La prevista salida de Antonio Basagoiti Pastor como líder del Partido Popular de Euskadi, tiene algunas claves complejas que conviene subrayar y no superponer ni olvidar.
La primera de las claves tiene que ver con la extrañeza de que alguien, de manera voluntaria y sin escándalo de por medio, abandone la política tras dieciocho años de actividad. Situación que rara vez se produce, y por ello es noticia que alguien se aleje de los focos de la primera línea de la política. Se podrá argumentar que el abandono es relativo, toda vez que Basagoiti sólo ocupaba un escaño en el parlamento vasco y presidía al PP; no es pues, un abandono fulgurante del poder puro y duro.
La segunda cuestión tiene que ver con el enorme esfuerzo que de hecho supone ser miembro del PP en el País Vasco; donde la competencia política se acrecienta con la presión terrorista. Donde, en años pasados con la actividad de ETA en curso creciente, militar en el PP era asumir un plus de responsabilidad y de riesgo. Esfuerzo que, además, se visualiza en la enorme aceleración con que allí se queman sus líderes: desde Mayor Oreja, al asesinado Gregorio Ordóñez; desde María San Gil a Antonio Basagoiti.
Y la tercera cuestión, y la más silenciada, tiene que ver con la extraña celeridad con la que Antonio Basagoiti obtiene un puesto de trabajo cuando aún no ha abandonado el anterior. Extrañeza que debe de sumarse a las dificultades de los jóvenes por hacerse un hueco en el mercado laboral e incrementarse con el hecho nada despreciable de que Basagoiti, lleva dieciocho años en el dique seco laboral.
Por lo que se supone que su ‘fichaje’ por el Banco Santander en México a partir del próximo verano, debe responder a otras claves diversas y no a la excelencia de Basagoiti en el negocio financiero, en el que deberá de hacer un curso acelerado de puesta al día y actualización, por los cambios acelerados que se han producido. Y por más que se anote, que contaba con excedencia especial en el banco citado. ¿Pero a qué concejal de la oposición de Bilbao, se le concede una excedencia especial? O dicho de otra forma ¿si hay excedencia laboral, cual es la fuente de ingresos alternativos? Máxime cuando en los dieciocho años transcurridos, el adelgazamiento de las plantillas del sector bancario y financiero en España, ha sido de tal entidad y envergadura, que sobran aclaraciones sobre las excedencias especiales que se respetan y los puestos de trabajo que se guardan bajo llave. Incluso que en esa operación de regreso, se incluya a su mujer, que trabaja en el BBVA, y también se trasladará a México para incorporarse al BBVA Bancomer.
Salvo que además del pasado familita y bancario del Basagoiti (su tatarabuelo, fundó la banca Mendoza e Ibáñez en 1898, que daría lugar en 1900 al Banco Hispano; y su padre fue director general del Banco Central Hispanoamericano), se estén premiando otras cosas. Salvo que el tan criticado pase de la Política activa al sector privado, siga operando, como la puerta giratoria que tanto se usa y complace, y permita salir y entrar. Aunque sólo sea a algunos notables e ilustres.
Quien tiene padrino se bautiza. El resto moritos…
Lo peor de este caso es que Basagoiti es de esos, como la señora Sánchez-Camacho en Catalunya, que van de «Juanas de Arco» por la vida, pero con el extintor en el bolsillo para que jamás haya posibilidad de incendio.
No sé si me entiendes…jejeje.