Ana Rosa Jiménez Fúnez (Ciudad Real).- Cuando bullen muchas ideas en la cabeza y se pretende plasmarlas y compartirlas no es nada fácil ponerlas en orden, así que voy a comenzar por el principal motivo de dirigirme a ustedes. Quiero primeramente rendir un homenaje a mi querido esposo, fallecido hace ya diez años, en un desgraciado accidente laboral, y por supuesto de paso a todos los que hayan atravesado por circunstancias similares.
También quiero que sea de conocimiento público que todavía hoy estamos (mis dos hijos y yo) enzarzados en juicios, recursos, citaciones, resoluciones, etc, etc… con todo lo que ello conlleva.
No quiero entrar en si las leyes están mejor o peor hechas… ni en si es justa la justicia, pues es evidente que si permite esto es que NO ES JUSTA, pero si siento la necesidad de dejar constancia de la poca sensibilidad de cierto empresario de nuestra ciudad, que a pesar de lo que en un primer momento prometió, diez años más tarde sigue poniendo toda clase de obstáculos, en vez de colaborar para la más rápida resolución del conflicto. ¿Es que la palabra de las personas ya no tiene valor alguno?
Por suerte, si es que así se le puede llamar en nuestro caso, y hasta el día de hoy, la justicia nos ha venido dando la razón en todos y cada uno de los frentes en los que hemos tenido que “luchar”. Pero que tras diez largos años aún estemos dando bandazos como veletas al viento es para clamar al cielo.
¿Cómo es posible que quien por sentencia fuera el responsable penal por falta de medidas de seguridad en el trabajo, de un accidente con resultado de muerte de uno de sus trabajadores, pueda continuar obcecado en recurrir y ralentizar lo que por vía laboral aún queda pendiente?
Gracias a que soy una persona positiva he sabido y podido transformar todos los sentimientos negativos que la situación conlleva, en fuerza, determinación y amor para luchar por mis hijos y así a la vez transmitírselo a ellos. Tal vez sea la mejor herencia que José Manuel nos pudo dejar, había mucho de estas cualidades en él.
Y por último, ¡cuanto ha cambiado todo en este tiempo! las prioridades han pasado a ser otras como encontrar trabajo, ahora es la primera en gran número de familias. Pero no por este motivo hay que descuidar aspectos y derechos tan importantes como la SEGURIDAD LABORAL, principalmente porque nos va la vida en ello, nunca mejor dicho.
Al parecer y a pesar de la alta tasa de desempleo y de los años que han pasado desde que las leyes tomaron cartas en este asunto, las cifras de accidentes de trabajo con resultados fatales en lo que va de año son bastante elevadas, por lo que habrá que seguir preguntándose que está fallando y hacer hincapié sin descanso en que se tomen todas y cada una de las medidas oportunas para que esta siniestralidad vaya disminuyendo lo máximo posible. Si en otros ámbitos (por ejemplo en accidentes de tráfico) está siendo una realidad, en el mundo laboral también es sin duda factible.
Sé que no estamos en época de hacer peticiones a nuestros gobernantes pero considero que ésta es de las que forman parte de las más básicas, necesarias y sobre todo justas. Defendamos nuestras vidas y por extensión las de nuestras familias.
MUCHAS GRACIAS POR DEDICARME UNOS MINUTOS DE SU TIEMPO Y ÁNIMO Y ESPERANZA PARA TODOS!!!
Ha sido un placer leerte, Ana Rosa, por tu texto natural y sincero. Eres un ejemplo, pero como periodista me gustaría seber quién es ese empresario desaprensivo, recopilar documentación y darle periodísticamente duro desde MICR. Gracias.
Hola Manuel, gracias por su comentario a mi carta. Entiendo que como periodista quisiera saber más sobre mi caso y darle duro periodísticamente como comenta a esta persona. Imagínese yo como directamente implicada!!!
En principio no me importaría hablar más sobre mi historia pero siempre desde lo positivo que he podido sacar de ella, como opción ante el rencor y otros sentimientos negativos derivados del desgraciado suceso que transformó nuestras vidas.
Verlo y exponerlo ahora desde otro prisma sería poco coherente con mi propia visión y filosofía de vida, todo ello sumado a los problemas legales que podría ocasionarme profundizar en el tema.
En cualquier caso muchas gracias por su interés y estoy a su disposición o de quien quiera hablar conmigo, pero insisto siempre dentro de los límites comentados.
Un saludo.
Pues en estos tiempos que corren su actitud es un estímulo.