo al santo fueron en otro remolque el alcalde y los concejales junto a los responsables de la hermandad y el padre superior de los franciscanos de Alcázar, Luis Pérez Simón. Tras ellos, diversos tractores e incluso algún carro emprendieron también el camino en dirección al cerro, con un recorrido previo por el centro de la ciudad.
El cerro, atestado de vecinos de todas las edades y de casetas, atracciones y vehículos, incluyendo una avioneta que sobrevolaba la zona, recibió por fin la llegada de San Isidro, que fue bajado y metido en la ermita delante de la escultura del mismo santo que habitualmente reside allí y entre las santas Águeda y Apolonia, también de gran devoción en Alcázar de San Juan.
El alcalde de la localidad quiso felicitar, en nombre de todos los vecinos, a la Hermandad de San Isidro por la organización de la romería y por congregar en ella a tanta gente no sólo en el día de hoy, sino también en las diversas actividades previas que desde el pasado fin de semana y, especialmente anoche, con la verbena popular, se han venido sucediendo.
Diego Ortega destacó “el esfuerzo, el ímpetu y la ilusión” de los miembros de la hermandad durante todo el año y subrayó su labor como mantenedores de una tradición muy arraigada en Alcázar y en La Mancha. “Os doy la enhorabuena por defender las tradiciones que nos identifican a los alcazareños”, manifestó Ortega, quien hizo hincapié en que la romería es una manifestación de la religiosidad popular de Alcázar y, por tanto, una manifestación de fe al santo patrón de los agricultores, responsables de una actividad económica muy importante para esta tierra y creadora de puestos de trabajo.
Asimismo, el primer edil se mostró satisfecho por los comentarios positivos que han realizado muchos vecinos sobre el resultado de las obras de acondicionamiento del cerro, una actuación necesaria debido a la gran cantidad de visitas que recibe la zona no sólo por la romería, sino durante el resto del año. Diego Ortega anunció más obras de acondicionamiento en los próximos años, según el compromiso adquirido por el Ayuntamiento con la Hermandad de San Isidro.
Por su parte, el presidente de la hermandad, Julio Romero, dijo sentirse contento por la celebración de la romería un año más, y defendió su celebración en su día, el 15 de mayo, pese a que por las previsiones meteorológicas se habló de la posibilidad de pasarla al próximo domingo. “Hay que celebrarlo en su día y si cae un chaparrón, pues esperamos a que escampe para bajar al santo”, señaló Romero, que añadió que “es una romería para disfrutar, la hacemos con la idea de ofrecerle cosas al pueblo para que lo pasen bien”.
Finalmente, deseó que en los próximos años, con las obras que el Ayuntamiento tiene aún pendientes en las inmediaciones de la ermita, la romería sea todavía mejor.