Estanislao Z. Navas.- A finales del siglo XIX y principios del XX, la plaza del Pilar sufrirá una reestructuración que propiciará que su nuevo aspecto sea más cercano al que muestra hoy en día. Así uno de los edificios que aparecerán en torno a esta antigua plaza, será el del Banco de España, obra del arquitecto Sebastián Rebollar.
Tal y como nos menciona Felix Pillet Capdepón en su tesis doctoral Geografía urbana de Ciudad Real, la propiedad y morfología urbanas de Ciudad Real estará sujeta a grandes transformaciones a principios del siglo XX, propiciándose una mayor especialización viaria en la distribución comercial y fabril, así como también se observará que “el centro bancario será la Plaza del Pilar, donde aparecerán grandes edificios pertenecientes al Banco de España, Banco Central y Banco Español de Crédito. El Banco Vitalicio aparecerá en la calle Ramón y Cajal, que va desde la parroquia de San Pedro a dicha plaza”.
Así pues asistimos al traslado del centro a la Plaza del Pilar personalizado en su edificación burguesa, propiciándose una “renovación edificatoria de diversos frentes que vienen a conformar la práctica totalidad del recinto”, según expresaba el autor anteriormente citado.
Los edificios que en Ciudad Real surgen a finales del siglo XIX, entre los que destaca el Palacio de la Diputación Provincial de Ciudad Real, desde un punto de vista formal quedan definidos por el uso del ladrillo al lado del de la piedra. Esto se dará en el caso de la Casa Messía (posterior Instituto de Previsión y actual sede de la Seguridad Social) y el Banco Central, utilizándose igualmente el recurso del cilindro de esquina como elemento significativo, aunque en ambos edificios se dará una directa apertura espacial hacia los flancos laterales de los respectivos solares, con la solución en rotonda, a modo de prolongación que en época franquista se observará en las operaciones dadas en la apertura de la Avenida del Rey Santo y las nuevas funciones de la antigua Avenida del Imperio (actual Avenida de Alfonso X el Sabio).
En cuanto al Casino y el Banco de España, su reflexión en cuanto a los aspectos formales propone una nueva vía sobre sus calidades derivadas de la utilización de piedra y ladrillo, siendo este último el que de manera rotunda nos retrotrae hacia las formalizaciones clásicas, pues su disposición a modo de pilastras enmarca las dos primeras plantas y con ello pondrá de manifiesto una imagen determinada.
Aunque en la actualidad el edificio de la antigua institución financiera del Banco de España tiene el uso de Centro Residencial –esto es, residencia de ancianos-, este edificio ubicado en la plaza del Pilar, pasada la antigua calle del Jaspe (actual calle de Hernán Pérez del Pulgar), constituye uno de los iconos en cuanto a arquitectura civil de nueva planta cuyo origen estaba en el plan de embellecimiento de la ciudad, basado en el acerado de calles, arreglo de fachadas y la ordenación de plazas de finales del siglo XIX y principios del XX. Con esta edificación se dio categoría y porte a una plaza provinciana, pues el edificio, con fachada de ladrillo rojo bien combinado con otros materiales, hacía juego con otras edificaciones del Pilar.
Tenía y aún puede verse, un amplio pasillo de separación con la casa siguiente, sin duda en 
evitación de posibles robos por el procedimiento del butrón.
Así, entre 1903 y 1905, fue construido esta ecléctica edificación a cargo del arquitecto Sebastián Rebollar, el cual continuaría con la misma línea clasicista que se diese para el Palacio de la Diputación Provincial.
El resultado salta a la vista: una fachada realizada en ladrillo y piedra blanca que que estructura en cinco calles convenientemente separadas por unas pilastras adosadas que recorren todo el edificio. Todo ello en tres cuerpos que se encuentran formados por cinco vanos adintelados y moldurados, diferenciándose los de la planta superior con un menor tamaño pues darán paso a una cornisa abalaustrada que se rompe en su centro con un escudo. 
Internamente, se observa un patio central de doble altura como elemento distribuidor del espacio y con iluminación cenital.
El edificio ha sido rehabilitado, añadiéndole el cuerpo superior.
Esta sucursal -que fue inaugurada en 1904-, fue cerrada como tal en el año 1985, pasando a ser la nueva sede otro edificio más funcional, tecnológicamente más puesto al día, elementos de seguridad inclusive, que se halla al comienzo de la carretera de Porzuna y que tiene por vecinos a la Puerta de Santa María y al antiguo Hospital Provincial.
Finalmente, a modo de apunte histórico, transcribimos literalmente el informe académico redactado por don Fernando Chueca Goitia y que aparece en el Tomo CLXXXI del Boletín de la Real Academia de la Historia en el año 1984, tal como sigue:
“Recibido para emitir el correspondiente informe el expediente de monumentalidad del actual edificio del Banco de España en Ciudad Real, el Académico abajo firmante tiene el honor de emitir el siguiente dictamen.
Desgraciadamente, entre las capitales españolas de provincia que han sufrido un deterioro urbanístico más considerable puede situarse sin duda Ciudad Real, fundada por Alfonso X el Sabio para lograr la repoblación de territorios yermos tras su reconquista por los monarcas cristianos.
Ciudad Real era un conjunto urbano modesto, sin monumentos notables si se exceptúan la llamada Puerta de Toledo, muy interesante como ejemplo gótico-mudéjar; la Catedral, que se distingue por su amplia nave gótica, y algunas edificaciones privadas mucho más modestas.
Pero, sin embargo, Ciudad Real, como tantas otras ciudades de La Mancha, tenía una fisonomía que encajaba perfectamente con las tradiciones y la arquitectura popular de la región. Casas en su mayoría de dos plantas con sencillas fachadas de revoco y algunos elementos en rejas y balcones que animaban la superficie mural. Desgraciadamente este ambiente se ha perdido casi en su totalidad por el hecho de las muchas construcciones de altura desaforada y arquitectura banal y sin carácter, que se han realizado en los últimos años, y lo que es más grave, proyectadas y construidas por organismos oficiales.
Ahora se presenta, para una posible declaración de monumentalidad, el edificio del Banco de España, situado en la Plaza del Pilar, en el centro de la ciudad. Se trata de un edificio de planta casi rectangular con fachada a la susodicha Plaza del Pilar y a la calle Hernán Pérez. El Banco de España consta de tres plantas: una baja, una noble o principal de mayor altura y desarrollo y una planta de áticos. Se trata de un edificio construido entre 1903 y 1905 y, por consiguiente, pertenece a la época inicial del reinado personal de Alfonso XII. Recogiendo las corrientes artísticas de fin de siglo, referidas, en parte, a la obra del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco y con reminiscencias de un arquitecto ligeramente anterior en el tiempo como fue don Emilio Rodríguez Ayuso. Siguiendo las corrientes de la época, inspiradas por estos arquitectos, el autor de esta obra, que fue Sebastián Rebollar, utilizó la combinación de piedra y ladrillo, como había utilizado también en Ciudad Real el arquitecto Vicente Hernández, que fue autor del viejo Seminario y el Palacio Episcopal, ambos derruidos.
El edificio del Banco de España merece, por consiguiente, conservarse teniendo en cuenta la penuria de edificaciones notables que existen en Ciudad Real, pero esto no puede llevarse tampoco al extremo de considerar que se trata de un edificio sumamente importante por su arquitectura y estilo y merecedor, por tanto, de la consideración de monumento nacional.
Es lógico que este edificio se conserve y proteja, y para ello sería correcto que se clasificara como monumento histórico-artístico de carácter local.
De todas maneras, la Real Academia, con superior criterio, proveerá.
Madrid, 12 de septiembre de 1983
FERNANDO CHUECA GOITIA
(Aprobado en Junta de 16-IX-83)”
Uno de los pocos edificios históricos de Ciudad Real que ha sobrevivido a la piqueta (mal que le pese a alguna constructora…). Pero como todo no puede ser perfecto, hace bastantes años a alguien se le ocurrió la «genial idea» de hacer otro «Banco de España» en las inmediaciones de la rotonda de la Plaza del Carmen, un auténtico «bunker» dada su bélica imagen. ¿Cuantos millones costó ese mamotreto? y sobre todo y más grave…¿Cuanto duró la obra? Bien poco porque de todos es sabido que ese espantoso edificio duró «dos telediarios». Dinero público lapidado por la magalomanía de alguien…
¿Y que es hoy el antiguo Banco de España? Sí señor, una residencia privada – para variar – de la 3ª edad. Es decir, un edificio público para lucro privado. ¡España es así…!
¡En fin, al menos se ha conservado casi intacto!
¡Buen trabajo – como siempre – amigo Estanislao!
Gracias de nuevo amigo Luis, y te doy toda la razón, tiene que haber intereses privados para que exista una cultura de la preservación del patrimonio en esta ciudad, sino no hay manera. ¡Es muy fuerte! Por cierto, te felicito por tu seguimiento del embaldosamiento del Prado y por tu página sobre la Ciudad Real ya extinta. Gracias de nuevo por tus alabanzas y, más aún, por tu seguimiento
Para mí hablar del edificio del Banco de España, es hablar de un lugar muy querido. El motivo, mi padre trabajó en él durante treinta años. Tenía por costumbre pasar a verlo cuando bajaba de los Marianistas por la calle del jaspe.
Anécdotas puedo contar muchas. Desde los que allí trabajaron, hasta algún hecho pintoresco. Que recuerde algunos nombres históricos…me viene a la memoria, Lorenzillo, Cavadas, Salvador Hidalgo, Eduardo Tello, José Luis Barreda, J.Antonio Mora, José María, Ascarza, Soto, Montoya,Gomesierra, D. José, Manolo Hervás que aún vive.
En el primer piso había dos viviendas ocupadas por el Director y el Cajero; en la segunda, vivían los ordenanzas.
Recuerdo un día que al ir a ver a mi padre…se encontraba haciendo arqueo de caja. Se trataba de una pequeña habitación que se encontraba forrada de billetes…hasta por el suelo. La imágen después de más de cincuenta años la mantengo en la retina.
Otras de las anécdotas fue que una noche hubo una falsa alarma…bajo el director a ver que sucedía y se encontró a la pareja de la guardia civil que estaba de servicio…durmiendo con el pijama puesto. La tranquilidad en esta pequeña población por entonces…se mascaba hasta sin dientes.
Otra cosa que recuerdo era la manera de trasportar el dinero. Venían de los bancos privados en coches particulares y cargaban sin más problemas. Cuando la cantidad era elevada…para pagar nóminas en empresas, dos guardias civiles, esta vez armados y de uniforme custodiaban la mercancía.
Recuerdo también a un cliente al que llamaban el abominable hombre de las nueve…y es que todos los días cuando llegaban a trabajar, entraban a esa hora, allí estaba esperando ea especie de Yeti ciudarrealeño. Recuerdos de mi niñez que comparto con vosotros.
Gracias Fermín por darle humanidad a un artículo que al pertenecer a una institución muy en entredicho en estos momentos, tenía mucho que perder. Tus anécdotas y su sapiencia nos ilustran a todos y es un auténtico placer, y si a eso le añadimos el soporte gráfico del compañero Luis, aún mejor.
Muchas gracias a ambos, pues es un placer seguir escribiendo cuando hay personas como vosotros que valoráis aún más y en su justa medida los contenidos que muestro en cada artículo.
Un saludo
Se me han olvidado en la lista de empleados Carmelo Sánchez González,extraordinario fotógrafo, y Salvador Pujol. Otros a los que les pongo cara…no me acuerdo de sus nombres.
La historia de nuestros pueblos y ciudades están soportadas siempre en personas que de manera anónima pusieron por aquél entonces su grano de arena….día tras día en ese tiempo en el que predominaban de manera muy notoria los colores blanco y negro….dando una mezcla de grisáceos tonos plomizos ideológicos, culturales y éticos.
Carmelo Sánchez o como muchos lo conocían como Carsan, ¿no es así amigo Fermín? ¡Qué archivo fotográfico tan estupendo nos dejó! Al igual que otros grandes como Matos, Iferga o Manuel Herrera, por citar sólo algunos
Pues «zi zeñó», el mismo. Su archivo fotográfico es impresionante. A quienes lean este comentario, les invitamos, ¿verdad Manuel? a visitarlo.
Estoy de acuerdo Fermín
No se como Chueca comete ese desliz en su informe de 1983. «… el arquitecto Vicente Hernández, que fue autor del viejo Seminario y el Palacio Episcopal, ambos derruidos». Sí, el primero, no el segundo. Otra cosa diferente serán las reformas producidas tanto en el Banco de España como en el Palacio Episcopal.
Buenos días don José: Gracias por tu participación pero ¿don Vicente Hernández Zanón no era el arquitecto provincial que se hizo cargo de la ejecución de los planos del Obispado que sería verificada en 1883 y su obra adjudicada al mejor postor don José Joaquín García y Maján, y cuya sede fue ocupada por el Prelado en septiembre de 1887? Si tienes alguna información más al respecto, te invito a compartirla, pues en ese caso el error lo cometí yo en mi artículo sobre el Palacio Episcopal. Gracias por tu apunte y reflexión, y espero que sea digno de tu continuo seguimiento
Sin duda, Vicente Hernandez y Zanón, es el autor de ambas obras (Seminario Diocesano y Palacio Episcopal).
Como Arquitecto Provincial interino, suple la desaparición de Cirilo Vara y Soria en 1883 y llega hasta 1887, en que Rebollar gana la plaza de Arquitecto Provincial.
Antes de ser Arquitecto Provincial, era Arquitecto Diocesano, por eso su intervención en las actuaciones del Obispado y en menor medida en otros registros provinciales.
El desliz de Chueca, está referido a darlas por demolidas ambas dos, no a la autoría. Esa era mi indicación, no dudar de la autoría de Hernández y Zanón.
Gracias por el apunte don José, y me rindo ante tu sapiencia y celeridad en la respuesta. Un saludo
Hola, una corrección, hay un error. No es del reinado de Alfonso XII, sino de Alfonso XIII, se dejaron una letra.
Gracias