‘Autobiografía de papel’

José RiveroQue los libros de memorias al uso, no son un género unitario, lo demuestra a la perfección el presente trabajo de Felix de Azúa, ‘Autobiografía de papel’ (Mondadori, 2013). Y digo que tales trabajos, ubicables en los espectros de la memoria, sus sedimentos y sus prestidigitaciones y sus juegos de manos, no son un género unitario; lo fundamento en la diversidad de posiciones ejemplares cosechables, de voces narrativas desplegadas por los protagonistas y de corrientes literarias disponibles.

Baste revisar las disponibilidades existentes en el mercado editorial, dentro del registro ‘Biografías, Autobiografías, Dietarios y Memoria’ para  comprender la dificultad de emparentar los trabajos ubicables en esos registros de identificación confusa y de caracteres variables y hasta muy variables. Ya que todo lo ubicable dentro de unas memorias, no son ni recuerdos al uso, ni verdades constatables. Son, en palabras caritativas de Azúa pura imaginación aventada, porque: “Recordamos lo que somos capaces de imaginar”.

Son más bien, por ello, otros registros difusos que no recuerdos; tales como Justificaciones Argumentales de un Pasado, que se da sobre todo en las memorias de los políticos, así como Bono, Guerra, Rajoy o Aznar; Invenciones de Vidas no Correspondidas, usuales en las biografías de los llamados artistas, coplistas, concursantes y cantantes; y hasta Exaltaciones de Hondo Calado, en otras sujetos benefactores del género humano. Baste ver o conocer los trabajos últimos de memorialismo de Rubert de Ventós, de Rosa Regás o de Ramón Tamames, para entender lo dicho.

La generalidad pues de esos trabajos memorialísticos, tienen como finalidad única, exponer la grandeza inmemorial del sujeto que cuenta, recupera y rememora. Y se exhibe. Por eso, si en  ‘Autobiografía de papel’, como ya ocurriera en su predecesor de 2010, ‘Autobiografía sin vida’, lo que cuenta no es tanto el señor Azúa, como el ‘caso Azúa’, será señal de que nos encontramos en un enclave diferente.

Tan diferente que la máxima ferlosiana, abocetada por Trapiello en su recensión del texto, fija que “Azúa suele preferir hablar de otros más que de sí mismo, siguiendo el impagable consejo de Ferlosio: ocuparse de las cosas y no medirse con los demás”. Toda esa hilatura, producida desde la llamada por el autor como “pedagogía de la modestia” produce, consecuentemente, estos cambios de imagen en la proyección de los recuerdos memorizables o de la memoria recordable. Que obviamente, suele ubicarse en las antípodas del formato estandarizado de Memorias personales.

De aquí el interés de ‘Autobiografía de papel’. Entender lo que ha ido pasando en las letras españolas en los últimos cincuenta años y entender al personaje Azúa que nos va contando esa secuencia sin principio y con final. ¿O tal vez sea al revés: Con principio y sin final?

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